Sintió un fuerte dolor en la pierna mientras paseaba a su perro y recibió un diagnóstico devastador: “Fue horrible”
Jo Hodkinson, de Mossley, Inglaterra, se encontraba de paseo junto con su mascota, llamada Elvis, cuando se percató de que algo mal pasaba con su cuerpo. Ante un fuerte dolor que sintió en las piernas, decidió consultar con su médico y recibió un diagnóstico desolador: el cáncer por el que había sido tratada 10 años atrás había regresado y había hecho metástasis en los huesos de la cadera, el muslo y la pelvis.
Fue a comer a un restaurante con su hija, pero la echaron por la ropa que llevaba puesta
Según consignó la mujer de 48 años en el medio Manchester Evening, ante la noticia, los profesionales le dijeron que debía someterse a una cirugía. Sin embargo, le admitieron que era muy probable que quedara en silla de ruedas y que el procedimiento simplemente postergaría la enfermedad por un tiempo. A pesar del diagnóstico, ella demostró sus ganas de salir adelante.
“Pasó más o menos una década desde que terminé mi tratamiento para el cáncer de mama. En la primavera de 2011 me sometí a una tumorectomía seguida de quimioterapia y radioterapia. Tomé tamoxifeno, que es una terapia hormonal, durante diez años. Sentí que lo había logrado y que se había ido de mi cuerpo”, introdujo en su explicación sobre lo que vivió a lo largo de una década.
En relación al momento en el que se enteró que su enfermedad había vuelto, abrió su corazón y admitió que sintió una gran tristeza: “Cuando me dijeron que el dolor persistente en mi pierna era cáncer, no podía creerlo. Ni siquiera me dolía tanto en ese momento, pero mis huesos literalmente se desmoronaban y ya estaba en mis ganglios linfáticos”.
Una cirugía, una recuperación y el apoyo de sus amigos
Precisamente en mayo del 2021, Hodkinson aceptó hacerse la cirugía que le habían propuesto los médicos. Una vez que organizó todo, se trasladó hacia el Royal Orthopaedic Hospital, en Birmingham, y se realizó el procedimiento quirúrgico, que involucró el reemplazo endoprotésico femoral proximal.
“La cirugía fue horrible y estar totalmente sola hizo que fuera aún más difícil aceptar el diagnóstico. Pero mis queridos viejos amigos de la escuela, algunos con los que ya ni siquiera estoy en contacto, me enviaron un regalo por cada día que estuve en el hospital, fue increíble”, relató sobre aquel día, en el que lamentablemente no pudo recibir visitas debido a las restricciones por el coronavirus.
Tras el éxito de la operación, Jo tuvo que hacer fisioterapia durante varios meses, con el objetivo de reducir el dolor, mejorar el movimiento y retomar sus actividades cotidianas. “Tuve que aprender a caminar nuevamente y tratar de recuperar la movilidad. Pero sabía que no era suficiente y que no tenía la fuerza muscular suficiente para caminar con Elvis, así que conseguí un entrenador personal”, explicó.
A pesar de que el pronóstico respecto de su salud no era muy alentador, ella se mantuvo positiva en todo momento: “Estaba decidida a que volviéramos a salir a caminar, solo tenía que encontrar la manera de volverme más fuerte. Elvis fue mi mayor motivación, me ayudó mucho”.
Volver a pasear a Elvis
Luego de seis meses de entrenamiento, Jo pudo realizar nuevamente una larga caminata junto a su perro Elvis, la misma que anteriormente le trajo la triste noticia. “Estoy tan feliz de que podamos hacer actividad, lloré la primera vez que recorrimos alrededor del embalse. Nos dijeron que nuestra caminata favorita sería difícil de lograr y ahora la estamos haciendo regularmente. Y aunque no podré ir lejos ni rápido, estoy encantado con lo lejos que hemos llegado”, comentó.
Tras la viralización de su historia, Jo será una de las invitadas de honor en la carrera para recaudar fondos organizada por la asociación Cáncer Research UK, que se llevará a cabo el 17 de julio. Allí, será la encargada de hacer sonar la bocina de salida y participará del evento Race for Life 5k en Heaton Park, con su mascota a su lado.
En relación con su enfermedad, aseveró que no tiene cura y que en la actualidad se encuentra en otra etapa del tratamiento. “Los tumores restantes se están reduciendo con cada ciclo, la última vez que me hice una exploración en marzo dijeron que eran demasiado pequeños para medirlos. También me quedaré con las prótesis que pusieron en mi cuerpo hasta que ya no funcionen”, subrayó.
Si bien el escenario no es alentador, remarcó que seguirá con su rutina habitual y que se siente con todas las energías. “Tengo una urgencia de hacer cosas divertidas mientras me siento bien. Acabo de regresar de un viaje por la ruta de tres semanas a Texas con mi amiga Aimee, ella fue la primera persona a la que le dije que tenía cáncer. Y ahora tengo muchas ganas de hacer la carrera. Estoy bien en este momento”, concluyó.