Shota Imanaga, el discreto pitcher japonés que rompió récord de Fernando Valenzuela y ahora es el mejor
Shota Imanaga fue apenas el tercer pelotero japonés más buscado en la agencia libre, al grado que su fichaje pasó casi desapercibido tras las pujas por Shohei Ohtani y Yoshinobu Yamamoto por Los Angeles Dodgers. Ahora Imanaga se ha convertido en el mejor pitcher de las Grandes Ligas, y de paso rompió una de las marcas de Fernando Valenzuela.
Imanaga, quien firmó con los Chicago Cubs, ha superado hasta el momento lo hecho por Ohtani y Yamamoto, algo que no es fácil de lograr, pues también han tenido un buen inicio de temporada. Pero el arribo del pitcher a la Ciudad de los Vientos ha sido histórico, aún cuando los reflectores estén en la Costa Oeste de los Estados Unidos.
Se fue un récord de Valenzuela
Imanaga lanzó otra obra maestra el fin de semana: una blanqueada de 7 entradas lanzadas, en la que apenas permitió 4 imparables y ponchó a 7 rivales en el triunfo ante los Pittsburgh Pirates. Con ello, Imanaga dejó su promedio de carreras limpias en 0.84, la cifra más baja en la historia para un pitcher en sus primeras 9 aperturas. Esa marca pertenecía a Valenzuela, en pleno inicio de la Fernandomanía.
Durante sus primeras 9 aperturas, el Toro de Etchohuaquila tuvo una efectividad de 0.91 para establecer una nueva marca para nuevos abridores. Esa marca, establecida en 1981, se mantuvo hasta este fin de semana, gracias al impresionante momento del serpentinero de Chicago.
Eso sí, hay una diferencia en cuanto a la longitud de las aperturas de ambos lanzadores. Mientras que el japonés de los Cubs ha lanzado durante 53.2 entradas, Valenzuela estuvo en el montículo durante 79 entradas. Sin duda, un reflejo de los tiempos y el cuidado actual que se da a los brazos de los lanzadores. En la historia de la MLB, solo Imanaga y Valenzuela han mantenido una efectividad menor a 1.00 en sus primeras 9 aperturas.
El rápido desarrollo de Imanaga
Para los lanzadores que vienen de otras partes del mundo, generalmente hay un periodo de adaptación a las Grandes Ligas. Desde la zona de strike, la potencia y efectividad de los bateadores y las condiciones del juego y de adaptación al país en sí, pueden afectar la consistencia de los mejores pitchers. Pero Imanaga no ha tenido problemas hasta ahora.
Al igual que el caso de algunos peloteros mexicanos, incluyendo su compañero con los Cubs, Javier Assad, Shota Imanaga se dio a conocer durante el Clásico Mundial de Beisbol del año pasado. Ahí, fue parte de la rotación que llevó a Japón al título. De hecho, Imanaga abrió el duelo de campeonato ante los Estados Unidos.
El estilo del ahora as de Chicago también contrasta un poco con la nueva generación de lanzadores. Imanaga difícilmente alcanzará las 100 millas por hora en un lanzamiento, pero su recta, que suele estar por debajo de las 95 millas por hora, tiene mucho movimiento. Por otro lado, el japonés tiene completo control de la zona de strike.
Sin duda, la inversión por Imanaga es más que razonable para tener al mejor pitcher de las Grandes Ligas tras una cuarta parte de la campaña. La ley del promedio indica que no mantendrá ese dominio a lo largo de la temporada, pero su pelota tiene lo necesario para mantenerse entre los mejores de las Mayores.
Cubs, con una dupla encendida
Para los Cubs, la forma de Imanaga debe ser una sorpresa. Chicago invirtió fuerte para contratarlo (4 años y 53 millones de dólares), pero muy lejos de los 12 años y 325 millones que Los Angeles Dodgers están pagando por Yamamoto. Su rápida adaptación se une a otro lanzador que ha sorprendido este año: el mexicano Assad.
Mientras que Imanaga ocupa el primera lugar en efectividad en las Mayores, Assad ocupa el tercer lugar en la Gran Carpa con efectividad de 1.49, y se ha consolidado en la rotación de los Cubs.
El despunte de ambos lanzadores también ha permitido que Chicago se mantenga en la pelea por el banderín de la División Central de la Liga Nacional, con marca de 26-22 tras 48 partidos, dos juegos por debajo de los Milwaukee Brewers.
Con el regreso de Jameson Taillon (3-2, 2.20 PCL), los Cubs tienen tres brazos capaces en la rotación de abridores. Si mantienen un ritmo similar a lo largo de la campaña y la ofensiva mejora (.230 porcentaje de bateo, lugar 23 en las Grandes Ligas), los del Norte de Chicago podrían pensar no solo en ganar la división, sino en pelear en postemporada por el banderín de la Liga Nacional.
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