¿Sheinbaum presidenta? Sí, tenemos lo que elegimos

DE TIEMPO Y CIRCUNSTANCIAS


No hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla; así llegó el domingo 2 de junio y México salió a votar mayoritariamente por Sheinbaum. El presidente López Obrador había preparado esa elección meticulosamente. Quitó, hasta donde le fue posible, los obstáculos que la democracia ponía a su proyecto de poder unipersonal. El INE, nuestro árbitro electoral, ya estaba debilitado por los recortes presupuestales y controlado, pues había puesto a una incondicional como consejera presidenta.

El proyecto de relleno de urnas en los lugares donde la falta de control de la oposición y los operadores del crimen organizado permitían lograrlo fue cuidadosamente orquestado. Las organizaciones criminales ya habían eliminado los elementos contrarios a sus intereses y así la votación se dio en un clima de tranquilidad total. Como el presidente sabiamente lo dijo: no aumentó la violencia; los que aumentaron, eso sí, fueron los muertos.

El triunfo, naturalmente, favoreció a la Dra. Claudia Sheinbaum, favorita en las encuestas. La Encuesta de Massive Caller se equivocó rotundamente y las otras también, pues nadie anticipó que la Dra. Sheinbaum ganaría con el porcentaje que obtuvo.

En el Congreso el partido Morena pretende amarrar con trampas la mayoría calificada y el tribunal electoral será quien decida en lo federal y lo local. La conseja estalinista que dijo: “Lo importante no es quien vota, sino quien cuenta los votos” se cumplió; pero en palabras de Guadalupe Acosta Naranjo, en esta elección lo importante es saber cómo llegaron ahí esos votos.

EL PAN (COMIDO) INSISTE EN QUE HUBO FRAUDE

De acuerdo con el líder panista Marko Cortés, el PREP fue manipulado. En un video difundido en las redes dijo: “Hemos detectado 17,065 casillas que no reportan la votación obtenida para el PAN”. “Hay 1,888 casillas, en zonas presuntamente controladas por el crimen organizado, que tampoco reportan ningún solo voto para el PAN”.

Menciona que también hay actas donde votó el 100 por ciento del padrón en la casilla y dice: “O peor aún, con más votos de lo legalmente posibles según el listado nominal que les corresponde”. Cortés informó en este mensaje que hará una auditoría para hacer el conteo de voto por voto, casilla por casilla. Al tiempo algunos medios festejaron y otros nada más informaron el triunfo arrollador de Morena en las urnas.

Es claro que se manipularon las votaciones, de una u otra manera, pero en todas las elecciones libres hay alguna irregularidad. Y en esta en especial el cuidado que puso la maquinaria morenista en que los votos estuvieran en los paquetes electorales fue enorme.

Lo medular aquí es, como dijo Acosta Naranjo, ¿cómo llegaron ahí los votos? Algunos números simplemente no cuadran; por ejemplo, el que con menos participación electoral que la de 2018 Claudia haya ganado con más votos que AMLO queda fuera de contexto. El hecho de que la mayor cantidad de capitales estatales hayan quedado en manos de la oposición tampoco es congruente con el resultado apabullante.

Sin embargo, el asunto parece cosa juzgada y solo falta la formalidad de que un Tribunal Electoral, en apariencia sesgado a favor de Morena, califique la elección y entregue su constancia de mayoría a Claudia Sheinbaum.

LA NUEVA PRESIDENTA ES CLAUDIA SHEINBAUM

En cuanto al Congreso la mayoría calificada de Morena depende tanto en lo federal como en lo local de una sobrerrepresentación parlamentaria, y para lograrla se están torciendo las reglas. Esto es anticonstitucional. Así, mediante una simulación, Morena pretende agandallarse la mayoría calificada en lo federal y ya se la agandalló en lo local.

Es el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación el facultado para impedir la asignación anticonstitucional, pero este tribunal debería estar compuesto por siete magistrados, pero presuntamente por instrucciones del presidente no se ha elegido a dos, por lo que solo hay cinco magistrados; tres de los cuales son cercanos a Morena. De modo que la mayoría calificada la tiene el gobierno a la vuelta de la esquina.

Dos cosas me quedan claras: primero, la nueva presidenta es Claudia Sheinbaum y todos debemos apoyarla y poner nuestro grano de arena para que el país tenga éxito. Y dos, las reglas del juego han cambiado alevosamente.

A partir de ese momento la pregunta será cómo va a gobernar la presidenta. Un atisbo nos lo dieron los mercados, que al oír vociferar al senador Monreal y al diputado Mier la amenaza de mayoritear el plan C devaluaron en más de 2 pesos el tipo de cambio frente al dólar. Ante la debacle, la Dra. Sheinbaum salió a pedir prudencia y calma diciendo que todo se analizaría en su momento.

Y mientras la presidenta electa pedía prudencia, el presidente en funciones, en un alarde de imprudencia tropical, dijo: “La justicia está por encima de los mercados”. Y los despreciados mercados volvieron a reaccionar.

EL PRESIDENTE NO RESPETA A NADIE

Aparentemente el nuevo estilo será que la presidenta diga y el expresidente salga a corregirle la plana. AMLO se ha encargado de demostrarle a la presidenta electa que no la respeta y de decirle hasta el cansancio que él es quien manda. Cuando quiso dejar en la Jefatura de Gobierno a Omar García Harfuch le impuso a Clara Brugada; luego le impuso un proyecto de gobierno; ahora calló su llamado a la prudencia y le dejó el mercado en un brete.

La situación económica del país no es de ninguna manera boyante, el crecimiento económico es el menor de los últimos sexenios. Y esto se ha dado por errores económicos del presidente: su negativa a las energías limpias, su política con Pemex y con la CFE y la incertidumbre generada en los mercados, entre otras, han abierto boquetes económicos.

En cuanto a los proyectos sociales que deja tienen el ligero inconveniente de que no cuentan con respaldo económico suficiente y se están cubriendo con préstamos.

López Obrador incrementó la deuda soberana en más de 50 por ciento y logró que el PIB solo se incrementara en menos de 2 por ciento de 2018 a 2023. La deuda creció y el ingreso no creció. De modo que, si deja al país con un peso seriamente devaluado, el compromiso financiero del servicio de la deuda, aunado a la ausencia de superávit primario, va a complicar mucho las finanzas del país.

El marido de la presidenta electa, Jesús María Tarriba Unger, es un experto en manejo de riesgos financieros y la debe haber puesto sobre aviso. Eso sin contar el riesgo de que con el plan C las calificadoras nos cambien la calificación y nuestra deuda se convierta en basura, con lo que veríamos una huida estrepitosa de capitales.

¿SHEINBAUM SERÁ UNA PRESIDENTA LIBRE E INDEPENDIENTE?

Los diputados y senadores que habrán de protestar en el Congreso el 1 de septiembre durarán tres años bajo la égida de la nueva presidenta; así Sheinbaum puede ejercer su influencia para que las disposiciones más controvertidas del plan C no se cristalicen.

El domingo Claudia Sheinbaum y AMLO comieron y al parecer la presidenta logró convencerlo de matizar sus propuestas. Al menos eso dijo ella para ganarle tiempo a las circunstancias. El presidente para variar volvió a cargarle la mano a la judicatura.

El mercado está expectante. La insensatez de que los jueces sean elegidos por voto popular le abre la puerta al crimen organizado para colocar ahora jueces proclives a sus cárteles del mismo modo que ya han colocado a su gente en presidencias municipales.

¿Tendrá la nueva presidenta la convicción para atajar los puntos negativos del plan C o se plegará a su creador? Es la primera mujer que llega a la presidencia en un país con retos muy serios. El principal es el enorme control del crimen organizado; y podría pasar a la historia como la estadista que recuperó al país más grande de habla hispana.

Hasta ahora ha mostrado una obediencia total a López Obrador, pero en sus primeras actuaciones expresa un sentido común que no se le había visto; con ello todos nos preguntamos: ¿Claudia Sheinbaum se convertirá en presidenta de México o seguirá como la dócil discípula de un tabasqueño frenético y vengativo que se niega a dejar el poder?

VAGÓN DE CABÚS

México le pidió 1,000 millones de dólares al Banco Mundial. Total, ¿en qué le afecta una mancha más al tigre? Pero 1,000 millones de dólares es una cantidad enorme de dinero que se suma a una deuda que solo crece sin posibilidad de disminuir.

Además, ya se había pedido todo el dinero autorizado por el Congreso. Al parecer de algunos analistas, el dinero, que se gastó en la primera mitad del año en la elección, desequilibró el presupuesto de la segunda mitad, y sin ingresos productivos nos estamos apoyando en ingresos crediticios. Es decir, en préstamos.

Quien reparte riqueza sin generar riqueza en realidad genera miseria y eventualmente habrá de repartirla. Mal empieza la semana para el que ahorcan en lunes. N

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Salvador Casanova es historiador y físico. Su vida profesional abarca la docencia, los medios de comunicación y la televisión cultural. Es autor del libro La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.

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