Sergio Romero: del brillo en la última Copa Libertadores a un presente irregular y con la sombra de Brey
Hace exactamente un año, Boca caía 1 a 0 ante Estudiantes con una floja respuesta de Sergio Romero ante una espectacular tijera de Mauro Boselli. Aquella noche, Chiquito llegó a desviar el remate del delantero pero la potencia del disparo lo venció y terminó dentro del arco con pelota y todo. El equipo de Jorge Almirón iniciaba su aventura en la Copa Libertadores y el ex Manchester United, que llevaba un puñado de partidos bajo los tres palos del Xeneize, recibía las primeras críticas con el buzo azul y oro. Este viernes, la historia se repitió en La Plata: en un momento clave del equipo, que precisaba sumar de a tres para sellar el pasaje a cuartos, Chiquito tuvo otro error fatal contra el conjunto de Eduardo Domínguez y Boca desaprovechó una posibilidad inmejorable de acercarse a los playoffs. Con contrato hasta diciembre, y sin haber decidido aún qué será de su futuro a partir de 2025, Romero pasó de ser el principal responsable de la clasificación de Boca a la final de la Libertadores 2023 a caer en un pequeño bajón futbolístico justo cuando Leandro Brey, de 21 años, comienza a acumular méritos para disputarle la titularidad.
La estadística indica que Sergio Germán Romero atajó 11 partidos en 2024 y recibió ocho goles: dos de Lanús y Belgrano y uno de Sarmiento, River, Unión y Estudiantes. Ante Platense, Tigre, Defensa y Justicia, Central Córdoba y Sportivo Trinidsense (por Copa Sudamericana) mantuvo su valla invicta, aunque a Chiquito ya no mostró el nivel superlativo de la segunda parte de 2023. Además, sufrió una inflamación en el tendón de Aquiles izquierdo que lo marginó de las canchas durante cinco juegos, en los que cedió terreno a manos de Brey.
Aunque Diego Martínez lo sostendrá entre los 11 (este martes irá de arranque ante Godoy Cruz, en un duelo clave para las aspiraciones del Xeneize) y, salvo un imponderable, le respetará la titularidad al menos hasta el final de la competencia), el rendimiento de Chiquito en la temporada dista mucho del de aquel Romero invencible que condujo a Boca a la final de América. Alterna buenas y malas el hombre con más presencias con los colores de la Selección Argentina. Ante Sarmiento, en la segunda fecha, no tuvo responsabilidad en el gol pero mostró dudas en el juego aéreo y casi comete un blooper en el inicio del segundo tiempo, con el partido 1 a 0.
Capitán durante la prolongada ausencia de Marcos Rojo, Romero se repuso con tres vallas invictas consecutivas (Tigre, Defensa y Central Córdoba) y fue de los mejores de la en el 2-0 contra los santiagueños, con dos tapadas importantes frente al exVélez Florián Monzón. Al partido siguiente, la rapidez con que se gestó el primer gol de Lanús lo encontró mal parado ante el remate desde fuera del área de Walter Bou, que entró a la ratonera. Y el domingo posterior, contra River, sintetizó su año en 90′: respondió bien en el mano a mano con Pablo Solari, pero dio un rebote largo y el jugador de River no perdonó: agarró al 1 a contrapierna y la mandó a guardar. Media hora después, le ahogó a Miguel Borja el tanto del triunfo y volvió a tapar abajo un potente remate de Agustín Sant’Anna.
Chiquito continúa siendo un jugador importante en el armado de Boca, pero ya no brinda la confianza y la seguridad de otros tiempos. Frente a Belgrano, por caso, exigió en la salida a Nicolás Figal y la acción terminó con el primer grito del Pirata. Y 72 horas después se lució en un mano a mano ante Mauro Pittón, de Unión de Santa Fe, cuando el local era más y Boca no lograba salir del asedio. Luego llegaría la lesión, la vuelta con Trinidense y el error ante Estudiantes.
“Tengo contrato con Boca hasta diciembre y voy a dar lo mejor para seguir, si me toca. Tengo la oferta sobre la mesa, pero tengo que hablar con mi familia y ver qué quiere, esa es la realidad”, comentó Chiquito la noche de su regreso. “Tengo la suerte de que mis hijas se adaptaron muy bien a la Argentina, no les costó para nada volver al país. Solo la del medio (Chloé) en su momento medio que se quería ir, pero ya está más tranquila. Si la familia decide, nos quedaremos en Boca”, agregó el arquero de 37 años.
Si bien la intención de la dirigencia es que Leandro Brey continúe sumando minutos en Primera (hoy ya es el segundo arquero del plantel, por encima de Javier García), Juan Román Riquelme y el Consejo de Fútbol integrado por Jorge Bermúdez, Raúl Cascini, Marcelo Delgado y Mauricio Serna consideran fundamental la presencia de Romero en el plantel tanto para continuar defendiendo el arco como para guiar al exLos Andes en su camino a la consolidación. Romero dejó entrever que renovará su contrato con Boca, pero esperaría hasta el receso de mitad de año para brindar una respuesta definitiva. En caso de no seguir, el futuro de Chiquito podría estar en la MLS: ¿en el Inter Miami de Lionel Messi?
Por lo pronto, Romero intentará cerrar de la mejor manera posible este primer semestre con Boca y luego resolverá con su familia los pasos a seguir. Chiquito se mostró siempre agradecido a la posibilidad que le dio el club en un momento complicado de su carrera, cuando llevaba cinco meses sin jugar y se encontraba en plena recuperación de una operación en su rodilla derecha. Romero, de hecho, llegó a Boca en agosto de 2022 y debutó recién en enero de 2023, tras una nueva artroscopía realizada en septiembre.
Boca no es un equipo más en la carrera de Chiquito. Por el peso específico de la camiseta y por ser uno de los clubes en los mayor continuidad logró. Un dato: mientras en Manchester United disputó 34 partidos a lo largo de seis temporadas, en Boca ya atajó 60 encuentros al cabo de 16 meses. Las camisetas que más veces vistió fueron las del AZ Alkmaar (84 partidos en cinco años) y la de Sampdoria (74 juegos entre 2011 y 2013 y entre 2014 y 2015).
“Chiquito tuvo que aguantar que le digan que era un exjugador. Luego, cuando atajó tres penales, le dijeron que era el Loco Gatti. Así vivimos, es una persona muy positiva y me da orgullo tenerlo. Esperemos que disfrute, seguir o no dependerá de cómo se sienta él”, lo respaldó Riquelme hace solo algunas semanas. El futuro, más que nunca, vuelve a estar en sus manos.