Senador Marco Rubio: Las sanciones que le volvieron a poner a Maduro son insuficientes y tardías | Opinión

Las sanciones que le volvieron a poner a Maduro son insuficientes y tardías Sin duda, el presidente Joe Biden recibirá elogios por volver a imponer sanciones de petróleo y gas a la narcodictadura de Nicolás Maduro en Venezuela.

Si bien, las sanciones en sí son un paso en la dirección correcta, la conducta del presidente no lo es. En primer lugar, esta Casa Blanca nunca debió haberle quitado las sanciones. Peor aún, su política hacia el régimen ilegítimo de Maduro sigue siendo imperdonablemente débil.

En octubre del año pasado, EEUU quitó las restricciones a los sectores estatales de petróleo, gas y oro de Venezuela a cambio de la promesa de Maduro de tener elecciones “libres y justas” este año.

Fue una decisión ingenua con consecuencias devastadoras. Maduro rápidamente le prohibió a su principal oponente, María Corina Machado, postularse contra él. Mientras tanto, utilizó el alivio de las sanciones para reponer sus cuentas bancarias y re-consolidar su control ilegítimo.

Parte de la culpa de esto recae en el presidente Biden. Debería haber sabido que Maduro no cumpliría sus promesas. ¿Qué incentivo tiene el narco-dictador para permitir que el pueblo venezolano lo destituya? Cero. Más allá de eso, ¿cuál ha sido el historial de Maduro en materia de negociación? Un desastre total.

Además, el presidente Biden debería haberle puesto sanciones a Maduro una vez más cuando él detuvo arbitrariamente a miembros del equipo de campaña de Machado.

El pasado mes de octubre interrogué al secretario de Estado, Antony Blinken, sobre este tema. ¿El presidente cambiaría de rumbo si Maduro incumpliera su promesa? “No van a tener vía libre”, respondió el secretario.

Pero incluso cuando Maduro impuso una prohibición a Machado, el presidente Biden solo restableció las sanciones al sector aurífero estatal de Venezuela. Eso le permitió al narco-régimen recaudar aproximadamente miles de millones de dólares provenientes de las ganancias del petróleo y el gas durante los meses de febrero, marzo y principios de abril.

Lamentablemente, esa debilidad no es nada nuevo para esta Casa Blanca. En marzo del 2022, el presidente Biden envió una delegación diplomática secreta a Caracas.

En octubre del 2022, dejó en libertad a los dos narco-sobrinos de Maduro, ambos narcotraficantes convictos. En noviembre del 2022, el presidente le otorgó a Chevron una licencia especial para hacer negocios en Venezuela.

Al año siguiente, volvió a enviar otra delegación secreta para reunirse con los representantes de Maduro en Qatar. Y en diciembre del 2023, la Administración Biden liberó al testaferro de Maduro, Alex Saab, de una prisión norteamericana.

Estas cinco decisiones, junto con el alivio de las sanciones de octubre pasado, no han hecho nada más que incentivar a Maduro. Recientemente, el narco-dictador amenazó con una guerra abierta contra Guyana, una democracia con estrechos vínculos económicos a nuestro gobierno.

Mientras tanto, los venezolanos no están más cerca de estar libres de la opresión. De hecho, ahora hay más venezolanos presos políticos que antes que la Administración de Biden comenzará su campaña de apaciguamiento. Cerca de 270 personas permanecen detenidos arbitrariamente, muchos de ellos padeciendo condiciones inhumanas en el centro de tortura El Helicoide.

Mis colegas y yo hemos instado repetidamente al presidente Biden a mantener la coalición de 60 países que rechaza la legitimidad de Maduro.

En vez de ser blandos con el narcodictador, Estados Unidos debería colaborar con socios democráticos para imponerle sanciones adicionales a él y a otros miembros del Cartel de los Soles, y hacer cumplir la acusación de 2020 contra Maduro y sus compinches por terrorismo y corrupción. y el narcotráfico.

¿Estas medidas resolverían todos los problemas en Venezuela? No. Sin embargo, ayudarían a limitar la tiranía del régimen y disminuir su flujo de caja. Quiero ver una Venezuela libre y democrática nuevamente.

La estrategia de apaciguamiento del presidente Biden no ha hecho más que prolongar el control de Maduro sobre el poder.

El Senador Republicano Marco Rubio ha representado al estado de la Florida en el senado de EEUU desde su elección en 2010.

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