Secretaria de Seguridad Nacional de EEUU visita penal salvadoreño donde hay venezolanos deportados
TECOLUCA, El Salvador (AP) — La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, visitó el miércoles la prisión de alta seguridad en El Salvador donde se encuentran detenidos venezolanos que, según alega Washington, son pandilleros que permanecen retenidos desde su expulsión del país norteamericano. El recorrido incluyó dos bloques de celdas hacinadas, la armería y una unidad de aislamiento.
El viaje de Noem a la prisión —donde los reclusos están hacinados en celdas y nunca se les permite salir— se llevó a cabo mientras el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump intenta demostrar que está deportando a personas a las que describe como "lo peor de lo peor".
El gobierno de Estados Unidos argumenta ante un tribunal federal que el envío de venezolanos a El Salvador era justificado, mientras que activistas por los derechos humanos afirman que las autoridades los han enviado a una prisión donde abundan los abusos y han presentado poca evidencia de que formaban parte de la pandilla venezolana Tren de Aragua.
En particular, Noem eludió las preguntas de la prensa sobre si los deportados venezolanos permanecerían en prisión indefinidamente y si podrían regresar a Estados Unidos si un tribunal le ordena al gobierno hacerlo.
“Dejaremos que los tribunales decidan”, declaró a los periodistas tras la visita.
Noem recorrió un área que alberga a algunos de los venezolanos acusados de pertenecer a pandillas. Dentro del caluroso edificio, los hombres vestidos con camisetas y pantalones cortos blancos miraban en silencio desde su celda sin hacer ruido, y cuando ella salió se les escuchó gritar una consigna irreconocible.
En un bloque de celdas que alberga a prisioneros salvadoreños, aproximadamente una docena estaban custodiados por guardias cerca del frente de su celda, y se les pidió que se retiraran las camisetas y las mascarillas. Los hombres tenían muchos tatuajes en sus pechos, algunos con las letras MS, que representan a la pandilla Mara Salvatrucha.
Después de escuchar a los funcionarios salvadoreños, Noem le dio la espalda a la celda y grabó un mensaje en video.
Si un inmigrante comete un crimen, "esta es una de las consecuencias que podría enfrentar”, declaró. “Primero que nada, no vengas a nuestro país de manera ilegal. Serás expulsado y serás procesado. Pero ten en cuenta que esta instalación es una de las herramientas en nuestro kit que utilizaremos si cometes crímenes contra el pueblo estadounidense”.
Noem también se reunió con el presidente salvadoreño Nayib Bukele, que se ha ganado la admiración de la derecha estadounidense gracias a su ofensiva contra las pandillas del país, a pesar de las implicaciones democráticas y de debido proceso que esto conlleva.
“Esta relación sin precedentes que tenemos con El Salvador será un modelo para otros países sobre cómo pueden colaborar con Estados Unidos”, declaró Noem a la prensa el miércoles.
Desde que asumió el cargo, con frecuencia Noem ha liderado las iniciativas para destacar la represión de la inmigración. Participó en operaciones de control migratorio, montó a caballo con agentes de la Patrulla Fronteriza y fue la imagen de una campaña televisiva en la que se advertía a las personas que viven en Estados Unidos sin permiso de residencia que se autodeporten.
La visita de Noem el miércoles forma parte de un viaje de tres días. También viajará a Colombia y México.
Los venezolanos detenidos fueron expulsados de Estados Unidos este mes después de que Trump invocó la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 y dijo que el país estaba siendo invadido por la pandilla Tren de Aragua. Dicha ley otorga al presidente poderes en tiempos de guerra y permite que los extranjeros sean deportados sin la oportunidad de comparecer ante un juez de inmigración ni federal.
Un tribunal de apelaciones mantuvo el miércoles una orden que le prohíbe al gobierno deportar a más inmigrantes venezolanos a El Salvador bajo la Ley de Enemigos Extranjeros.
Una pregunta clave pendiente sobre el estatus de los deportados es cuándo y cómo podrían ser liberados de la prisión, llamada Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), ya que no están cumpliendo condenas. Ya no aparecen en el localizador de detenidos en línea del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus iniciales en inglés), y no han comparecido ante un juez en El Salvador.
El gobierno de Trump se refiere a ellos como “lo peor de lo peor”, pero no ha identificado a los deportados ni presentado evidencia de que fueran miembros de pandillas.
Los familiares de algunos de los deportados han negado categóricamente que pertenezcan a alguna pandilla. El gobierno venezolano y un grupo llamado el Comité de Familias de Inmigrantes en Venezuela contrataron a un abogado para ayudar a liberar a los detenidos en El Salvador. Un abogado del despacho, que actualmente representa a unos 30 venezolanos, dijo que no son miembros de pandillas ni tienen antecedentes penales.
El gobierno de Estados Unidos ha reconocido que muchos de ellos no tienen tales antecedentes.
Los vuelos se encontraban en el aire el 15 de marzo cuando un juez federal emitió una orden verbal que prohibía temporalmente las deportaciones y ordenó que los aviones regresaran a territorio estadounidense.
El gobierno de Trump ha argumentado que las instrucciones verbales del juez no contaban, que sólo debía acatarse su orden escrita y que no podía aplicarse a vuelos que ya habían partido de Estados Unidos.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, les dijo a los periodistas que aproximadamente 261 personas fueron deportadas en los vuelos, incluidas 137 bajo la Ley de Enemigos Extranjeros.
Bukele inauguró la prisión en 2023, y ha hecho de las inhóspitas y estrictas cárceles del país centroamericano una característica distintiva de su lucha contra la delincuencia. La instalación cuenta con ocho pabellones extensos y puede albergar hasta a 40.000 reclusos. Cada celda puede albergar de 65 a 70 prisioneros.
Los reos no pueden recibir visitas. No hay talleres ni programas educativos.
El Salvador no tiene relaciones diplomáticas con Venezuela desde 2019, por lo que los venezolanos encarcelados allí no tienen apoyo consular de su gobierno.
Un video publicado por el gobierno de El Salvador después de la llegada de los deportados mostró a hombres saliendo de aviones hacia una pista aeroportuaria flanqueada por agentes con equipo antimotines. Los hombres, que tenían las manos y los tobillos encadenados, caminaban con dificultad mientras los agentes empujaban sus cabezas hacia abajo.
Más tarde se les mostró en la prisión arrodillados en el suelo mientras les afeitaban la cabeza antes de cambiarse al uniforme completamente blanco de la prisión —pantalones cortos hasta la rodilla, camiseta, calcetines y zuecos de goma— y ser colocados en celdas.
El Salvador lleva tres años bajo un estado de emergencia que suspende derechos fundamentales mientras Bukele libra un asalto total contra las poderosas pandillas callejeras del país. Durante ese tiempo, unas 84.000 personas han sido arrestadas, acusadas de vínculos con pandillas y encarceladas, a menudo sin el debido proceso.
Bukele ofreció albergar a los deportados de Estados Unidos en la prisión cuando el secretario de Estado estadounidense , Marco Rubio, visitó el país en febrero.
En la prisión, el ministro de Justicia de El Salvador, Gustavo Villatoro, le mostró a Noem una celda que alberga a salvadoreños que, según dijo, han estado allí desde que se abrió la prisión.
“Nadie espera que estas personas puedan volver a la sociedad y comportarse”, subrayó.
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Santana informó desde Washington. El periodista de The Associated Press Marcos Alemán contribuyó a este informe desde El Salvador.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.