¿Se puede poner un satélite en órbita para dar cobertura de internet , como propone Sheinbaum?

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“Poner un satélite mexicano en órbita para hacer realidad el internet gratuito en nuestro país”, es una de las propuestas de campaña de Claudia Sheinbaum que más ha llamado la atención. Primero lo dijo el 5 de marzo en Guanajuato, y lo repitió el pasado domingo 24 de marzo.

La candidata morenista no ha precisado cómo desarrollaría su proyecto satelital, ni en el discurso ni en su documento de 100 pasos para la transformación. Y aunque consultamos con su equipo de campaña, hasta el momento no hemos tenido respuesta.

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Christian O’Flaherty, vicepresidente para Internet Society en Latinoamérica, explicó a Animal Político que poner un satélite en órbita para brindar internet es un proyecto que ya se ha ejecutado en otros países, como  Bolivia, pero en realidad ya se cuenta con otras alternativas tecnológicas menos costosas y con mejores resultados. 

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Por su parte, el doctor Rogelio Bustamante Bello, académico del Tecnológico de Monterrey, coincidió en que poner en órbita un satélite mexicano no es un proyecto sencillo, pues requiere planeación y desarrollo. Además, coincide en que existen otro tipo de tecnologías que podrían brindar un servicio más eficiente como lo es una red de satélites de órbita baja. 

Internet Satelital 

En la actualidad el sistema satelital mexicano cuenta con 7 satélites, pero estos cumplen diversas funciones que van desde transmisión de radio, televisión y telefonía móvil, hasta tareas de seguridad nacional, vigilancia y monitoreo ambiental, y actividades de investigación científica.

O’Flaherty explicó que en lugares aislados y con poca densidad poblacional, donde es muy difícil llevar fibra óptica, puede ser una opción poner una antena de internet satelital que reciba y mande la señal entre el satélite y el equipo conectado. Pero hay desventajas. 

 “El servicio satelital tiene mayor retraso porque lo que yo transmito y lo que yo recibo tiene que viajar tanto”.

El especialista señaló que para que un solo satélite pueda cubrir un área tan grande como toda la superficie nacional, debe ser colocado a una mayor altura (36 mil kilómetros), lo que significa un costo elevado de lanzamiento y operación. 

El doctor Rogelio Bustamante Bello, académico del Tecnológico de Monterrey, explicó a Animal Político que a este tipo de satélites se les llama geoestacionarios y  la Unión Internacional de Telecomunicaciones es la organización internacional que asigna los espacios satelitales a los diferentes países, en lo que se llaman órbitas geoestacionarias. 

“Esas órbitas geoestacionarias nos permiten tener encima de una posición geográfica, como sería México, un satélite que no se mueva para que la señal suba y baje”, señaló.

El académico también destacó que para proveer de internet no se pueda lanzar cualquier artefacto, sino que tiene que ser diseñado específicamente para la función que va a desempeñar. 

Además, primero habría que revisar qué ubicación está disponible en el espacio para garantizar que la señal satelital alcance la cobertura que se necesita en los lugares donde hay carencia. De lo contrario, se seguiría sin llegar a los lugares que no cuentan con el servicio actualmente. 

Satélites de órbita baja como los de Elon Musk

O’Flaherty describió que los últimos años hubo muchos cambios, pues empresas como Starlink, de Elon Musk, “han creado una revolución en el mercado”. Al fabricar satélites de órbita baja, que cubren poco territorio pero funcionan en red y significan menores costos y menor retardo en las comunicaciones. 

En otras palabras, en lugar de lanzar un sólo satélite a una órbita lejana, se lanza toda una red de satélites a una distancia menor de la tierra.

El servicio de Starlink, por ejemplo, “es una constelación de miles de satélites que orbitan el planeta mucho más cerca de la Tierra, a unos 550 km”. 

Vale la pena señalar que con este tipo de servicios la señal llega más rápido que con un satélite geoestacional. Según Starlink la diferencia es de 25 ms en lugar de más de 600 ms.

“Lanzar un satélite para un país en el pasado tenía mucho sentido. Ahora es más difícil y primero hay que ver cómo esa solución puede competir con las ofertas que están ahora en el mercado”, dijo O’Flaherty. 

El especialista destacó que es necesario analizar la propuesta con detenimiento para identificar qué es realmente lo que se quiere hacer, pues considera que lanzar una red de satélites de órbita baja podría ser una mejor solución de internet que lanzar un solo satélite para todo el territorio, tomando en cuenta todos los avances tecnológicos que ya existen. 


(AP foto/NASA)

¿Cuánto costaría poner un satélite en órbita? 

O’Flaherty explicó que los satélites tradicionales que están a 36.000 kilómetros de distancia tienen costos que hacen difícil  proporcionar internet gratuito o de bajo costo,  porque aparte de lanzarlo hay que mantenerlo.

El alto costo tiene que ver con que se necesita considerar el diseño, los materiales, el desarrollo y lanzamiento del objeto que por lo general es muy pesado. 

Por otro lado, advierte que “los satélites de órbita baja, como Starlink, lograron bajar más de 10 veces los precios del internet satelital”. Aún así, mencionó, el costo mensual del acceso a este servicio oscila en los 100 dólares (1600 pesos) mensuales. 

Al respecto, Bustamante precisó que los satélites de órbita baja también requieren una inversión importante pues hay que poner muchísimos satélites para lograr la cobertura total del territorio nacional.

En ambos casos, se necesita también evaluar el costo de las antenas que estarán en tierra, pues requieren mantenimiento y garantizar, entre otras cosas, su suministro de energía que puede ser mediante paneles solares. 

El reto de dar internet

De acuerdo con datos del INEGI, en 2022 en el ámbito urbano 83.8 % de la población de 6 años o más utilizó internet, mientras que, en el ámbito rural, 62.3 % de la población usó esta herramienta. 

 O’Flaherty explica que “no se puede cablear absolutamente todo el país, ni siquiera los países más desarrollados pueden llevar fibra hasta los lugares rurales, porque como decía es una inversión que es muy difícil de justificar, entonces dependen de algún tipo de de coberturas satelitales”. 

Pero señala que hay otro tipo de alternativas, como el servicio de datos móviles que proporcionan algunas compañías telefónicas. 

Fuente: ENDUTIH 2022
Fuente: ENDUTIH 2022

Al respecto, dice que México es un país pionero y un ejemplo en infraestructuras de comunidades indígenas creadas por la propia comunidad en esos lugares, donde las compañías que tendrían que dar cobertura –porque tienen las licencias nacionales para telefonía celular– no lograron dar”. 

Vale la pena recordar que la promesa de llevar internet gratuito a todo el país ha sido constante durante el actual gobierno de López Obrador.

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De acuerdo con la Constitución mexicana, el Estado debe garantizar el derecho de acceso a las tecnologías de la información y comunicación, incluido el servicio de banda ancha e internet. 

Pero en su informe más reciente sobre 2021, el INEGI reportó que solo  66.4 % de los hogares en México tenía acceso a internet, cifra que está por debajo de aquellos que disponen de telefonía, sea alámbrica o celular,  que son el 94.9 %.