¿Cómo sacar el máximo partido a tu coche eléctrico en invierno?

¿Cómo sacar el máximo partido a tu coche eléctrico en invierno?

Bienvenido a 'The Switch', la nueva serie sobre movilidad de 'Euronews Next' dirigida a las personas que se plantean cambiar a un vehículo eléctrico. A medida que el ritmo de la electrificación se acelera en medio de una creciente crisis climática y una perspectiva económica incierta, seremos su compañero en la transición de su coche de combustible fósil al eléctrico.

Cada semana, le ofreceremos consejos y opiniones de expertos del sector, y trataremos de desmitificar el proceso y disipar la información errónea. A medida que aumenta la popularidad de los vehículos eléctricos (VE), muchos compradores potenciales se preocupan por su rendimiento en condiciones invernales.

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¿Afecta el frío a los vehículos eléctricos?

Al igual que los seres humanos, los coches prefieren la temperatura ambiente y el frío hace que todos los coches -de gasolina, diésel y eléctricos- funcionen con menos eficiencia.

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Una batería descargada, un alternador defectuoso o un problema con el motor de arranque pueden hacer que un coche con motor de combustión interna (ICE) tenga dificultades para arrancar en invierno. Los vehículos eléctricos, sin embargo, se enfrentan a retos únicos debido a la química de la batería.

Las bajas temperaturas reducen la capacidad y la autonomía de la batería. La capacidad es esencialmente la cantidad de energía que puede almacenar la batería y la rapidez con que puede descargarla, por lo que la recarga llevará más tiempo. En condiciones de frío extremo, los puntos de carga también pueden verse afectados y el resultado puede ser un tiempo de carga considerablemente más lento, por lo que es de esperar que pases más tiempo en las estaciones de carga durante el invierno.

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¿Cómo afecta el descenso de la temperatura a las baterías de los vehículos eléctricos?

Las baterías de los VE almacenan y liberan energía; el frío ralentiza este proceso. Los modelos con bombas de calor y sistemas térmicos avanzados funcionan mejor y conservan más autonomía que los que no los tienen. En general, la autonomía de un vehículo eléctrico puede reducirse hasta un 30% en condiciones invernales moderadas, y hasta un 32% en condiciones más duras.

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La Federación Noruega de Automovilismo (NAF) prueba periódicamente los vehículos eléctricos en invierno y verano para conocer la pérdida de autonomía. En una prueba invernal reciente, 23 vehículos circularon por una combinación de carreteras urbanas y rurales a temperaturas de entre -2 °C y -10 °C, cada uno de ellos con la carga completa y hasta que se agotó. Los resultados mostraron que, aunque todos los modelos perdían autonomía, la magnitud variaba significativamente.

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Por ejemplo, los modelos con mejores resultados conservaron la mayor parte de su autonomía anunciada: el HiPhi Z se situó a la cabeza con 522 km, sólo un 5,9% por debajo de su clasificación WLTP (Worldwide Harmonized Light Vehicles Test Procedure), seguido del NIO ET5 con 481 km y el IONIQ 6 de Hyundai con 468 km. El Model 3 de Tesla, sin embargo, logró casi un 30 % menos de su autonomía anunciada.

Otros resultados variaron mucho, el i5 de BMW perdió sólo un 12,2 por ciento de su autonomía, mientras que los modelos bZ4X de Toyota, C40 Recharge de Volvo y Long Range de Polestar bajaron cerca del 30-31 por ciento. El consumo de energía también fluctuó, y el F-150 Lightning de Ford consumió un 49,2% más de energía por cada 100 km de lo previsto.

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Un estudio realizado por Recurrent en EE.UU. también encontró diferencias de autonomía similares entre modelos, señalando que el Audi e-tron conserva hasta el 80% de su autonomía a 0 ºC, mientras que el Ford F-150 Lightning sólo conserva el 64%. Gracias a unos sistemas térmicos bien diseñados, modelos como el Hyundai Kona Eléctrico pueden incluso superar su autonomía nominal oficial a bajas temperaturas.

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Estas pruebas subrayan la importancia de unas expectativas de autonomía transparentes. Este tipo de pruebas en el mundo real ofrecen información crucial sobre cómo los vehículos eléctricos soportan el frío del invierno, proporcionando a los consumidores conocimientos vitales para la conducción en climas fríos.

Minimizar el impacto del frío en la autonomía de los VE

Aunque no puedas controlar el tiempo, hay muchas formas de minimizar el impacto de las bajas temperaturas en la autonomía. Cuando cargues por la noche, puedes programar el preacondicionamiento para la hora a la que vayas a salir. Esto permite precalentar el habitáculo del coche antes de iniciar el viaje, reduciendo así la carga de la batería al utilizar energía externa en lugar de la energía almacenada en el vehículo.

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Una vez en la carretera, encender la calefacción es la forma más rápida de perder autonomía, así que utiliza asientos y volante calefactados, ya que consumen menos energía que calentar todo el habitáculo, lo que los convierte en una opción eficiente para mantener el calor.

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Busca también un VE con bomba de calor: transfiere el calor de las zonas más frías a las más calientes, lo que permite controlar la temperatura del habitáculo y de la batería. Merece la pena comprar un coche equipado con ella o gastarse un extra si se ofrece como opción.

Por último, asegúrate de que los neumáticos están bien inflados, ya que esto ayuda a que la batería dure más, y comprueba la presión de los neumáticos con regularidad, ya que cualquier desequilibrio en la presión de los neumáticos puede afectar a la eficiencia energética.

Avances tecnológicos en el rendimiento en climas fríos

Los últimos avances están haciendo que los vehículos eléctricos sean más resistentes en climas fríos, abordando los retos de la reducción de la autonomía y la ralentización de los tiempos de carga. Una nueva batería de iones de litio de alta energía del Instituto Dalian de Física Química de China funciona con fiabilidad a temperaturas de hasta -60 °C y presenta una densidad energética superior a 280 Wh/kg.

Del mismo modo, una mezcla de electrolitos con acetato de etilo y altas concentraciones de sales de litio, destacada en New Scientist, permite que los vehículos eléctricos funcionen a temperaturas de hasta -20 °C, con un potencial futuro de funcionamiento entre -40 °C y 60 °C.

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Entre las mejoras para la carga en invierno se encuentran las baterías StoreDot basadas en silicio, que alcanzan el 80% de su capacidad a -10°C y conservan hasta el 85% de su autonomía. La célula Phoenix de Greater Bay Technology puede cargarse al 80% en sólo seis minutos a -20°C, con el apoyo de la tecnología de calentamiento eléctrico por impulsos que calienta las baterías rápidamente sin dañar su vida útil.

Los sistemas de gestión térmica también están evolucionando, con innovaciones como la bomba de calor inteligente de Valeo, que amplía la autonomía de los VE un 30% en invierno. Estos avances tecnológicos ayudan a los VE a mantener su eficiencia y fiabilidad durante todo el año, equipando a los conductores para circular con confianza en condiciones invernales y allanando el camino para una mayor adopción en climas fríos.

Geraldine Herbert es redactora de motor del 'Sunday Independent' y experta en movilidad eléctrica.