Rusia y Occidente unen fuerzas para atajar el comercio de "diamantes de sangre" pese sus diferencias

En esta imagen de archivo, mineros buscan diamantes en Marange, en el este de Zimbabue, el 1 de noviembre de 2006. (AP Foto/Tsvangirayi Mukwazhi, archivo)

NACIONES UNIDAS (AP) — Estados Unidos y sus aliados occidentales están enfrentados con Rusia por su producción de diamantes, pero el miércoles unieron fuerzas para mantener su respaldo al Proceso de Kimberley, que busca erradicar el comercio de los llamados “diamantes de sangre” que ayudaron a alimentar conflictos devastadores en África.

En una reunión de la Asamblea General de Naciones Unidas, sus 193 países miembro adoptaron por consenso una resolución que reconoce que el Proceso de Kimberley, que certifica la exportación de diamantes en bruto, “contribuye a la prevención de los conflictos alimentados por los diamantes” y ayuda al Consejo de Seguridad a aplicar sanciones al comercio de esas piedras preciosas procedentes de zonas en guerra.

El Proceso de Kimberley entró en vigor en 2003 tras las sangrientas guerras civiles en Angola, Sierra Leona y Liberia, donde los grupos armados utilizaron los diamantes para financiarse.

El embajador de Zimbabue ante la ONU, Albert Chimbindi, cuyo país presidió el proceso en 2023, dijo al presentar la resolución que ésta renovará “el compromiso (de la Asamblea General) de garantizar que los diamantes sigan siendo una fuerza para el desarrollo sostenible inclusivo en lugar de un motor de conflictos armados”.

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Era cierto en 2003 y “sigue siéndolo ahora", agregó señalando que los beneficios del comercio de diamantes pueden alimentar conflictos, financiar movimientos rebeldes orientados a socavar o derrocar gobiernos y provocar la proliferación de armas ilegales.

El representante de la Unión Europea, Clayton Curran, dijo a la Asamblea tras la votación que el Proceso de Kimberley “está enfrentando desafíos sin precedentes” y condenó la agresión de uno de los participantes contra otro, en referencia a la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.

Por primera vez en la historia, el pasado noviembre el plenario del proceso no logró un cerrar un comunicado consensuado debido a las graves diferencias entre Rusia y Occidente.

La razón principal fue la petición de Ucrania — respaldada por Estados Unidos, Reino Unido y otros — para examinar si la producción de diamantes de Rusia estaba financiando la guerra del Kremlin contra Kiev y las implicaciones para el Proceso de Kimberley, algo a lo que Moscú y varios de sus aliados se opusieron firmemente.

Rusia se negó a respaldar un comunicado que reconociese el pedido de Ucrania. Y antes de la votación del miércoles, el subdirector del departamento económico del Ministerio de Exteriores ruso, Alexander Repkin, acusó a los países occidentales de sabotear la cooperación internacional sobre diamantes en favor de “sus propios intereses geopolíticos”.

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Aludiendo a las sanciones impuestas por la UE a los diamantes rusos, Repkin acusó a Occidente y a sus empresas de tratar de controlar la producción y el procesamiento global de diamantes.

“El funcionamiento del Proceso de Kimberley está en juego", añadió, apuntando que Rusia hará todo lo posible para respaldar su labor.

Por su parte, Curran instó a reformar el proceso “para ampliar la definición de ‘diamantes de conflicto’ para captar la naturaleza cambiante de los conflictos y las realidades sobre el terreno”. Además, indicó que la UE volverá a debatir este año el impacto negativo del comercio ilegal de estas piedras preciosas sobre el medio ambiente.