Rumanía | Las altas temperaturas tiñen de rosa un lago

El lago Techirghiol, en Constanza, Rumanía, está experimentando un fenómeno poco común: en sus orillas, el agua se ha vuelto rosa.

Esta coloración especial es causada por microorganismos de pigmento rojo, bacterias y algas que se multiplican con el aumento de la salinidad y las altas temperaturas. No son peligrosos para el medio ambiente ni para el famoso lodo sapropélico del lago, muy utilizado en cosmetología y medicina. El único inconveniente es su desagradable olor.

La película rosa que cubre partes de la orilla del lago de agua salada apareció recientemente, después de que las temperaturas superaran los 30 grados centígrados.

Los especialistas dicen que las bacterias del azufre en el lago Techirghiol se transforman en un polvo rosado en las partes de las algas expuestas a la luz y, por lo tanto, el agua cambia de color. Este fenómeno ocurre especialmente en la costa, donde las concentraciones de sal son más elevadas.

Para los turistas, el fenómeno es espectacular. "Es algo fantástico. Nunca había visto algo como esto, (un lago) rosa. Supongo que es por las algas", dijeron unos turistas a Euronews.

Los expertos aseguran que el fenómeno no es peligroso; al contrario, ayuda a aumentar la calidad del lodo sapropélico en el lago. El único inconveniente es el olor causado por la floración de algas que solo durará un breve período, hasta que bajen las temperaturas.

Adrian Bîlbă, investigador científico, explicó que este pigmento rosa "es normal", y dijo que es "específico de lagos con alta concentración de sal y alta temperatura". El experto agregó que "en África hay muchas situaciones de este tipo". De hecho, "la sal del Himalaya es rojiza. La sal obtenida por desalinización natural al sol pasa por una etapa de este tipo de proliferación bacteriana y toma un color rojizo".

El lago Techirghiol, famoso por su lodo sapropélico, es muy buscado por los turistas durante esta época del año. Sus propiedades se utilizan ampliamente en cosmetología y medicina.

Este mismo lago en Rumanía también experimentó un fenómeno inusual el año pasado, cuando, debido a una prolongada sequía, se secó a unos 50 metros de sus orillas.