River no da garantías y a Demichelis lo rodea un halo de desconfianza e interrogantes
Sensible. Así es el momento de River. La caída 1-0 con Huracán en Parque Patricios desnudó que la conducción de Martín Demichelis sigue envuelta en un mundo de preguntas, interrogantes y cuestionamientos de parte del hincha. A pesar de que logró la Supercopa Argentina hace 17 días y que llevaba 17 partidos oficiales sin perder, el equipo llega sin una base férreamente consolidada a la definición de la Copa de la Liga y al inicio de la Copa Libertadores. Tras los primeros tres meses del año, el DT sabe que debe responder lo antes posible en el torneo internacional que marcará el pulso de su ciclo.
Aquel golazo de Rodrigo Aliendro para un festejo agónico en Córdoba ya parece totalmente diluido. El cachetazo que le propinó Independiente Rivadavia con un inesperado 0-4 en Mendoza en un amistoso con equipo alternativo y el gol de Walter Mazzantti en Parque Patricios con el que perdió un invicto que ostentaba desde el 11 de noviembre del año pasado -derrota 3-1 con Rosario Central en Arroyito- le impidieron a River aprovechar el envión del título. Demichelis logró su tercera corona como entrenador millonario, pero dos tropezones ya lo volvieron a poner en el centro de la escena. Hoy parece haber más dudas que certezas y cada decisión del DT, interna o externa, es analizada, cuestionada o expuesta ante el clamor mediático y popular. Devolver esa calma y ese hermetismo interno del vestuario millonario también es una cuenta pendiente.
Demichelis y la desconfianza que lo rodea
A pesar de que los números marcan que Demichelis tiene un 66,66% de efectividad con 69 partidos y un saldo de 41 triunfos, 15 empates y solo 13 derrotas, el presente no transmite garantías. Los aplausos que Micho recibió ante Gimnasia La Plata hace dos fines de semana en el Monumental hoy quedan aplacados por una pregunta que se repite una y otra vez en el mundo River: ¿el equipo está para competir al más alto nivel en la Copa Libertadores, el gran objetivo del año?
River solo ganó cinco de sus 12 partidos en la Copa de la Liga, no pudo imponerse contra Boca e Independiente en los clásicos del semestre y sigue sin tener un hilo conductor claro: únicamente repitió el equipo del 5-0 a Vélez al 3-0 a Deportivo Riestra en la tercera y cuarta fecha del torneo, con el duelo ante Excursionistas por Copa Argentina en el medio. Después, siempre movió al menos una pieza en una rotación constante que afecta directamente al rendimiento colectivo de un plantel que por momentos se impone más por jerarquía que por desarrollo futbolístico.
“¿Sentís que está llegando el mensaje, que el plantel está con tu idea absorbida como para llevarla adelante?”, le consultaron a Demichelis en conferencia de prensa tras la caída con Huracán. “¿Qué mensaje?”, respondió el DT. “El mensaje de cómo jugar, o el que reciben ante tantos cambios. ¿Sentís que llega esa idea de cómo jugar?”, fue la contrapregunta. Y el entrenador, visiblemente incómodo, sentenció: “Eso en todo caso preguntáselo a los jugadores, no me podés preguntar a mí si les llega el mensaje. Hay una idea, es la realidad. A pesar de que sea doloroso perder, y que sea la primera derrota del año, hay unos números que reflejan un montón de cosas hasta hoy. Perder siempre duele, pero si repasás las estadísticas, éramos el equipo que estaba mejor posicionado en un montón de aspectos. No sé de qué mensaje hablás, la idea refleja buenos números”.
Muchos cambios y pocos rendimientos sostenidos
Franco Armani, Leandro González Pirez, Paulo Díaz y Miguel Ángel Borja parecen ser hoy los únicos jugadores de River consolidados en el equipo titular. Un arquero de época, una dupla de central que se repite y un goleador intratable que lleva 11 goles en 13 partidos. El resto de las líneas carece de puestos ya ganados: los laterales aún no logran despegar en ninguna de las dos bandas; los volantes centrales no logran asentarse; los creativos tienen demasiados altibajos; y el acompañante del colombiano no está claro tampoco.
A lo largo del año, Demichelis dispuso siete defensas diferentes en 14 partidos: Herrera, González Pirez, Paulo Díaz y Enzo Díaz fue la conformación que más se repitió (ocho encuentros), mientras que después eligió otras seis variantes diferentes. La dupla de centrales titulares jugó 10 de los 14 encuentros del año y aunque tanto Herrera como Enzo Díaz disputaron 11 juegos desde el arranque, sus rendimientos aún no les permiten asentarse y Sant’Anna, Boselli y Casco aparecen como alternativas.
En el mediocampo, Nicolás Fonseca y Rodrigo Aliendro jugaron siete encuentros, mientras que el propio Aliendro con Rodrigo Villagra lo hicieron en cuatro ocasiones. También optó por Aliendro con Agustín Palavecino y tanto Villagra como Matías Kranevitter en soledad. El punto neurálgico del campo tampoco tiene confirmaciones. En la creación, Nacho Fernández (12 titularidades) y Esequiel Barco (11) han sido fijas, pero fueron de mayor a menor y hoy no están en el nivel que River los necesita. Por eso, los juveniles Claudio Echeverri y Franco Mastantuono, de buenas apariciones, también piden pista ante un regreso apático de Manuel Lanzini, quien solo pudo jugar ante Huracán en el año por un desgarro que le llevó dos meses de recuperación.
En tanto, en la delantera también se dieron diversos cambios. Borja y Colidio fue la dupla que más se repitió, con cinco apariciones. Luego alternaron: Borja en soledad (3), Borja y Solari (2), Borja, Solari y Colidio (2), Colidio y Solari (1) y Colidio en soledad (1). De los 26 tantos que hizo River en 2024, 10 fueron de Borja, 4 de Solari, 3 de Colidio y 2 de Ruberto, lo que expone una marcada dependencia del goleador colombiano.
Obligado a reaccionar
Abril y mayo traerán para River exámenes constantes: debe clasificarse a los cuartos de final de la Copa de la Liga superando a Rosario Central como local y a Instituto de visitante y necesita comenzar con el pie derecho el próximo martes en Venezuela ante Deportivo Táchira en la Copa Libertadores. Después de solo sacar un punto de 12 posibles al salir del Monumental en la Libertadores pasada, el Grupo H lo tiene al Millonario como máximo favorito ante rivales de menor calibre, por lo que ganar fuera de casa también será más que necesario para llevar otro tipo de tranquilidad.
Demichelis tiene una enorme lupa encima y el inicio del camino copero en San Cristóbal, Venezuela, le llegó en medio de una incertidumbre colectiva. Fueron tres meses completos de trabajo y competencia para afrontar el reto más importante del año. Ahora debe mostrar de qué está hecho el equipo que cuenta con el plantel más rico del país.