Ricardo Monreal, ¿rebelde, rival o arma secreta del reinado de López Obrador?

Foto: Archivo Cuartoscuro
Foto: Archivo Cuartoscuro

El pasado jueves el senador Ricardo Monreal, coordinador de Morena, presentó un proyecto de ley para regular las comisiones que cobran los bancos a sus clientes por sus servicios, con la intención de que las homologuen a las de sus países de origen.

La iniciativa de Ricardo Monreal fue sorpresiva y provocó diversas reacciones financieras y políticas. Se depreció el peso frente al dólar, se cayó la Bolsa Mexicana de Valores. Los mercados se pusieron nerviosos.

Sin embrago, el próximo secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, expresó que esa iniciativa no se legislaría hasta no tener un estudio sobre su impacto en la economía nacional.

La reacción política estuvo a cargo de la presidenta de Morena Yeidckol Polevsnky, quien calificó la iniciativa como un “bomberazo” de Monreal.

Ante la crisis que se fraguaba, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador intervino para dar certeza a los bancos, y declaró que su gobierno no hará “ninguna modificación en el marco legal relacionado con asuntos económicos, financieros y fiscales en la primera fase de este gobierno. Para ser más precisos, en los primeros tres años, ninguna modificación”. (Excélsior 12 de noviembre de 2018)

Las reacciones de los banqueros y los políticos que se expresaron en contra de la iniciativa del senador Ricardo Monreal lo descalificaron, aunque entre el público usuario de la banca y algunos senadores, la propuesta fue bien vista debido a que consideran que las comisiones de los bancos son un abuso.

Llama la atención que Ricardo Monreal hubiera presentado su iniciativa sin antes haber calculado las reacciones que suscitaría en un ambiente tan sensible como el financiero. Es difícil dar crédito a esta acción debido a que es un político experimentado, con una sólida formación profesional, teórica y legislativa y por ello su acto admite diferentes interpretaciones.

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Parece contradictorio que Ricardo Monreal, cuando todavía no inicia formalmente el sexenio, se lance en solitario a inquietar a los banqueros sin haberlo consultado con anterioridad. De haberlo hecho implicaría que está en rebelión y pensando que “realmente” el Senado es un poder autónomo, y él tiene el poder suficiente para enfrentar a López Obrador, rebasarlo e imponer una iniciativa que amenaza los privilegios de los banqueros, pero también genera crisis de confianza en el gobierno que empezará en tres semanas. Sería como si se quisiera desquitar porque no lo dejaron competir por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y ahora pasa la factura.

Otra forma de explicar la actitud de Monreal es que inició con seis años de anticipación, su carrera por la presidencia de la república, imitando el modelo de disputa de Morena, caracterizado por no respetar ninguna regla, lo que parece excesivo si se considera que los logros que alcanzó en los pasados 15 años se los debe a su cercanía con López Obrador y que su futuro está ligado a su proyecto.

No sería extraño que la iniciativa de Ricardo Monreal fuera la respuesta a una instrucción de su jefe López Obrador, que está interesado en hacer que los diversos grupos de presión entiendan que en México quien manda y mandará es el presidente que estará en funciones a partir del 1 de diciembre.

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Con la “consulta” para imponer su criterio sobre el destino del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, el presidente electo pasó el mensaje de su autoridad y estilo de gobernar a empresarios nacionales e inversionistas extranjeros y faltaba el sector bancario, en su mayoría extranjero, que lucra en México por encima de lo que lo hace en sus países de origen, que mejor manera de hacerlo que amenazando sus desproporcionadas ganancias.

Los 58 senadores integrantes de la bancada de Morena respaldaron la iniciativa de Ricardo Monreal de regular las comisiones que cobran los bancos, con lo que pusieron de manifiesto su cohesión de grupo, misma que no existiría si de por medio sospecharán que existe un desacuerdo con Ya Sabes Quién.

El público deberá esperar tres años para saber si bajan las comisiones que paga a los bancos y en qué proporción. Lo real es que Maquivelo está de vuelta y los banqueros ahora le deben una a López Obrador. Así de fácil.