Ricardo Condori, el roble del atletismo boliviano, y una mirada 50 año atrás

La Paz, 1 ago (EFE).- Correr aún sigue siendo la pasión, a los 73 años, del atleta boliviano Ricardo Condori, que comenzó con largas distancias en su infancia y pasteando las ovejas de su madre, hasta convertirse en uno de los máximos referentes de los fondistas de su país.

Tanto, que participó en los Juegos Olímpicos de 1972 en Múnich.

Con nostalgia, ha recordado que fue su primera competencia internacional y su única experiencia en unos Juegos Olímpicos.

Pero su carrera no paró allí. Después recorrió casi toda Latinoamérica participando en torneos diversos.

Condori, que al llegar a Múnich tenía 22 años, fue seleccionado junto a sus compatriotas Crispín Quispe, Juvenal Rocha y Lionel Caero. Los cuatro fueron beneficiados con una beca para viajar a Alemania por tres meses para prepararse para esos juegos.

En mayo de 1972 partió hacia Berlín y durante esos tres meses aprendió nuevas técnicas de entrenamiento.

La intensidad era tal que corría diariamente unos 40 kilómetros, por lo que terminó "gastando varios pares de zapatos".

"Lo que antes se entrenaba en Bolivia no era suficiente como para poder competir con los de afuera en campeonatos internacionales", recordó.

LOS JUEGOS

En agosto, los cuatro atletas se unieron a la delegación boliviana, compuesta por once competidores en atletismo, equitación y tiro deportivo.

Lo que más le llamó la atención a Condori al llegar a las instalaciones de los Juegos Olímpicos fue la comida. Recordó que abundaba y estaba a disposición de los deportistas, algo que no era tan usual para su realidad.

"Teníamos demasiada comida. Con Crispín, que es de familia humilde como yo, lloramos una de esas mañanas porque había comida de sobra", dijo con la voz entrecortada.

En esos días pudo ver de cerca a algunos de los deportistas que admiraba como a los corredores etíopes de larga distancia Demisse 'Mamo' Wolde y Abebe Bikila, primer africano ganador de una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos.

Condori participó en el maratón y llegó en el puesto 58 con un tiempo de 2 horas, 56 minutos y 12 segundos. A su juicio, no le fue tan bien. Incluso aún se siente un poco avergonzado al hablar de su desempeño. Pero a la vez, se declara aliviado porque pudo "terminar la competencia".

A 100 METROS DE LA TRAGEDIA

El boliviano recordó aquel trágico 5 de septiembre, cuando un comando palestino terrorista del movimiento "Septiembre Negro" entró en la Villa Olímpica, ingresó en el pabellón donde se encontraba la delegación de Israel y mató a dos de sus miembros y tomó como rehenes a otros nueve más.

Los terroristas exigían la liberación de 200 prisioneros palestinos, un avión para trasladarse hasta El Cairo y dos helicópteros para ir al aeropuerto, condiciones, que tras horas de negociaciones fueron, en apariencia, admitidas.

La Policía mató a tres terroristas y como respuesta los palestinos asesinaron a los nueve rehenes de Israel que desencadenó una batalla que terminó con la muerte de otros dos terroristas y un agente.

Condori contó que la delegación boliviana estaba hospedada a unos 100 metros de donde sucedió esta tragedia, pero que solo en la mañana cuando salía a su entrenamiento se enteró de lo sucedido al ver policías en todo el perímetro de la Villa Olímpica.

"Todo el día no hubo juegos, mas bien hubo una ceremonia al mediodía, como un acto en contra de lo que había sucedido y no había competencias de ninguna clase, recuerdo que nosotros al principio estábamos asustados", subrayó Condori.

SU HISTORIA

Condori cuando era niño corría desde el populoso barrio de Villa Victoria en La Paz hasta su escuela todas las mañanas, luego en vacaciones su madre le llevaba al campo para que se encargara de las ovejas en la comunidad Jancko Amaya, a unos 109 kilómetros de la ciudad de La Paz, cerca del lago Titicaca, el navegable compartido con Perú más alto del mundo.

Luego comenzó a correr lOs maratones de barrios y en un campamento, en el que ganó una carrera, le sugirieron que probara el atletismo y poco a poco fue destacando por sus propias aptitudes hasta ser campeón nacional en esa disciplina.

Condori era mensajero y todos los días recorría las calles de La Paz mientras continuaba con sus entrenamientos, también ganó en varias ocasiones las carreras realizadas por un periódico local.

Luego de volver de Múnich, a raíz de una nota periodística en una revista le contactaron desde Estados Unidos y en 1980 ganó una beca para continuar allí sus entrenamientos.

Llegó para quedarse.

Participó en maratones en Argentina, Bolivia, Canadá, Ecuador, Uruguay y Estados Unidos. Asistió tres veces al Maratón de Boston, también fue en cuatro ocasiones a la carrera de San Silvestre en Brasil y a varias ediciones de los Juegos Panamericanos.

Condori es considerado uno de los principales referentes del atletismo en Bolivia y cuando vuelve a La Paz siempre está dispuesto a compartir sus experiencias con los más jóvenes y aún corre por lo menos unos 10 kilómetros por día.

Yolanda Salazar

(c) Agencia EFE