Los rezagados económicos de Europa ahora lideran su crecimiento

La plaza Monastiraki es una gran atracción turística de Atenas. El turismo ha colaborado a reforzar la economía de Grecia y otros países del sur de Europa. (Hilary Swift/The New York Times)
La plaza Monastiraki es una gran atracción turística de Atenas. El turismo ha colaborado a reforzar la economía de Grecia y otros países del sur de Europa. (Hilary Swift/The New York Times)

Más de una década después de una dolorosa austeridad, Grecia, Portugal y España han crecido más rápido que potencias tradicionales como Alemania. ¿Podrán mantener su bonanza?

Algo extraordinario está ocurriendo en la economía europea: las naciones del sur que estuvieron a punto de romper el bloque monetario del euro durante la crisis financiera de 2012 están creciendo más rápido que Alemania y otros grandes países que han servido durante mucho tiempo como motores de crecimiento de la región.

Esta dinámica está reforzando la salud económica de la región y evitando que la eurozona decaiga demasiado. Los rezagados se han convertido en líderes. Grecia, España y Portugal crecieron en 2023 más del doble que el promedio de la eurozona. Italia no se queda atrás.

Hace poco más de una década, el sur de Europa era el centro de una crisis de deuda de la eurozona que amenazaba con desintegrar el bloque de países que utilizan el euro. Han hecho falta años para recuperarse de profundas recesiones nacionales y rescates internacionales multimillonarios con duros programas de austeridad. Desde entonces, los mismos países se han esforzado por sanear sus finanzas, atrayendo inversores, reactivando el crecimiento y las exportaciones, y revirtiendo el récord de desempleo.

Ahora Alemania, la mayor economía de Europa, está minando la riqueza de la región. Está luchando por salir de una depresión provocada por la subida de los precios de la energía tras la invasión rusa de Ucrania.

Eso quedó claro el martes, cuando los nuevos datos mostraron que la producción económica del bloque monetario del euro creció un 0,3 por ciento en el primer trimestre de este año respecto al trimestre anterior, según la agencia de estadísticas de la Unión Europea, Eurostat. La economía de la eurozona se contrajo un 0,1 por ciento tanto en el tercer como en el cuarto trimestre del año pasado, lo que supone una recesión técnica.

Una zona comercial de Madrid. La economía española creció más deprisa que la del resto de la eurozona el año pasado. (Emilio Parra Doiztua/The New York Times)
Una zona comercial de Madrid. La economía española creció más deprisa que la del resto de la eurozona el año pasado. (Emilio Parra Doiztua/The New York Times)

Alemania, que representa una cuarta parte de la economía del bloque, apenas evitó la recesión en el primer trimestre, con un crecimiento del 0,2 por ciento. España y Portugal crecieron más del triple, lo que demuestra que la economía europea sigue creciendo a dos velocidades.

¿Cómo han salido adelante Grecia, España y Portugal?

Tras años de rescates internacionales y duros programas de austeridad, los países del sur de Europa introdujeron cambios cruciales que han atraído a los inversores, reactivado el crecimiento y las exportaciones, y revertido los niveles récord de desempleo.

Los gobiernos redujeron los impuestos burocráticos y corporativos para estimular la actividad empresarial e impulsaron cambios en sus rígidos mercados laborales, como facilitar a los empresarios la contratación y el despido de trabajadores y reducir el uso generalizado de contratos temporales. Asimismo, redujeron sus elevadísimas deudas y déficits, atrayendo a los fondos internacionales de pensiones e inversión para que volvieran a comprar su deuda soberana.

“Estos países se organizaron tras la crisis europea y son estructuralmente más sólidos y dinámicos que antes”, dijo Holger Schmieding, economista jefe del Berenberg Bank de Londres.

Los países del sur también redoblaron su apuesta por la economía de servicios, especialmente el turismo, que ha generado ingresos récord desde el fin de las restricciones por coronavirus. Y se beneficiaron de parte de un paquete de estímulos de 800.000 millones de euros desplegado por la Unión Europea para ayudar a las economías a recuperarse de la pandemia.

¿Cómo es la economía de dos velocidades?

La economía griega creció casi el doble que la media de la eurozona el año pasado, impulsada por el aumento de la inversión de empresas multinacionales como Microsoft y Pfizer, cifras récord en turismo récord e inversiones en energías renovables.

En Portugal, donde el crecimiento ha estado impulsado por la construcción y la hostelería, la economía creció un 1,4 por ciento en el primer trimestre con respecto al mismo trimestre del año anterior. El crecimiento de la economía española en el mismo periodo fue aún mayor, del 2,4 por ciento.

En Italia, el gobierno conservador ha restringido el gasto y el país exporta más tecnología y productos para automóviles, al tiempo que atrae nuevas inversiones extranjeras en el sector industrial. La economía italiana ha igualado aproximadamente la tasa de crecimiento global de la eurozona, lo que supone una notable mejora para un país considerado durante mucho tiempo un lastre económico.

“Están corrigiendo sus excesos y apretándose el cinturón”, dijo Schmieding refiriéndose a las economías del sur de Europa. “Se han puesto en forma después de vivir por encima de sus posibilidades antes de la crisis, y como resultado son más esbeltos, están en mejor condición y son más agresivos”.

¿Qué ha ocurrido en Alemania?

Durante décadas, Alemania creció de forma constante, pero en lugar de invertir en educación, digitalización e infraestructuras públicas durante esos años de bonanza, los alemanes se volvieron complacientes y peligrosamente dependientes de la energía rusa y de las exportaciones a China.

El resultado han sido dos años de crecimiento casi nulo, que han situado al país en el último lugar entre sus pares del Grupo de los 7 y los países de la eurozona. En términos interanuales, la economía del país se contrajo un 0,2 por ciento en el primer trimestre de 2024.

Alemania representa una cuarta parte de la economía europea, y el gobierno alemán predijo la semana pasada que la economía crecería solo un 0,3 por ciento este año.

Los economistas señalan problemas estructurales, como el envejecimiento de la población activa, los elevados precios de la energía y los impuestos, y la excesiva burocracia, que deben abordarse antes de que se produzcan cambios significativos.

“Básicamente, Alemania no hizo los deberes cuando le iba bien”, dijo Jasmin Gröschl, economista sénior de Allianz, con sede en Múnich. “Y ahora estamos sintiendo el dolor”.

Además, Alemania también construyó su economía sobre un modelo orientado a la exportación que dependía del comercio internacional y de las cadenas mundiales de suministro, que se han visto perturbadas por los conflictos geopolíticos y las crecientes tensiones entre China y Estados Unidos, sus dos principales socios comerciales.

¿Y las otras grandes economías europeas?

En Francia, segunda economía de la eurozona, el Gobierno ha rebajado recientemente sus previsiones. Su economía creció en el primer trimestre un 1,1 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.

Las finanzas francesas están empeorando: el déficit ha alcanzado la cifra récord del 5,5 por ciento del producto interior bruto, y la deuda ha llegado al 110 por ciento de la economía. El Gobierno anunció recientemente que necesitaría ahorrar unos 20.000 millones de euros este año y el próximo.

Los Países Bajos solo han salido recientemente de una leve recesión que sufrió el año pasado, cuando la economía se contrajo un 1,1 por ciento. El mercado inmobiliario holandés se vio especialmente afectado por el endurecimiento de la política monetaria en Europa.

Juntas, las economías alemana, francesa y holandesa representan alrededor del 45 por ciento del producto interior bruto de la eurozona. Mientras sigan arrastrándose, el crecimiento global será moderado.

¿Puede el sur de Europa mantener el ritmo?

Sí, al menos por ahora. Las altas tasas de interés han empezado a enfriar su crecimiento, pero el Banco Central Europeo, que fija las tasas para los 20 países que utilizan el euro, ha señalado que podría recortarlas en su próxima reunión de principios de junio.

La inflación en la eurozona se mantuvo estable en el 2,4 por ciento hasta abril, según informó Eurostat el martes, tras una agresiva campaña del banco para apaciguar los precios desbocados en el último año.

Esto debería ayudar al turismo, uno de los principales motores del crecimiento en España, Grecia y Portugal. Estos países también se beneficiarán cada vez más de los esfuerzos por diversificar sus economías y convertirlas en nuevos destinos para la inversión internacional en manufacturas y tecnología.

Grecia, Italia, España y Portugal —que juntos representan alrededor de una cuarta parte de la economía de la eurozona— también se han visto reforzados por los fondos de recuperación de la Unión Europea, con miles de millones de euros en subvenciones y préstamos de bajo costo invertidos en digitalización económica y energías renovables.

Pero, según los economistas, para que estos avances no sean efímeros, los países deben aprovechar el impulso y seguir aumentando la competitividad y la productividad. El desempleo, aunque se ha reducido drásticamente desde la crisis, sigue siendo elevado, y el crecimiento salarial de muchos puestos de trabajo no han podido seguir el ritmo de la inflación.

Además, los países del Sur siguen soportando elevadas cargas de deuda que plantean dudas sobre la sostenibilidad de la mejora de sus finanzas. Alemania, por el contrario, se ha autoimpuesto un límite para financiar su economía mediante préstamos.

Estas inversiones “contribuirán a que sus economías estén más preparadas para el futuro”, dijo Bert Colijn, economista jefe para la eurozona del ING Bank. “¿Desafiarán a Alemania y Francia como potencias de Europa? Eso es ir un paso demasiado lejos”.

Eshe Nelson colaboró con reportería.


Liz Alderman
es la corresponsal jefa de negocios para Europa y escribe sobre la evolución económica, social y política en Europa. Más de Liz Alderman


Melissa Eddy
está radicada en Berlín y reporta sobre la política, las empresas y la economía de Alemania. Más de Melissa Eddy

Eshe Nelson colaboró con reportería.

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