Reforma 222 y el orgullo gay en sus pasillos que solo se permite si se paga alquiler

Mujeres participantes en la llamada 'Marcha Lencha' en la CDMX. Justo después de ella se dio un caso de discriminación en el centro comercial Reforma 222 contra unas mujeres que portaban una pancarta del orgullo gay. FOTO: GRACIELA LÓPEZ /CUARTOSCURO.COM
Mujeres participantes en la llamada 'Marcha Lencha' en la CDMX. Justo después de ella se dio un caso de discriminación en el centro comercial Reforma 222 contra unas mujeres que portaban una pancarta del orgullo gay. FOTO: GRACIELA LÓPEZ /CUARTOSCURO.COM

Reforma 222 se desenmascaró a sí mismo. Y de paso se llevó a todas las marcas oportunistas que aprovechan el mes del orgullo para lucrar y quedar bien. La valoración que estos centros y las marcas hacen de sus acciones es muy conocido: según ellos, se encuentran en la vanguardia publicitaria y progresista, pues basta con sacar logos y mercancía con los colores del arcoíris para que todo mundo se dé cuenta de lo tolerantes, inclusivos y abiertos de mente que son. Pero, en el terreno de los hechos, han quedado ridiculizados en su propia casa.

En un video difundido en redes sociales, se puede apreciar a una pareja de chicas lesbianas que habían asistido a la marcha multitudinaria (Marcha Lencha) de este fin de semana, y que padecen la discriminación expresada, en este caso, por un policía de la plaza, pero que sin duda refleja los intereses empresariales del establecimiento y de las muchas marcas ahí promocionadas. Las chicas cuestionaron el porqué las marcas si pueden colocar publicidad referente al Mes del Orgullo: “¿Nike sí puede venir a poner su propaganda gay?”, cuestionó una de las chicas.

El guardia les dijo que estaba prohibido portar objetos con consignas al interior del centro comercial y de pasó dejó claro cuál es la distinción que hace el centro comercial: “Es diferente porque ellos están pagando el uso del suelo”. Según relató la pareja vía Instagram, únicamente querían acceder al baño y fue ahí cuando Reforma 222 hizo gala de toda la hipocresía que los nutre a ellos y a sus socios. “Queremos venir a comer algo y…”, se quejó una de las chicas, ante la reiteración del policía que no cesaba en su intento de hacer que bajaran el cartel que portaban.

Lo primero que hay que decir, con toda claridad, es que en este tipo de centros comerciales la discriminación se cultiva todos los días. Es habitual que cualquier persona ajena a los parámetros que la seguridad del lugar considere normales sea perseguida durante todo su trayecto por la plaza. Para eso se pintan solos y tienen ojos en cada rincón de sus cuidados pisos de mármol.

¿Por qué? ¿Cuál es el motivo? Ninguno en particular, pero el sospechosismo que despierta el color de piel, una ropa desgastada o pirata, y en este caso, una proclama en favor de la comunidad lésbica del país, hace merecedor a cualquier paseante de ser expulsado del recinto o, al menos, de poder acceder libremente a los servicios que brinda. Así, sin ningún tipo de contemplación ni aspecto a negociar.

'Marcha Lencha' en la CDMX | FOTO: GRACIELA LÓPEZ /CUARTOSCURO.COM
'Marcha Lencha' en la CDMX | FOTO: GRACIELA LÓPEZ /CUARTOSCURO.COM

Desde hace mucho tiempo quedó claro que a las marcas fundamentalmente les importa quedar bien con lo que la agenda de turno marque como políticamente correcto. No lo hacen por convicción, claro está, y serían los últimos en salir a abogar por los derechos de todas aquellas minorías que prefieren cuidar y alabar desde el aspecto comercial. A más dinero, mejor para ellos, ya luego habrá tiempo de enviar a un policía para que ponga orden en los pasillos de ese oasis de marketing.

Siempre será más sencillo teñir un logo con la bandera del arcoíris que fomentar activamente el respeto y la no discriminación hacia una comunidad que, especialmente durante este mes, es objeto de explotación comercial en todas las facetas posibles. Porque quizá no hay nada más difícil de entender y esta y otra expresiones de discriminación: ¿qué motiva al emporio comercial a quedar ridiculizado de manera masiva? ¿Por qué se juzga aquello que no tiene forma de ser lucrado comercialmente? Tampoco es que se descubra el hilo negro de la conveniencia comercial que guía a los gurús de la publicidad y las ventas, pero esta vez han dejado claro que la codicia siempre estará por encima de cualquier noción de congruencia.

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