Los rebeldes amplían el control sobre el aparato estatal sirio e inquietan a Occidente
DAMASCO.- El grupo islamista del líder rebelde Abu Mohammad Al-Golani está imponiendo su autoridad en el estado sirio con la misma rapidez con la que se apoderó del país, desplegando la policía, instalando un gobierno provisional, reuniéndose con enviados extranjeros, y suspendiendo la Constitución y el Parlamento durante tres meses, lo que suscita preocupación sobre el grado de inclusión que pretenden tener los nuevos gobernantes de Damasco.
El nuevo gobierno sirio “suspenderá la Constitución y el Parlamento” durante un período de tres meses, declaró hoy Obaida Arnaout, vocero de asuntos políticos de las nuevas autoridades. “Se formará un comité legal y de derechos humanos para examinar la Constitución y luego hacer cambios”.
Desde que el grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS) de Al-Golani, quien ahora prefiere abandonar su nombre de guerra y ser llamado por su nombre original, Ahmad al-Sharaa, barrió del poder a Bashar al-Assad el domingo al frente de una alianza rebelde, sus burócratas -que hasta la semana pasada dirigían una administración islamista en un remoto rincón del noroeste de Siria- se han trasladado a la sede del gobierno en Damasco.
El nombramiento el lunes de Mohammed al-Bashir -jefe del gobierno regional de Idlib, enclave de HTS- como nuevo primer ministro interino de Siria subrayó la condición del grupo como el más poderoso de los que lucharon durante más de 13 años para poner fin al férreo gobierno de Al-Assad.
Aunque formaba parte de Al-Qaeda antes de romper lazos en 2016, HTS había tranquilizado a líderes tribales, funcionarios locales y sirios de a pie durante su marcha hacia Damasco asegurando que protegería las confesiones minoritarias, ganándose una amplia aprobación.
“El gobierno islámico no existe. Al fin y al cabo, somos musulmanes y se trata de instituciones civiles o ministerios”, afirmó Mohammed Ghazal, un ingeniero civil de 36 años, con gafas y una espesa barba, criado en Emiratos Árabes Unidos y que hablaba un inglés casi perfecto.
“No tenemos ningún problema con ninguna etnia ni religión”, afirmó. “Quien creó el problema fue el régimen (de Al-Assad)”.
Sin embargo, la forma en que HTS procedió hasta ahora a dar forma al nuevo gobierno provisional -trayendo a altos cargos de Idlib- causó preocupación. Cuatro fuentes de la oposición y tres diplomáticos manifestaron su preocupación por el carácter inclusivo del proceso hasta el momento.
La comunidad internacional está preocupada por el trato que estos gobernantes puedan dar a las numerosas minorías que viven en Siria y varios países han pedido una gobierno “inclusivo”.
Estados Unidos ve la caída de Al-Assad como una oportunidad extraordinaria para librar a Siria “de una vez por todas” de las armas químicas utilizadas por su régimen para matar o herir a miles de personas en su guerra civil. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se reunió el jueves con el rey Abdalá de Jordania en la ciudad de Áqaba, en el mar Rojo, a su llegada a la región para mantener conversaciones sobre Siria tras el derrocamiento de Al-Assad.
Blinken, que se desplazará a Turquía más tarde el jueves, expuso esta semana las esperanzas de Washington en la transición política de Siria, afirmando que reconocería un futuro Gobierno sirio que constituyera un órgano de gobierno creíble, integrador y no sectario.
El secretario de Estado “reiterará el apoyo de Estados Unidos a una transición inclusiva [...] hacia un gobierno responsable y representativo”, indicó el Departamento de Estado al anunciar el viaje del diplomático.
También insistirá en “la necesidad [...] de respetar los derechos de las minorías, de facilitar la distribución de la ayuda humanitaria, de impedir que Siria sirva de base para el terrorismo o no constituya una amenaza para sus vecinos, y de vigilar que las reservas de armas químicas se mantengan seguras y sean destruidas en total seguridad”, agregó.
El G7 de las principales potenciales occidentales dijo precisamente que apoyará una “transición inclusiva” y exigió que el nuevo gobierno respete los derechos de las mujeres.
Bashir, quien dijo que sólo permanecerá en el poder hasta marzo, afirmó que “garantizaremos los derechos de toda la población y de todas las confesiones en Siria”. También instó a los millones de sirios en el exilio a volver para “reconstruir” el país, de mayoría árabe sunita, pero donde cohabitan numerosas comunidades étnicas y religiosas.
HTS -que sigue estando clasificado como grupo terrorista por Estados Unidos, Turquía y otros gobiernos- aún no ha explicado del todo los detalles clave del proceso de transición.
En declaraciones el miércoles, Al-Golani dijo que disolverá las fuerzas de seguridad del régimen derrocado, cerrará sus prisiones y perseguirá a todo aquel implicado en torturas o asesinatos de detenidos.
Los nuevos dirigentes buscan tranquilizar a la comunidad internacional.
Mientras los sirios celebran la caída del brutal estado policial de Al-Assad, algunos expresan su temor por lo que pueda venir.
En un café de Damasco, Wissam Bashir, de 28 años, expresó su preocupación “por las cosas que estoy viendo (...) como el nuevo gobierno, la propagación de banderas islámicas”.
Cuando tomó posesión de su cargo esta semana, Bashir apareció con dos banderas a sus espaldas: la verde, negra y blanca, enarbolada por los opositores a Al-Assad durante toda la guerra civil, y una bandera blanca con el juramento islámico de fe escrito en negro, típica de combatientes islamistas suníes.
Zakaria Malahifji, secretario general del Movimiento Nacional Sirio, que en su día fue asesor político de los rebeldes en Alepo, dijo que la falta de consultas para formar un gobierno provisional es un paso en falso.
“Están trayendo (ministros) de un color, debería haber participación de otros”, afirmó. “La sociedad siria es diversa en cuanto a culturas y etnias, así que francamente esto es preocupante”.
Por otra parte, las fuerzas kurdo-sirias anunciaron su decisión de izar la “bandera de la revolución” enarbolada por los insurgentes islamistas que tomaron el poder en Damasco y depusieron al régimen de Bashar al-Assad, en todas las instituciones de la región autónoma de facto que controlan en el noreste sirio.
”Formamos parte de la Siria unida y del pueblo sirio”, reza el comunicado de las fuerzas kurdo-sirias difundido antes los medios de comunicación.
En el comunicado difundido antes, las Fuerzas Democráticas Sirias, un paraguas de grupos armados kurdos y prokurdos que se adhieren a la ideología del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) en el noreste de Siria, escriben que “con motivo del fin de la era de represión y dominación impuesta por el régimen sirio al pueblo durante más de medio siglo, durante el cual los sirios han sufrido la injusticia, la marginación y la exclusión, es el derecho de los sirios celebrar la victoria de su voluntad en el derrocamiento de este régimen opresivo”.
Agencias AFP, AP, ANSA y Reuters