El Racing de Gustavo Costas: el sueño del DT-hincha, menos caciques y la fórmula colombiana

Una pausa en el entrenamiento del plantel de Racing, en Pilar, durante la pretemporada
Una pausa en el entrenamiento del plantel de Racing, en Pilar, durante la pretemporada

El 2024 arrancó para Racing a toda velocidad y con caras nuevas, como si en ese movimiento hubiera encontrado la receta para dejar atrás un 2023 que dejó gusto a poco en la mitad celeste y blanca de Avellaneda. Con la principal novedad del regreso de Gustavo Costas al banco de suplentes tras 17 años, la Academia transita en Pilar la parte más intensa de la pretemporada, en la que el flamante entrenador ya trazó los primeros desafíos para este año que recién comienza.

(Re) armar el grupo

Curtido como futbolista en la década del 80 y del 90, con Alfio “Coco” Basile como principal espejo, Costas es de los entrenadores que le dan al grupo un valor importante para encontrar un buen rendimiento deportivo. En sus 25 años de carrera, el ex zaguero acumuló títulos en cuatro países distintos (Perú, Paraguay, Ecuador y Colombia). Más que un sello táctico o una manera particular de plantear los partidos, la marca de Costas parece ser generar una identificación con sus jugadores. Eso es lo que ha buscado en estos primeros entrenamientos. Más aún en un vestuario como el de la Academia, que viene de vivir un 2023 agitado. Entre las salidas del mercado de pases, hay algunos nombres de peso que incluso han usado la cinta de capitán como Gonzalo Piovi y Gabriel Hauche. Todavía resta una resolución del caso de Emiliano Vecchio, uno de los principales motivos de tensión en el vestuario por sus reiteradas ausencias, quien aún no se presentó en esta pretemporada y parece tener marcado el camino de salida. Es una incógnita el futuro de un histórico como Gabriel Arias, que renovó su contrato pero evalúa ofertas de otros clubes de Argentina y del exterior.

Vecchio, uno de los referentes que no seguiría
Vecchio, uno de los referentes que no seguiría - Créditos: @Fotobaires/Nicolas Aboaf

La pertenencia

Costas, como futbolista, se puso 336 veces la camiseta celeste y blanca de Racing. Es, detrás de Natalio Perinetti, el segundo jugador que más veces saltó a la cancha para defender a la Academia. “¿Cómo estoy? Feliz, si estoy en Racing”, repite por estos días. Fanático desde la cuna, con sus dos hijos también hinchas presentes en el cuerpo técnico, el técnico busca dotar de sentido de pertenencia e identificación a un grupo que, desde el insólito desenlace con el penal errado por Jonathan Galván en 2022, pareció alejarse de los hinchas. Durante el año pasado, el clima de tensión se hizo sentir en el Cilindro en distintos partidos. “Se nota que Gustavo (Costas) es Racing”, dijo el lateral Gabriel Rojas luego del primer entrenamiento del año, tras conocer al flamante técnico. Uno de los principales objetivos del DT es renovar ese vínculo entre los hinchas y los jugadores. Y lo quiere hacer con ADN racinguista. Por eso apoyó el regreso al club de Gustavo Campagnuolo como entrenador de arqueros e insistió durante estas semanas con el arribo de Bruno Zuculini, criado en el Predio Tita, a quien le imagina un rol importante en el vestuario y en el campo.

Una base nueva

Más allá de los objetivos de fortalecer el vestuario y refrescar el vínculo con los hinchas, Costas se propuso para este 2024 una renovación futbolística que cambie lo que ya se había transformado en una identidad para Racing en 2022 y 2023 de la mano de Fernando Gago. Por eso, el mercado de pases de la Academia ha sido movido tanto en el rubro bajas como altas. Maximiliano Romero, Nicolás Oroz, Aníbal Moreno, Vecchio, Piovi y Hauche, nombres que fueron importantes en el ciclo de Gago, ya no están en el club. La lista de salidas se ampliará en las próximas semanas. Maximiliano Salas, Adrián “Maravilla” Martínez, Santiago Solari y el arquero Facundo Cambeseses son los refuerzos hasta el momento. Los mediocampistas Santiago Sosa y Bruno Zuculini están expectantes de ultimar detalles para sumarse al grupo. Y aún resta reforzar la zaga central. A la espera de los primeros ensayos tácticos, la idea que da vuelta por la cabeza del técnico es armar un equipo combativo que dé respaldo al tridente de ataque de colombianos, con Juan Fernando Quintero suelto, de lanzador, para aprovechar la potencia y la velocidad de Roger Martínez y Johan Carbonero.

Ser campeón

Además de la sonrisa con la que acompaña cada aparición pública con la ropa de entrenador de Racing puesta, hay otro sello que ya parece dejar Costas desde que fue presentado el 18 de diciembre. Seguidor a la distancia de cada detalle académico, el ex DT de la selección de Bolivia se diferenció de entrada del concepto de “competir” que repetía como un mantra Fernando Gago para ponerse el desafío de ser campeón, sin eufemismos. Incluso habló de la deuda internacional que suma Racing, que tendrá su décimo año consecutivo de presencia en un torneo continental, aunque nunca pudo cruzar el Rubicón de los cuartos de final ni en la Libertadores ni en la Sudamericana. “Gustavo nos dijo que ya no hay que competir más, sino que ahora hay que ganar. Nosotros deseamos lo mismo y queremos lograr un título. La idea es llegar a la final de la Sudamericana”, aseguró Rojas, dejando en claro que el mensaje del DT es el mismo hacia afuera y hacia adentro.

Gustavo Costas con parte de su cuerpo técnico
Gustavo Costas con parte de su cuerpo técnico

Desafío personal

En el año en que cumple 25 temporadas como entrenador, Costas siente que está ante el sueño de su vida. Desde que inició su carrera en Racing, en 1999, pasó por 10 equipos distintos (Olimpia, Guaraní, Alianza Lima, Al Nassr, Al Fayha, Barcelona de Guayaquil, Independiente Santa Fe, Atlas, Palestino y la Selección de Bolivia), en ocho países diferentes (Paraguay, Perú, Arabia Saudita, Ecuador, Colombia, México, Chile y Bolivia) y fue campeón en cuatro ligas distintas (Paraguay, Perú, Ecuador y Colombia). Ahora, el desafío es demostrarse a sí mismo que puede estar a la altura de ser campeón con el club de su vida. Su tercer ciclo en el club tiene otro contexto al de 1999, con Racing en quiebra, y al de 2007, con un gerenciamiento ya de salida de la mano de Fernando De Tomaso. El DT sabe que el apellido y la historia no sirven como paraguas en un fútbol argentino que tiene una paciencia escasa. Cuando ya se había resignado a que el llamado de la Academia para una nueva oportunidad no llegaría, sucedió. Su desvelo es aprovecharlo.