Pupilo de Ismael Salas va a un infierno en la torre, ¿podrá seguir los pasos de Robeisy Ramírez?

Brian Marino Mendoza sabe muy bien que va a un infierno en la torre.

Este sábado intentará arrebatarle su faja de campeón interino superwelter a Sebastián Fundora en una velada de SHOWTIME desde el Dignity Health Sports Park en Carson, California, pero no será nada fácil.

Fundora es un gigante al que denominan “La Torre Infernal’’ y sale como favorito de apuestas y expertos, pero el pupilo del profesor Ismael Salas cree poseer las herramientas para apagar cualquier fuego en las alturas y seguir el camino de Robeisy Ramírez, quien es su compañero de establo y acaba de coronarse rey del peso pluma.

Hijo de padres cubanos, “La Bala’’ (21-2, 15 KO) regresará a las 154 libras tras noquear al excampeón Jeison Rosario en el quinto asalto de su enfrentamiento de peso medio en noviembre, lo que constituye su mejor triunfo hasta el momento.

Fundora es un hombre alto, ¿cómo te preparas para alguien así?

“Hicimos los mismos fundamentos de siempre, trabajando lo básico, ajustando la técnica, y después hacer todo esto para un zurdo, alto. Trajimos a Michael Fox, quien también es alto, zurdo, para hacer guanteo. Hizo todo igual que Fundora, hasta los mismos espejuelos’’.

Pero romper esa guardia es un reto grande.

“Estamos listos. Fundora es un peleador que no usa su alcance mucho. Le gusta pelear adentro, pero a veces intenta usar su alcance. Estoy listo para lo que quiera: si desea boxear, si quiere quedarse en el medio. Estoy listo para cualquier Fundora que venga’’.

Pierdes con Jesús Ramos, ¿cómo fue el proceso de levantarte?

“Madurando, con la experiencia que ahora tengo dentro y fuera del ring. Pero mucho se debió a que pude trabajar consistentemente con el preparador físico Tony Brady. Siempre tuve la técnica con Ismael Salas, pero me tomó tiempo conseguir el tanque de reserva, pero ahora lo tengo junto con la fuerza, la inteligencia. Lo he juntado todo’’.

¿Cuánta confianza te dio vencer por nocaut a Jeison Rosario?

“Cada pelea cuenta, pero en esa pelea era el momento de enseñar. La gente se reía cuando decía que iba a tener un excampeón unificado en mi hoja de servicios. Fui a esa pelea y lo hice. Dejé que mis manos hablaran por mí. La gente puede pensar lo que quiera. Como ahora que dicen que mi rival es demasiado alto, pero yo también soy un problema que él debe resolver’’.

Entonces no te molesta ser el desfavorecido en apuestas y pronósticos.

“Fíjate que lo estoy disfrutando. Después de Rosario disfruto más de las victorias, porque nadie espera mi triunfo, es una pelea que debe ser muy difícil para mí. Me gusta ver las caras de todos los que no creyeron y la sonrisa de todos los que creen en mí’’.

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¿Es este el mejor momento de tu carrera?

“Claro que sí y sigo mejorando todos los días. Trabajo como nadie y estudio mucho. Siempre aprendo en el gimnasio. No se trata de estar fuerte. La diferencia está en guantear con campeones mundiales. Todo se está juntando. Las fichas van encajando’’.

¿Cómo ha crecido la relación con Salas?

‘’Miro los videos de cuando llegué por primera vez con Salas a Las Vegas y me da hasta pena ver cómo tiraba los golpes. Yo había llegado a un tope en mi ciudad de Albuquerque, Nuevo México. No había nada más. Pero sabía que había más y con Salas todos esos riesgos que he tomado ya están pagando dividendos’’.

Esta es una pelea de dos cubanoamericanos, ¿significa algo?

“Sí, porque no se ve mucho hoy en día, pero al mismo tiempo no me importa quién está en la otra esquina, porque estoy aquí para ganar y pueden poner al que sea que el sacrificio y el trabajo de este campamento nadie me lo puede quitar’’.