Publicó una foto de su hija mordiendo el corazón de un ciervo e Internet reaccionó indignada

Un cazador de Nueva Zelanda está en el centro de una tormenta mediática tras publicar unas fotos de su hija de ocho años comiendo el corazón de un ciervo recién cazado.

Una de las fotos, publicada por el hombre identificado como “Johny” en una página de cazadoras de Nueva Zelanda, lo muestra con su hija, un rifle y el venado muerto, y otra -la que ha hecho saltar las alarmas- muestra a la pequeña mordiendo el órgano vital ensangrentado.

image

Foto de IBT

En su texto, Johny dice que es un papá orgulloso y que su hija disparó con éxito y mató a un ciervo joven el pasado fin de semana de descanso.

“Miren a mi pequeña princesa-ninja rosada Chloe (8) con su primer ciervo joven. Cazado en un bloque de arbusto en una granja de amigos la semana pasada”, escribió Johny.

Agregó Chloe “tomó un bocado de su corazón tembloroso y caliente”, y publicó una foto para demostrarlo.

El post ha sido compartido casi 20.000 veces y en la sección de comentarios decenas criticaron al padre, calificándolo de “sádico” y psicopático.

Otros, sin embargo, recordaron que morder el corazón de la primera presa de caza es un viejo ritual.

Contactado por Buzzfeed News, el hombre se mostró sorprendido por la reacción, puesto que se trata de una página donde las mujeres suelen publicar fotos con sus presas.

“Chloe y yo amamos nuestras aventuras juntos”, afirmó.

“Chloe ha estado viniendo de caza conmigo desde que tenía ocho meses de edad. Este fue su primer ciervo. Ella ha disparado una cabra, y ha estado de tiro al blanco ”.

Johny dijo que la respuesta negativa no le molestaba.

“Me gustaría citar el dicho, ‘leones no se preocupan de las opiniones de las ovejas.” Ella quería hacerlo cuando vio una foto de su tío mordiendo el corazón de su primer ciervo.

“No lo tomamos demasiado en serio; es algo que algunos cazadores hacen con la primera presa. Yo no diría que [es] ritualista, pero ella es una cazadora ahora”, afirmó.

La postura ante la caza es cada vez menos tolerante en muchos países del llamado Primer Mundo. Recientemente comentamos del caso de una cazadora de 12 años, cuyas fotos desataron otra controversia.