Las protestas en Georgia se acercan a su primer mes y los ciudadanos exigen cambios significativos
A punto de cumplirse un mes de las protestas en Georgia, ciudadanos de todo el país siguen exigiendo cambios políticos significativos, como nuevas elecciones parlamentarias y la liberación de los presos detenidos durante las manifestaciones.
Las protestas comenzaron el 28 de noviembre, después de que el primer ministro Kobakhidze anunciara que Georgia pospondría su candidatura a la UE hasta 2028. Desde entonces, ha habido un flujo constante de personas marchando durante el día y manteniéndose activas también durante la noche.
El movimiento ha reunido a grupos muy diversos, como estudiantes, mujeres, profesionales de diversos campos e incluso bailarines que interpretan el Khorumi, una danza de combate tradicional georgiana. Uno de los manifestantes, Bakur Kvaratskhelia, hizo hincapié en las reivindicaciones populares: "Lo que el pueblo pide son elecciones, la liberación de los presos detenidos y cambios para un futuro mejor en Europa. Somos realmente miembros de la familia europea. El futuro brillante está en Europa, y todos luchamos por ello".
La 'Marcha de la Unidad' suma apoyos a las reivindicaciones de la oposición georgiana
El 25 de diciembre, el movimiento georgiano de oposición social y política fue testigo de una poderosa demostración de unidad cuando un nutrido grupo de armenios, azerbaiyanos y otras minorías nacionales residentes en Georgia se unieron a las protestas en lo que se denominó la 'Marcha de la Unidad'. Caminando por la calle principal de Tiflis, sumaron sus voces a las crecientes peticiones de cambio político.
Kamila Mamedova, una manifestante de una minoría étnica, expresó sus aspiraciones compartidas: "Hemos unido a las minorías étnicas que viven en Georgia. Nosotros, como cualquier ciudadano de Georgia, queremos una vida normal. Una vida sin miedo, una vida donde tus derechos estén protegidos, donde tu cultura esté protegida. Por eso queremos un futuro europeo".
La situación política en Georgia sigue siendo tensa, con divisiones cada vez más profundas. Los partidos de la oposición y los manifestantes afirman que no van a dar un paso atrás, lo que indica que la presión en las calles por el cambio político está lejos de haber terminado.