‘Prepárate para gritar’: Cómo ser un fanático del béisbol en Corea del Sur

Un equipo de porristas de los Dodgers de Los Ángeles durante un juego de exhibición contra los Héroes de Kiwoom de Corea del Sur en el Gocheok SkyDome en Seúl, Corea del Sur, el 17 de marzo de 2024. (Jun Michael Park/The New York Times)
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Un equipo de porristas de los Dodgers de Los Ángeles durante un juego de exhibición contra los Héroes de Kiwoom de Corea del Sur en el Gocheok SkyDome en Seúl, Corea del Sur, el 17 de marzo de 2024. (Jun Michael Park/The New York Times) ‌

SEÚL, Corea del Sur— En Estados Unidos, en muchos juegos de las Grandes Ligas de Béisbol (MLB, por su sigla en inglés) se caracterizan por largos periodos de calma, interrumpidos por gritos y vítores cuando hay acción en el campo o el órgano del estadio toca alguna melodía pegadiza.

Pero en Corea del Sur, un partido de béisbol es una sobrecarga sensorial sostenida. Cada jugador tiene una canción de batalla, y los animadores (incluidos bateristas y bailarines que se paran en plataformas cerca de los “dugouts”, de frente a los espectadores) garantizan que haya cánticos casi todo el tiempo. Imagina estar en un estadio donde todos los jugadores, incluso los novatos, reciben trato de estrella.

“Prepárate para gritar”, dijo Kim Seongjun, un aficionado de 26 años que asistió a un partido de exhibición en Seúl durante el fin de semana. “Es divertido pararse y animar”.

Además, la comida está a otro nivel. Piensa en el estadio como un bufet gigante de comida callejera coreana.

Todo esto les espera a los Dodgers de Los Ángeles y a los Padres de San Diego cuando inauguren la temporada de la MLB en Seúl esta semana. A continuación, una guía para los aficionados visitantes.

Ponte de pie

Ingresar a cualquier estadio de béisbol de Corea del Sur significa que te alentarán a levantarte y participar en rutinas de gritos y vítores casi constantemente desde el primer hasta el último lanzamiento. Los aficionados por lo general miran al equipo de animadores de su respectivo equipo y repiten los cánticos, canciones y bailes interpretados por sus porristas, bateristas y su líder, el “maestro animador”.

La Organización Coreana de Béisbol (KBO, por su sigla en inglés) profesionalizó los equipos de animadores a principios de la década de 2000, en parte para atraer nuevos aficionados. Eso ha ayudado a que los estadios sean espacios acogedores en un país donde muchas personas trabajan muchas horas y enfrentan inmensas presiones sociales.

“Nuestra enorme cultura de vítores es parte de la razón por la que el béisbol es un deporte tan popular aquí”, afirmó Jung Jihoon, de 22 años, quien dirigió la sección de tambores en el partido de exhibición de los Padres el domingo, en el que vencieron a la selección nacional de Corea del Sur por 1 a 0.

Cuando los Héroes de Kiwoom jugaron contra los Dodgers el domingo, Kim Jung-suk, el maestro animador del club surcoreano de 39 años, gritó: “¡Sácala de jonrón! ¡sácala de jonrón!” Los aficionados repitieron eso mientras golpeaban rítmicamente al mismo tiempo botellas de plástico vacías y bates de béisbol de juguete.

Cada vez que un bateador golpeaba la pelota, el crujido de su bate convertía los cánticos en gritos.

“En cuanto al juego, todo el mundo podría estar interesado en los Dodgers”, dijo Kim sobre el encuentro, en el que el equipo estadounidense derrotó a su equipo 14 a 3. “Pero en términos de vítores, los Héroes de Kiwoom no se quedaron atrás”.

Apréndete las canciones de batalla

Cada vez que un jugador se acerca al plato, se reproducen canciones de batalla personalizadas. Por lo general, incluyen el nombre del jugador y una melodía corta.

Los aficionados locales se las saben de memoria.

Kim Soowon, de 38 años, quien asistió al juego de los Héroes con su esposo e hijos, dijo que las canciones del equipo eran tan fáciles de aprender que incluso sus gemelos de 2 años se las sabían.

“Aquí, los partidos de béisbol son un gran lugar para que los trabajadores de oficina vayan a gritar después del trabajo”, dijo.

Para los juegos de esta semana, los maestros animadores pasaron semanas creando canciones de batalla para cada jugador de la MLB, adaptada de melodías ampliamente reconocidas que los equipos de Corea del Sur utilizan.

Las canciones de batalla se entonan cuando un jugador se acerca al plato. Luego, mientras se enfrenta al lanzador contrario, el maestro animador dirige cánticos que piden hits o, si el equipo va perdiendo, un jonrón para darle la vuelta al partido.

“¡Ohtani, embásate! ¡Ohtani, embásate!”, corearon los aficionados en coreano cuando fue el turno al bate del querido jugador de los Dodgers, Shohei Ohtani durante el juego de exhibición el domingo. Se ponchó dos veces.

Siéntete libre de bailar

Cada canción tiene su baile. No te preocupes si no conoces los movimientos. Cada equipo tiene un grupo de porristas que los enseñan.

“Me encanta la energía que enviamos y recibimos cuando los aficionados siguen nuestros movimientos”, dijo Kim Hana, de 25 años, animadora de los Héroes. “Te ayudaremos a aprender todos los bailes”.

Los vítores, los bailes y las señas han atraído al béisbol a jóvenes aficionados que, de otro modo, podrían considerar aburrido el deporte. “En la era de YouTube y TikTok, es difícil sentarse a ver un juego de tres horas”, dijo Barney Yoo, director de operaciones internacionales de la KBO.

Un vendedor de “tteokbokki” (pasteles de arroz picantes), “eomuk” (pasteles de pescado), “sundae” (salchicha con arroz y verduras) y cerveza de barril durante un partido de exhibición entre la selección nacional de béisbol de Corea del Sur y los Padres de San Diego en el Gocheok SkyDome en Seúl, Corea del Sur, el 17 de marzo de 2024. (Jun Michael Park/The New York Times)

Come algo diferente

Aquí, el béisbol puede ser una experiencia gastronómica completa que incluye clásicos ineludibles coreanos como los pasteles de arroz picantes fritos, manitas de cerdo estofadas y “chimaek”, jerga coreana para referirse a la combinación de pollo frito y cerveza. Muchos aficionados llevan comidas de varios platos a sus asientos y algunos estadios tienen zonas de barbacoa para quienes quieran asar alimentos a la parrilla.

Cada estadio de béisbol en Corea del Sur también sirve sus propios platos especiales. El estadio de béisbol Jamsil, en Seúl, es conocido por sus fideos picantes en caldo “kimchi”. En Suwon, al sur de la capital, los aficionados deliran con los “dumplings” y el pollo entero frito.

Y en el Gocheok Sky Dome, donde se jugarán los partidos inaugurales de la temporada de la MLB, cientos de personas hacen fila para disfrutar de camarones fritos crujientes cubiertos con una salsa a base de mayonesa. Si no le temes a las especias, considera probar la versión de salsa “mala” para darle un toque picante.

Quédate hasta el final

Hubo cierta preocupación entre los funcionarios que planeaban los juegos de esta semana de que los cánticos pudieran molestar a los jugadores no coreanos. Pero los partidos de exhibición del fin de semana fueron más moderados que un partido coreano habitual. Eso podría deberse a que los aficionados no apoyaban fervientemente un resultado en particular.

Después del juego de los Dodgers del domingo, el mánager del equipo, Dave Roberts, le dijo a los periodistas que a sus jugadores no les habían distraído los vítores. Al contrario.

“El ambiente, la atmósfera fue genial”, afirmó.

Un aspecto de la cultura de los aficionados coreanos resultará reconfortante para los perdedores de los partidos de la MLB. Mientras que los aficionados estadounidenses podrían irse temprano, desanimados, si su equipo parece enfilarse a una derrota ineludible, los aficionados aquí por lo general se quedan en sus asientos hasta el último out.

c.2024 The New York Times Company