¿Están las políticas de DeSantis avivando las divisiones raciales?

En una soleada tarde de enero, el reverendo R.B. Holmes se dirigió al podio en un escenario frente al Capitolio de la Florida.

Alrededor de 3,000 personas miraban mientras Holmes, pastor de la Iglesia Bautista Misionera Bethel en el barrio históricamente negro de Frenchtown, en Tallahassee, se preparaba para pronunciar la bendición en la toma de posesión en 2019 del 46to gobernador de la Florida, Ron DeSantis. Fue un momento que Holmes, entonces republicano registrado, disfrutó: los hombres negros que asistieron a escuelas segregadas no llegan a cerrar una toma de posesión todos los días.

Ahora, más de tres años después, dice que el “buen éxito” por el que rezó parece tener un significado diferente para DeSantis.

“Cuando hablo de éxito, significa que tenemos que tener un sentido de unidad”, dijo Holmes. En octubre de 2021, dejó el Partido Republicano y se convirtió en independiente, una decisión que, según él, fue motivada por el “trumpismo” que se había convertido en el mantra del Partido Republicano. “Creo que es una política divisiva, creo que es una política equivocada. Es la política que no nos une”.

Mientras DeSantis hace campaña por la reelección, Holmes y algunos otros floridanos negros dicen que su estado natal ha retrocedido bajo el gobernador republicano, cuyas políticas parecen más orientadas a captar a una audiencia nacional. Señalan las leyes firmadas por DeSantis —desde la “Ley Frenar el Progresismo” hasta el proyecto de ley antidisturbios— y su control sin precedentes sobre la modificación de los mapas congresuales de la Florida como evidencia de que está más preocupado por las aspiraciones a la Casa Blanca que por los asuntos que afectan a las comunidades negras.

“Los afroamericanos de todo el estado se han quejado de que no es sensible a sus problemas y a los problemas de la gente de color”, dijo el representante demócrata Al Lawson. “Da la impresión de que no siente que tenga que hacerlo”.

Alrededor del 26% de los floridanos negros votaron por DeSantis en 2018, según las encuestas a la salida de las casillas de CNN. Más recientemente, una encuesta de la Universidad del Norte de la Florida (UNF) publicada en febrero encontró que alrededor de 70% de los floridanos negros desaprobaba a DeSantis, mientras que 23% lo aprobaba. Aunque han pasado aproximadamente cinco meses desde que se realizó la encuesta, Michael Binder, el director del Laboratorio de Investigación de Opinión Pública de UNF, que llevó a cabo el sondeo, dijo que el resultado “no ha cambiado mucho”.

“Si se observan las políticas aprobadas y los temas que defiende, no es sorprendente que una gran mayoría de floridanos negros no apoye al gobernador”, dijo Binder.

La Florida tiene cinco distritos congresuales encabezados por afroamericanos, cuatro de los cuales han elegido a demócratas. Lawson dirige uno de los dos que serán eliminados según el mapa congresual modificado por DeSantis, quien no respondió a una solicitud de declaraciones. El Distrito Congresual 5, que abarca una amplia franja de comunidades anexas que se extienden a lo largo de la frontera norte de la Florida, tiene el segundo porcentaje más alto de estadounidenses negros en el estado. La Corte Suprema estatal aprobó la configuración este-oeste del distrito en 2015, en parte para dar más poder de voto a sus habitantes afroamericanos, algunos de los cuales son descendientes de esclavos que trabajaron en plantaciones cercanas o emigraron a la región, dijo Lawson.

“Fue escrito por la Corte Suprema y 63% de la gente en el estado de la Florida votó” para aprobar las enmiendas de Distritos Justos en 2010, agregó Lawson, refiriéndose a los artículos que prohibían a los legisladores modificar los distritos para reducir la capacidad de los electores de minorías de elegir representantes. DeSantis “no tuvo en cuenta nada de eso. Todo lo que quería hacer era eliminarlo”.

Las consecuencias de la modificación de la Florida por parte de DeSantis —tanto en sus distritos congresuales como en su identidad— están lejos de conocerse. Pero si la reducción del poder de voto de los negros y la restricción de los debates críticos sobre la raza son el resultado, el ex senador Dwight Bullard, que también enseñó Estudios Sociales en la escuela secundaria durante más de una década, cree que el futuro de la Florida podría parecerse a su pasado.

DeSantis “quiere dar forma a la Florida en una visión particular que nos devuelve a una época en la que la violencia contra los negros no solo estaba justificada sino que era abiertamente aceptada”, dijo Bullard.

‘Nos mostró quién era’

Algunas de las políticas de DeSantis recuerdan a la estrategia sureña que han esgrimido los presidentes republicanos , desde Richard Nixon hasta Ronald Reagan y, más recientemente, Donald Trump, según Patrick Mason, director del departamento de Estudios Afroamericanos de la Universidad Estatal de Florida (FSU).

“Es la estrategia conservadora de maximizar el voto blanco encontrando cosas por las que los votantes blancos se sienten agraviados y luego atacando esas cosas, ya sean reales o imaginarias”, dijo Mason.

Empleado por primera vez por Barry Goldwater en 1964 en medio del Movimiento por los Derechos Civiles, el concepto capitalizó la ansiedad racial de los demócratas blancos del Sur, muchos de los cuales se convirtieron en republicanos. El difunto estratega de la campaña republicana Lee Atwater describió en una ocasión la estrategia como una herramienta de reclutamiento que usaba discursos en código para enmascarar epítetos raciales.

“En 1968 no puedes decir ‘n-----’ - eso te perjudica, te sale el tiro por la culata”, dijo Atwater en una entrevista de 1981. “Así que dices cosas como, eh, el transporte forzoso en autobús, los derechos de los estados, y todas esas cosas, y te pones muy abstracto. Ahora hablas de reducir los impuestos, y todas estas cosas de las que hablas son totalmente económicas y un subproducto de ellas es que los negros salen peor parados que los blancos. ... ‘Queremos reducir esto’ es mucho más abstracto que incluso el asunto de los autobuses, y mucho más abstracto que ‘N-----, n-----’”.

La clave del éxito de la estrategia es emplear personas o políticas que protejan al usuario de las acusaciones de racismo, algo que Camara Williams, abogada y estratega política afincada de Orlando, dijo que DeSantis ha hecho bastante bien. Por ejemplo, DeSantis ha nombrado a varios jueces afroamericanos, ha aprobado dar $20 millones a las universidades históricamente negras de la Florida y ha indultado póstumamente a los Cuatro de Groveland, jóvenes negros acusados falsamente de violar a una chica blanca de 17 años en 1949.

“Son escudos contra sus intenciones”, dijo Williams.

Holmes difiere de esa evaluación, diciendo que esas acciones muestran que DeSantis no es racista.

Algunas de “sus políticas lo ponen en la esquina de ser un gobernador de extrema derecha”, dijo Holmes. “Realmente no creo que sea así. Creo que el clima político que vivimos lo ha empujado a la derecha para el futuro”.

Nixon, cuya conversación con Reagan en 1971 reveló los prejuicios de ambos presidentes, usó la frase “la ley y el orden” para cortejar a los electores blancos cansados de las protestas por los derechos civiles de los afroamericanos durante su campaña de 1968.

En una entrevista de 2018 con el Tampa Bay Times, el futuro gobernador enmarcó su oposición a la Enmienda 4, que restauró el derecho al voto para más de un millón de floridanos con condenas por delitos graves, como ser “duro con la delincuencia”. Menos de un año después que casi 65% de los floridanos votó para anular la legislación de la era de Jim Crow, DeSantis promulgó una ley que requiere que las personas anteriormente encarceladas paguen cualquier cuota o multa judicial pendiente antes de votar. Mason dijo que esta táctica se ha usado para limitar el poder de voto de los negros desde el siglo XIX.

“Tenías estos estados donde los afroamericanos eran un alto porcentaje de la población y entonces querían encontrar una manera de limitar el poder de voto”, dijo Mason. “Una forma de hacerlo era si tenían antecedentes penales”.

A raíz de las protestas del movimiento Black Lives Matter que envolvieron el verano de 2020, a pesar de que la mayoría de las manifestaciones de la Florida no eran violentas, DeSantis abogó por la ley “antidisturbios” que criminalizaba el bloqueo del tráfico durante las protestas pacíficas. Cuando se le preguntó a DeSantis sobre los cubanoamericanos que tomaron las carreteras de Miami para protestar por las condiciones en Cuba en julio de 2021, desvió la conversación a las manifestaciones en Cuba que “no están necesariamente diseñadas para ser pacíficas” porque eso es una revuelta.

Un juez federal bloqueó el proyecto de ley en septiembre de 2021 debido a su fomento de la “aplicación arbitraria y discriminatoria”.

“Se formuló el argumento de que todos estos estallidos y todas estas protestas en torno al asesinato de todas estas personas negras justificaban la necesidad de tener este proyecto de ley. Sin embargo, cuando las personas de un color diferente deciden protestar en la forma exacta y la manera en que se dijo que era injustificada, hubo un silencio total”, dijo Bullard, quien ahora se es director político principal de Florida Rising, una organización de derechos electorales centrada en el empoderamiento de las comunidades de minorías.

Reagan invocó la imagen de la “reina del bienestar”, a la cual describió como una mujer afroamericana con “80 nombres, 30 domicilios, 12 tarjetas del Seguro Social” y unos ingresos de $150,000. Una vez elegido, Reagan relacionaba el aumento de la delincuencia con el aumento del gasto en programas sociales para justificar la reducción del presupuesto federal.

“Bajo Reagan, ese partido se volvió más agresivamente hostil hacia los afroamericanos porque su estrategia para ganar era simple: maximizar el voto blanco, ignorar a todos los demás”, dijo Mason.

Ligero cambio de estrategia

La estrategia sureña cambió ligeramente bajo Reagan, quien forjó estrechos lazos con la derecha evangelista e inauguró un renacimiento ideológico dentro del Partido Republicano. Los temas de los evangélicos blancos se convirtieron en los temas del partido, ya que los candidatos conservadores defendían unos papeles de género más tradicionales y eran contrarios al aborto y a los derechos de la comunidad LGBTQ.

“Fue una reacción al Partido Demócrata liberal de los años 60 y 70, cuando el gobierno te decía lo que debías hacer y lo que no”, dijo J. Edwin Benton, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad del Sur de la Florida (USF).

Que Reagan convirtiera el Día de Martin Luther King Jr. en un feriado nacional permitió al 40to presidente presentar sus políticas como “daltónicas”, dijo Mason. “Lo firmó y luego trató de reinterpretar a King”.

DeSantis adoptó una retórica “daltónica” similar para justificar sus mapas congresuales. En enero, DeSantis se involucró en el proceso de modificación de distritos —una primicia en el estado de la Florida— y propuso un mapa que dijo que era “racialmente neutral”. El mapa congresual del gobernador republicano dio a su partido una ventaja de 20-8 sobre los demócratas. En una conferencia de prensa para firmar el proyecto de ley en abril, justificó la eliminación del Distrito Congresual 5 diciendo que “divide a la gente en función del color de su piel”.

Después de escuchar a DeSantis usar “racialmente neutral” en referencia a la modificación de distritos, Williams dijo que supo que el gobernador estaba “haciendo todo lo posible para limitar la participación de los negros”.

“La posición por defecto de ‘racialmente neutral’ es siempre de hombres blancos, especialmente cuando se analiza la política”, dijo Williams. “¿Cómo puede decir que quiere que las cosas sean más ‘neutrales desde el punto de vista racial’ cuando la representación de los negros ya está en un valor disminuido en este estado?”

DeSantis también invocó la memoria de King al presentar la propuesta que se convertiría en la Ley Frenar el Progresismo, que prohíbe aún más la teoría crítica de la raza en las aulas, los lugares de trabajo y, en última instancia, limita lo que se puede enseñar sobre la raza.

“Piensen en lo que representaba MLK. Dijo que no quería que se juzgara a la gente por el color de su piel, sino por su carácter”, dijo DeSantis en diciembre de 2021. “Si escuchan a algunas de estas personas hoy en día, no hablan de eso”.

Yvette Lewis, la presidenta de la rama de la NAACP del Condado Hillsborough, señaló que la interpretación de DeSantis sobre King era muy selectiva y que enseñar Historia no equivale a incitar al odio. “Enseña a entender cómo los negros llegaron a Estados Unidos y por qué los blancos sintieron” que podían esclavizarlos y discriminarlos, dijo.

Al igual que Reagan, DeSantis ha defendido temas vinculados a los evangélicos blancos, como el proyecto de ley “No digas gay” y la prohibición del aborto a partir de las 15 semanas en la Florida. Aunque un juez bloqueó temporalmente la prohibición del aborto en la Florida a finales de junio, la administración del gobernador impugnó el fallo, y la nueva ley está en vigor mientras se desarrolla el proceso legal.

En comparación con sus predecesores, Trump optó por un enfoque más abierto de la estrategia sureña, avivando los temores sobre el oscurecimiento de Estados Unidos que se habían ido acumulando desde que Barack Obama fue elegido el primer presidente afroamericano. Trump afirmó que Obama no había nacido en Estados Unidos, criticó a los atletas profesionales que se arrodillaron durante el himno nacional en protesta por la brutalidad policial, prohibió las visitas desde países mayoritariamente musulmanes y apoyó los monumentos confederados. Este uso de la división condujo al actual clima político de la Florida, dijo Benton.

“Los floridanos de todas las edades son cada vez más conservadores que hace dos, tres o cuatro décadas”, añadió Benton, experto en política de la Florida. “Así que lo que el Partido Republicano ha podido capitalizar es su visión conservadora extrema”.

Esa marca extrema de conservadurismo ha llegado a expensas de los floridanos negros, dice la representante estatal Angela Nixon, demócrata de Duval.

“Nos mostró quién era cuando se postuló para gobernador con su comentario de ‘monkey this up’”, dijo, refiriéndose a los comentarios de DeSantis dirigidos a su oponente demócrata a la gobernación en 2018, Andrew Gillum, quien es afroamericano. Nixon, una legisladora novata, dijo que su experiencia fue “traumática” porque fue rechazada por algunos de sus colegas republicanos por negarse a doblegarse ante DeSantis.

“En lugar de condenar al ostracismo al verdadero tipo malo, que en realidad es racista, nos condenaron al ostracismo”, añadió Nixon.

Trump y DeSantis

Nixon y otros floridanos negros vieron muchas similitudes entre Trump y DeSantis. Ambos lograron crear un culto dentro del Partido Republicano, donde los legisladores aparentemente apoyan todos sus movimientos. Para la senadora estatal demócrata Shevrin Jones, ese tipo de seguimiento ciego muestra que “los controles y los equilibrios han salido volando por la ventana”.

“Tenemos un gobernador que desafía los sistemas judiciales cuando no va a su manera o ataca a los tribunales —lo mismo que hizo Trump— cuando las cosas no van a su manera”, dijo Jones.

Trump ha promovido afirmaciones infundadas de fraude electoral en 2020, mientras que DeSantis no ha rebatido esas acusaciones e inicialmente elogió la forma en que la Florida manejó las elecciones.

“La forma en que la Florida lo hizo, creo que inspira confianza, creo que así es como deben llevarse a cabo las elecciones”, dijo DeSantis en noviembre de 2020.

Para mayo de 2021, DeSantis había firmado una ley creada para “salvaguardar la santidad de las elecciones de la Florida”, según la oficina del gobernador. Esta ley añadía obstáculos a la hora de solicitar las boletas de voto por correo, limitaba el horario de los buzones de boletas y alteraba las normas para prohibir “cualquier actividad con la intención de influir en los electores”, todo lo cual, según dictaminó en marzo un juez federal, discriminaba a los electores negros.

El estado solicitó que se revocara la sentencia y, en mayo, un tribunal federal de apelaciones restableció temporalmente algunas partes de la ley de voto. En medio de las batallas sobre la constitucionalidad de la ley de voto, se convirtió en ley otro proyecto que establecía una fuerza policial dedicada a prevenir los delitos electorales.

“No creo que haya ningún otro lugar en el país en el que debas tener más confianza en que tu voto cuenta que en el estado de la Florida”, dijo DeSantis al promulgar la medida a finales de abril.

Robin Brooks, nacida en Miami y profesora del Departamento de Estudios Africanos de la Universidad de Pittsburgh, dijo que con casi todas las acciones de DeSantis en los titulares nacionales le preocupaba la legislación sobre la responsabilidad de los profesores universitarios debido a la creciente obsesión de los conservadores con la educación superior.

“La historia se está repitiendo”, dijo Brooks. “¿Hacer retroceder los derechos que hemos ganado? Eso es lo que hacen los líderes autoritarios”.