Pese al discurso de igualdad de género, los partidos enfrentan problemas para planificar fórmulas entre hombres y mujeres

Más de 300 convencionales de la Unión Cívica Radical se congregan en La Plata.
Más de 300 convencionales de la Unión Cívica Radical se congregan en La Plata. - Créditos: @Pepe Mateos

Pese a ser una consigna promovida, los partidos no logran establecer la igualdad de género para pensar las fórmulas presidenciales

“Lo lógico es que sean un hombre y una mujer. Estamos en un tiempo donde las mujeres tenemos, o deberíamos tener, un lugar más importante”, planteó hace unos días la senadora nacional y vicepresidenta del bloque de Juntos por el Cambio, Carolina Losada, respecto de la fórmula presidencial que debería presentar la oposición en las próximas elecciones.

Sin embargo, no parece ser una condición vital para los partidos y los nombres que coquetean con posibles candidaturas o ya se anotaron como presidenciables de cara al 2023 que son, en su mayoría, hombres: Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta, por parte de Pro, en el radicalismo tanto Gerardo Morales, Facundo Manes o Alfredo Cornejo se entusiasman con la idea, en el liberalismo Javier Milei y José Luis Espert y por último, la variada lista del oficialismo que todavía no está clara -Alberto Fernández, Eduardo “Wado” de Pedro (ministro del Interior), Daniel Scioli (ministro de Desarrollo Productivo), Sergio Berni (ministro de Seguridad bonaerense), Jorge Capitanich (gobernador de Chaco) o Juan Schiaretti (gobernador de Córdoba). Mayoría de postulantes masculinos.

En el caso de las mujeres, Cristina Kirchner continua siendo un misterio sobre sus aspiraciones presidenciales, pero dentro del peronismo no asoma ninguna otra mujer que se haya posicionado en ese espacio. Solo en el Pro, un partido que en general promovió un poco más figuras femeninas, hay nombres expectantes. Es el caso de la líder de Pro, Patricia Bullrich, y el de María Eugenia Vidal, cuyo futuro electoral es todavía una incógnita. Ambas fueron en 2015 parte de una instalación nacional, la primera con su rol de ministra de Seguridad, y la segunda como gobernadora bonaerense. También en esa elección Macri tomó la decisión de compartir fórmula con Gabriela Michetti (como en la Ciudad), aunque en 2019 volvió a probar con un hombre: Miguel Ángel Pichetto.

El expresidente Mauricio Macri y la exgobernadora María Eugenia Vidal a los timbreos en La Plata
El expresidente Mauricio Macri y la exgobernadora María Eugenia Vidal a los timbreos en La Plata - Créditos: @Instagram

Ya lo dije en la Convención: las mujeres no debemos ser algo que adorna una foto para quedar amplios, sino que realmente se vea en la mujer el liderazgo, más allá del género. Que no se fijen sobre el género para los liderazgos”, agregó Losada que no descartó la posibilidad de integrar alguna fórmula presidencial, en diálogo con Radio Delta. Ese día, la santafesina que fue una de las sorpresas de las últimas elecciones asistió al encuentro en La Plata, donde Gastón Manes quedó al frente del organismo partidario, con Manes y su hermana Georgina Losada. Días más tarde volvió a compartir una placa con el neurólogo: recorrieron juntos La Matanza en una señal para una posible fórmula. El radicalismo es la fuerza política, entre las más importantes, que menos figuras femeninas de alcance nacional potenció.

“¿Cambió tanto la Argentina en cuatro años como para pensar que no puede haber una fórmula de dos hombres? Creo que Carolina Losada lo diga de alguna manera implica que hay un riesgo de que efectivamente no haya una fórmula mixta. Pero, en principio, me parece que el papel de la mujer en la política argentina ha cambiado. Nada más en la línea de sucesión presidencial está Cristina Kirchner, y Claudia Ledesma Abdala: son dos mujeres en la línea sucesoria. Hay me parece, en ese sentido, un cambio enorme”, considera el analista político Sergio Berensztein. Mientras que en el radicalismo, Losada ya alzó su voz, en el larretismo evitan dar definiciones pero no consideran imprescindible que la fórmula sea mixta. “Es un factor a tener en cuenta, pero no es determinante para definir un binomio”, señalan bien cerca del jefe de Gobierno porteño. En las filas de Milei comparten ese criterio y se justifican con el argumento de que, en línea con el liberalismo, es “indistinto” el género de la persona que ocupe ese lugar. También es un dato de la realidad que el líder de la Libertad Avanza tiene mucho más seguidores varones que mujeres y que encarna un discurso de género más complejo para generar adhesiones femeninas, por ejemplo, rechaza las leyes de paridad salarial o de cupos de género.

Esta situación no es nueva y hace años que se repite esta tendencia. En el 2019 hubo solo cuatro mujeres precandidatas a presidenta y vice en las primarias, exactamente la misma cantidad que 20 años atrás, en las elecciones de 1999. La única mujer precandidata que compitió para Presidente en las PASO fue Manuela Castañeira (Nuevo MAS) que no logró superar el piso del 1,5% para competir en las generales. El resto de las mujeres fueron candidatas para la vicepresidencia.

Además de Cristina Kirchner que conformó la fórmula presidencial por el Frente de Todos con Alberto Fernández, se postuló junto con Juan José Gómez Centurión Cynthia Hotton por NOS y Romina del Plá en la boleta del FIT unidad que encabezaba Nicolás del Caño. El resto de la oferta electoral eran fórmulas integradas por dos hombres: Mauricio Macri-Miguel Ángel Pichetto, Roberto Lavagna-Juan Manuel Urtubey y José Luis Espert-Luis Rosales.

Si miramos números desde el 83 hasta acá, solo 11 mujeres se presentaron como candidatas a presidentas contra 94 varones y hay varios años en donde no hubo candidatas a presidentas. Para vicepresidentas hubo un poco más. Fueron 22 contra 83 varones”, indica Clara Lucarella, integrante de ACIJ (Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia).

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Para la abogada, la razón por la cual las mujeres no llegan a estos espacios de poder, “o no les permiten llegar”, radica en que las desigualdades históricas todavía prevalecen como por ejemplo, una mayor dedicación por parte de las mujeres a las tareas de cuidado. “Las causas no distan mucho de los motivos por los que las mujeres en general no llegan a los cargos jerárquicos”, señala.

Además, apuntó que esta tendencia no es exclusiva de las fórmulas presidenciales y se da en el Ejecutivo en general. Sin embargo, la escasa cantidad de mujeres contrasta con la mayor participación femenina en el Congreso gracias a las leyes de cupo y paridad.

La titular del PRO, Patricia Bullrich, reunió hoy a los equipos técnicos que elaboran propuestas para su posible candidatura presidencial en 2023 en el Yacht Club de Olivos, con la presencia del expresidente Mauricio Macri.
La titular del PRO, Patricia Bullrich, reunió hoy a los equipos técnicos que elaboran propuestas para su posible candidatura presidencial en 2023 en el Yacht Club de Olivos, con la presencia del expresidente Mauricio Macri. - Créditos: @Pablo Añeli

Hasta que no hubo una ley de paridad que obligó a que hubiera 50% de mujeres en las listas eso no sucedía, lo que demuestra que la voluntad política no es suficiente. Nos hace pensar si sería importante tener una ley de las mismas características para la fórmula presidencial, es una prueba de que no es problemático tener un regulación de estas características”, afirma Lucarella y advierte: “Por supuesto que es importante visibilizar que en los espacios de poder más altos siguen escaseando las mujeres y el impacto que tiene después en las políticas públicas. Una falta de diversidad y perspectiva desde el punto de vista de una mujer repercute directamente en la forma en la que se piensa el Gobierno y las decisiones institucionales en general. Me parece que tenemos que pensar también qué tipo de conducción para nuestro país estamos pensando si no hay mujeres en ese espacio”.

En esa misma línea, Emilia Cerra, de la organización Ecofeminita plantea que sigue existiendo una “masculinización del poder” y ejemplifica: “Sigue existiendo la idea de que ante crisis políticas llamamos a los hombres como fue el caso de Aníbal Fernández y Sabina Frederic (NdR: también en los de Jorge Ferraresi por María Eugenia Bielsa, y en el del Martín Soria por Marcela Losardo). Sigue existiendo una masculinización del poder en la teoría porque en la práctica hay mujeres en esos espacios”.

“En principio creo que la formula debería ser mixta para representar más fehacientemente a la sociedad. De todos modos, esto no significa que se traduzca en votos. Lamentablemente la agenda feminista se está politizando bastante y con la polarización galopante que hay se va a politizar aún más. El voto feminista puede llegar a ser un factor, pero votarán a aquella candidata que lleve esas banderas”, analiza.