Las personas con malos hábitos de sueño “pueden tener más riesgo de padecer hígado graso”

Se estudiaron los efectos de acostarse tarde, roncar y dormir la siesta durante el día (Getty Images)
Se estudiaron los efectos de acostarse tarde, roncar y dormir la siesta durante el día (Getty Images)

Las personas que tienen hábitos de sueño poco saludables y un estilo de vida sedentario podrían ser más susceptibles de desarrollar la enfermedad del hígado graso, según un nuevo estudio.

La enfermedad del hígado graso es la principal enfermedad hepática crónica en todo el mundo y afecta a una cuarta parte de la población adulta mundial.

Según las estadísticas del NHS (Servicio Nacional de Salud) del Reino Unido, hasta uno de cada tres británicos se encuentra en las primeras fases de esta enfermedad, en la que hay pequeñas cantidades de grasa en el hígado.

En sus primeras fases, no suele causar ningún daño, pero puede provocar graves daños en el hígado, incluida la cirrosis -cicatrización (fibrosis) del hígado- si se agrava.

El riesgo de padecer diabetes, infartos de miocardio y derrames cerebrales también suele estar asociado a la presencia de niveles elevados de grasa en el hígado.

Según la nueva investigación, publicada el jueves en la revista Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism de la Sociedad de Endocrinología, las personas con malos hábitos de sueño nocturno y siesta diurna prolongada “tienen el mayor riesgo de desarrollar la enfermedad del hígado graso”.

Yan Liu, del Laboratorio Provincial Clave de Alimentación, Nutrición y Salud de Guangdong y de la Universidad Sun Yat-sen de Guangzhou (China), afirmó: “Nuestro estudio descubrió que una mejora moderada de la calidad del sueño estaba relacionada con una reducción del 29 por ciento del riesgo de padecer la enfermedad del hígado graso”.

Los investigadores analizaron las conductas de sueño autoinformadas por 5.011 adultos chinos con enfermedad del hígado graso y descubrieron que acostarse tarde, roncar y hacer la siesta durante el día durante más de 30 minutos se asociaban significativamente con un mayor riesgo de enfermedad del hígado graso.

Una mejora moderada de la calidad del sueño condujo a una reducción del 29 por ciento del riesgo de enfermedad del hígado graso.

Pero el estudio dedujo en general que las personas con un estilo de vida sedentario y con obesidad experimentaban efectos adversos más destacados de la mala calidad del sueño que los demás.

“Nuestro estudio aporta pruebas de que incluso una mejora moderada de la calidad del sueño es suficiente para reducir el riesgo de padecer la enfermedad del hígado graso, sobre todo en las personas con estilos de vida poco saludables”, afirmó el Dr. Liu.

“Dado que una gran proporción de sujetos que padecen una mala calidad del sueño están infradiagnosticados e infratratados, nuestro estudio exige más investigación en este campo y estrategias para mejorar la calidad del sueño”.