Gordofobia en México: “Yo no estoy romantizando ser gorda, solo estoy existiendo”

Con más de 2,7 millones de seguidores en redes, La Fatshionista el derecho de las personas gordas a tener una vida digna sin discriminaciones.

Priscila Arias lleva años concienciando sobre la gordofobia en México desde sus redes.
Priscila Arias lleva años concienciando sobre la gordofobia en México desde sus redes. Facebook.

Es directa, divertida y tiene un humor tremendamente crudo. Hablar con Priscila Arias es hablar con una persona que no atiende a los principios de corrección política y se agradece. No le asustan ni las polémicas ni los odios: lleva años haciéndose fuerte a golpe de controversias.

En 2015 creó La Fatshionista, un blog de moda y belleza donde las mujeres de talla grande pudieran verse representadas. Pronto se dio cuenta que no era suficiente con mostrar que otro tipo de ideal femenino es posible, había que confrontar. El empujón definitivo para apropiarse de su versión más contestataria vino de la mano de su nutrióloga. Ella le hizo entender que no ser capaz de bajar de peso no es un problema ni hay que mantenerse en constante dieta para demostrarle al mundo que uno cuida de su salud. “Me explotó la tacha”, recuerda. Ya no había marcha atrás.

Ahora, con 33 años, la mexicana es una de las voces con mayor autoridad del activismo corporal. Ha hecho de las redes sociales su principal arma desde donde reivindicar la importancia de aceptarse a uno mismo y desmontar esas creencias que reducen a las personas gordas a personas inequívocamente enfermas. “Yo puedo tener un cuerpo gordo, ¿qué me queda? ¿mutilarme? ¿perder la salud en nombre de la salud? ¿Sufro para toda la vida por ser gorda?”, comenta, haciendo gala de ese sarcasmo tan suyo que le ha valido su fama. No es para menos: tiene 2,7 millones de seguidores en Facebook; en Instagram, suma más de 800 mil seguidores.

¿Cómo le explicas a alguien que no sabe qué es la gordofobia de qué se trata?

Para muchas personas puede sonar como la aracnofobia, como el miedo a las arañas; ves a un gordo y te asustas, ¿no? (ríe) La gordofobia es un sistema de discriminación y rechazo sistematizado hacia todas las personas de cuerpos gordos, pero es más fuerte hacia las mujeres por la presión que ya traemos de cumplir con unos estereotipos ideales. Es un sistema institucionalizado. Por ejemplo, el tema de los espacios: no cabes en los asientos del transporte público porque te sales del promedio para el que fueron creados. Pero no porque esa persona se salga del promedio está mal. No porque alguien sea más alto y le queden cortos los pantalones le dices ‘córtate las rodillas’. A las personas gordas sí se nos dice eso pensando que el ser gordos es una decisión. Socialmente se sigue reforzando esa representación de la persona gorda como objeto de burla o desde la visión de que se la pasa comiendo. Este estereotipo es usado como arma para pedirnos explicaciones sobre nuestra salud. Entonces me atrevo a hacerte comentarios, a opinar sobre tu cuerpo, porque está normalizado, pero nadie le pide esas explicaciones a una persona delgada así se caiga de enferma.

Lo que estás diciendo es que se usa la salud como excusa para perpetuar la discriminación…

Exactamente, porque por mucho que fuéramos insanos, merecemos respeto, merecemos ser visibilizados, merecemos ser bellos. La gente dice ‘no romantices un problema de salud’. Pero es que yo no estoy romantizando nada, solo estoy existiendo. Yo no le digo a la gente que sea gorda. Al contrario, ofrezco reconocimiento, porque está cabrón vivir esta presión constante porque no puedes bajar de peso, porque anhelas la delgadez. Y eso es mucho más dañino y no lo ven. Me siguen diciendo que soy gorda porque nunca me comprometí lo suficiente con mi salud. Y eso lo que genera es una bola de problemas mentales y emocionales que desconectan a la persona de su cuerpo y de su amor propio. La mayoría de los gordos, en especial las mujeres, nos la pasamos haciendo dieta y siendo la buena gorda para que la vean que está haciendo algo por mejorar su salud. ¿Cuántas mujeres no conocemos que han estado a dieta toda su vida y que van y vienen y van y vienen con el peso? Eso es mucho más dañino para la salud que quedarte en un peso estable.

Priscila Arias es maquillista de profesión y ha trabajado en diferentes producciones de moda.
Priscila Arias es maquillista de profesión y ha trabajado en diferentes producciones de moda.

Háblame de la situación en México respecto a la gordofobia, ¿se ha avanzado en esta parcela?

(Suelta un pffff) Todo el sistema de discriminación en el que se basa la gordofobia acá se sostiene sobre cimientos médicos. Si el doctor dice que es por salud, por salud te mereces toda la mierda del mundo hasta que bajes de peso. El sistema médico es tan deficiente y tan gordofóbico que solo te mandan a adelgazar, pero no te diagnostican ni se ponen a ver tus circunstancias de vida. México se coloca entre los países con más obesidad del mundo y eso tiene una relación directa con la pobreza. Cuando tienes que aguantar con una única comida, nadie va a querer un plato de papaya. Van a querer un tamal, que es lo que más llena y para lo que te alcanza. Pero el médico, en vez de diagnosticarme y hacerme entender qué es lo que está pasando, me dice ‘Te veo pasada de tamales’. ¿Y si mejor enseñamos a la gente a cuidar sus hábitos y entender qué pueden hacer desde sus circunstancias más allá de solo decirle cierra la boca y haz ejercicio? Este sistema no funciona. Se supone que están muy preocupados por nuestra salud, pero muchos médicos ni siquiera se quieren dar el lujo de atender personas gordas porque son ‘las que más se complican’. ¿Entonces para qué estudiaste? Yo tengo resistencia a la insulina y pasaron 20 años hasta que alguien me lo diagnosticó porque nunca nadie revisó mi insulina, que es la base de la diabetes tipo 2 que, se supone, está matando a muchas personas en México.

Es un problema estructural, entonces...

Una médica me comentó justo ayer en mis redes que ellos se dedican a erradicar la obesidad. Yo creo que se dedican a erradicar gordos, que es muy distinto, porque no individualizan la salud. Llegan estudiantes de medicina a mi comunidad que cuentan que su profesor dice que no crean a las personas gordas porque van a mentir sobre si comieron, si hicieron ejercicio... No dudo que hay personas gordas que comen mucho y no hacen ejercicio, tanto como hay flacas que comen mucho, son flojas y no les importan los hábitos… Pero no todas las personas gordas somos así. Y en la medida que no se visibilice esa otra posibilidad, el sistema médico no va a dejar de ser violentísimo y gordofóbico.

En todo este tiempo que llevas trabajando en redes, ¿qué ha cambiado? ¿ves más o menos odio?

Creo que empeora en la medida en la que, obviamente, tengo más seguidores y una opinión mía se hace viral y recibe más odio. Hace poco compartí unos videos con mi opinión acerca de la película La Ballena y recibí mucho odio y comentarios que me decían que así iba a acabar, que yo era la ballena. Las redes se convierten en un arma para amenazarte. En estos ocho años he visto que los más violentos con sus comentarios son los hombres y te lo firmo donde quieras. He recibido amenazas de muerte del tipo ‘te veo en la calle y te mato’ o comentarios de ‘eres una maldita cerda, no vales nada’. Una mujer me puede desacreditar, puede no creerme, puede invalidarme, puede decirme ‘ridícula’ o que estoy promoviendo la obesidad. Pero la sarta de insultos, eso es de hombres. Y me buscan: si cancelo comentarios en un lado, buscan la forma de contactarme por otro para hacerme llegar su mierda. Está muy heavy que tan violentos pueden ser los hombres.

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Volviendo al tema de la gordofobia, la palabra ‘gordo’ se suele usar para insultar. ¿La discriminación empieza con el lenguaje?

Habría que liberar la palabra gordo de todas las connotaciones negativas. Ser gordo no es un insulto, es una característica. Como cuando dices ‘estoy al lado de la mujer gorda’, claro, es una mujer gorda, igual que si estás al lado de un hombre alto o una mujer rubia. O cuando decimos ‘me siento gordo’ porque hemos comido mucho. Se asocia la idea de que comer es igual a gordura y eso es muy peligroso. O cuando dicen ‘Ay, que gorda, no quiero ir a hacer ejercicio’. O sea, yo soy gorda y hago ejercicio, ¿entonces? Desde ese ‘sentir’ de gorda o cuando te citas a ti misma como gorda por comer o no hacer ejercicio se reproducen los prejuicios y la discriminación. También esta toda esa parte de la ‘animalización’ a través del lenguaje. Cuando te dicen ballena, cerda, bla bla bla, te deshumanizan, como que no mereces siquiera estar al nivel humano. La gente tiene pánico a engordar porque ser gordo te convierte en víctima, pierdes los privilegios. Y eso es muy violento, no es chistoso.

Cada vez se ven más mujeres de tallas grandes representadas en la moda, ¿cómo analizas esta inclusión? ¿Es suficiente?

(Se ríe) Es una vil hipocresía de la industria. Yo que me dedico a la moda me han frustrado muchísimo. Por ejemplo, Victoria’s Secret, la firma que más me traumó con sus estereotipos, es como que ahora se quieren lavar las culpas y decir ‘bueno, ya incluimos gordas’, pero sus diseños siguen siendo hilos para personas delgadas, eso no le hace forma a una persona gorda. Yo trabajé con Adidas en algún punto y tenían una campaña increíble de unos tops que llegaban hasta tres XL. El comercial era hermoso y lo compartieron activistas corporales y nutriólogas. Pero cuando ibas a la web, solo tenían hasta la talla XL y en tienda, solo hasta la L. Las marcas tienen ese discurso hipócrita de ‘incluimos a una curvy’, pero lo más que hacen es llegar a la talla L. Tuve una agencia de modelos en México tres años y la cerré porque o hacía algo que tuviera que ver con ropa de tallas grandes o no trabajaba. Las marcas difícilmente agarraban a una modelo gorda para un comercial de botellas de agua, o de relojes o de una infinidad de productos que nada tienen que ver con la moda.

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