A estos peloteros sí les importa, sí quieren ganar. Los Marlins ofrecen un rayo de esperanza ante los Rockies

Después que los Rockies fabricaran cinco carreras en la primera entrada, el silencio podía escucharse en el loanDepot park. Después de todo, se habían vivido tantas jornadas iguales, destinadas a la derrota, pero los Marlins demostraron que todavía hay una chispa de pasión.

Los peces vinieron de atrás y borraron una desventaja de cinco para imponerse en 10 entradas por pizarra de 7-6 a Colorado y romper una racha de siete fracasos y sumar su tercera victoria en casa en medio de circunstancias adversas y ante una afición de 6,706 aficionados.

“Para todos aquellos que digan que a ellos no les importa, que no pelean, que no trabajan, esto prueba que están equivocados’‘, comentó el manager Skip Schumaker. “Los resultados son los resultados, lo entiendo, pero no es por falta de esfuerzo o que no les importe. Sí les importa y quieren ganar’‘.

Cuando parecía que ya nada era posible, que ninguna resistencia aparecería, los Marlins lograron borrar una desventaja de cinco carreras en la novena entrada, primero ante los envíos del abridor Ryan Feltner y luego frente al relevista Justin Lawrence.

Durante ocho entradas, Feltner había establecido un cerrojo sobre la ofensiva de los peces con una economía tremenda de lanzamientos y nada presagiaba la tormenta que se le vendría encima, cuando Luiz Arraez pegó un doble que remolcó la primera de Miami antes de que Dane Myers trajera dos más con un sencillo al jardín central.

Pero lo de Lawrence fue peor al llenar las bases luego de que Josh Bell le conectara un sencillo y luego golpeara a Jesús Sánchez para forzar la cuarta de los peces y permitir un elevado de sacrificio de Emanuel Rivera que significó la del empate y el extra innings.

Colorado aprovechó la décima y la regla del corredor para anotar la sexta con un doblete de Ryan McMahon, pero Miami devolvió el golpe con un batazo idéntico que remolcó la de la igualada y Myers, quién había entradao a jugar tras la expulsión de Jazz Chisholm por protestar bolas y strikes en la séptima, pegó el batazo decisivo para dejar en el terreno a los Rockies.

“Fue algo realmente irreal’‘, reveló Myers. “Mi esposa, mi hijo y mi mamá estaban en las gradas. Así que fue muy agradable tener un momento así delante de ellos. El equipo no ha tenido el comienzo esperado y yo tampoco. Se que todavía me quedan cosas en qué trabajar’‘.

Colorado llegaba en una nube de cansancio tras jugar la serie contra los Astros en Ciudad de México, donde se consolidaron como el peor equipo de la División con un record de 7-21 y con cinco derrotas en sus últimas siete presentaciones.

De modo que este enfrentamiento fue entre dos clubes que han jugado una pelota horrenda, muy por debajo del promedio en la Liga Nacional y asentados en los últimos puestos de pitcheo y bateo, pero por esta vez los visitantes llevaron la peor parte.

Sixto Sánchez vivió un inicio de juego en extremo complicado al permitir cinco carreras y siete imparables antes de componerse en el montículo y caminar tres entradas más que al final resultaron un alivio para un bullpen que ha trabajado en exceso.