Pelícanos descansan en Ciudad de México mientras esfuerzos por limpiar el agua rinden frutos

Por Carlos Carrillo

CIUDAD DE MÉXICO, 16 dic (Reuters) - En el lado norte de la bulliciosa Ciudad de México, pelícanos blancos americanos nadan en un lago después de viajar miles de kilómetros desde Estados Unidos y Canadá para escapar del duro invierno.

Parte de las bandadas migratorias llegan a México cada año para alimentarse y descansar, los pelícanos comenzaron a detenerse en el lago del Bosque San Juan de Aragón después de que la ciudad y los científicos comenzaran hace una década a crear humedales cercanos para revivir el medio ambiente local.

"Se fueron perdiendo estos espacios y ahorita la misión es recuperar algunos de ellos para que podamos disfrutar de toda la diversidad de aves", dijo Miriam Vargas, encargada de fauna silvestre en los humedales del lago.

Unos 65 pelícanos han llegado hasta ahora para reunir fuerzas, como otra aves. En el lago y en los humedales, un número de expertos esperan que aumente a alrededor de 400 a principios del próximo año.

Pelecanus erythrorhynchos, como se clasifica al pelícano de 15 kilogramos, es una de las aves más grandes del continente, con una envergadura de hasta 3 metros (10 pies) y su pico amarillo es famoso por el trabajo en equipo que despliega para atrapar peces.

Surgido de una iniciativa entre la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el gobierno de la Ciudad de México para limpiar el suministro de agua local mediante la creación de un humedal en 2010, el refugio de agua limpia fue diseñado para atraer vida silvestre.

Un segundo humedal siguió en 2020.

El lago Bosque San Juan de Aragón es considerado por las autoridades de la megalópolis como una historia de éxito en sus esfuerzos por contener la contaminación de los hábitats naturales provocada por la urbanización y el crecimiento de la población.

Para los visitantes, es un recordatorio de que Ciudad de México tiene más que ofrecer que obras en construcción y largas horas en el tráfico diario.

"Es un lugar que tenemos en la ciudad para poder ser testigos de este tipo de migraciones", dijo el ingeniero Luis Bautista, quien visitaba el bosque con su hija. "En una ciudad que a lo mejor nosotros pensaríamos que solo se da en otro tipo de ambientes".

(Reporte Carlos Carrillo; escrito por Carolina Pulice; editado por Dave Graham; traducido por Lizbeth Díaz)