Tras sus operación, el Papa reapareció desde el hospital y destacó lo “importante que es un buen servicio sanitario y accesible a todos”
ROMA.- Con los teleobjetivos de todo el mundo apuntados sobre sí e inmensa expectativa mediática, tal como estaba previsto el papa Francisco reapareció hoy al mediodía italiano desde un balcón del décimo piso del Hospital Gemelli, donde se encuentra internado desde hace una semana por una operación de colon.
Con buen aspecto, el Papa de 84 años –que hace una semana fue sometido a una delicada cirugía de tres horas programada en el colon y aún no se sabe cuándo será dado de alta-, parado ante un atril y sin señales de decaimiento, agradeció todos los mensajes, apoyo y oraciones recibidos en los últimos días. Y centró la tradicional oración mariana dominical en su experiencia de ilustre enfermo. Al evocar el Evangelio del día, habló del “aceite” con que el ungían y curaban a los enfermos y del sacramento de la Unción de los enfermos, en la importancia de que exista un buen sistema sanitario, “gratuito y accesible a todos” y, como hizo en plena pandemia, reiteró su aprecio por la labor del personal sanitario.
“Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! Me alegra poder mantener la cita dominical del Ángelus también aquí desde el Hospital Gemelli. Les doy las gracias a todos: he sentido mucho vuestra cercanía y el apoyo de vuestras oraciones. Gracias de todo corazón”, arrancó, desatando los aplausos de decenas de fieles, enfermeros, monjas, sacerdotes que, bajo un sol abrasador, se juntaron en la plaza adyacente al hospital para verlo. A la espera de que saliera, al mediodía (las 7 de la Argentina), algunos, con gorros para protegerse del sol y botellitas de agua, cantaban y rezaban.
El Papa, que en dos oportunidades tosió, pero que ostentó una buena voz, recordó que el Evangelio de hoy dice que los discípulos de Jesús, enviados por Él, “ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban”. “Este ‘aceite’ es ciertamente el sacramento de la Unción de los enfermos, que da consuelo al espíritu y al cuerpo. Pero este ‘aceite’ es también la escucha, la cercanía, la atención, la ternura de quien cuida a la persona enferma: es como una caricia que hace que nos sintamos mejor, que calma el dolor y anima”, explicó. “Tarde o temprano todos necesitamos esta ‘unción’, y todos podemos dársela a alguien, con una visita, una llamada telefónica, una mano tendida a quien necesita ayuda”, agregó, pasando a hablar de su experiencia de los últimos días, en los que por primera vez en su pontificado, quedó internado por varios días, tuvo una operación de más de tres horas, bajo anestesia general.
“En estos días de hospitalización, he experimentado lo importante que es un buen servicio sanitario, accesible a todos, como el que hay en Italia y en otros países. Un sistema sanitario gratuito que garantice un buen servicio accesible para todos. No debemos perder este bien tan precioso . ¡Tenemos que mantenerlo!”, urgió. “Y para ello debemos esforzarnos todos, porque sirve a todos y requiere la contribución de todos”, advirtió.
“También en la Iglesia a veces pasa que alguna institución sanitaria, debido a una no buena gestión, no va bien económicamente y el primer pensamiento es vender... Pero la vocación, en la Iglesia, no es la de tener plata, sino es el servicio, el servicio siempre es gratuito”, agregó. “No se olviden de esto: salvar las instituciones gratuitas”, insistió.
Expresó luego su “aprecio y aliento” por los médicos y por todo el personal sanitario en general, no sólo del Gemelli, sino también de los demás hospitales del mundo. “Trabajan mucho”, ponderó. Y finalmente pidió rezar “por todos los enfermos”, incluso dos niños que lo acompañaban, en el balcón, junto a otra joven, enfermos e internados como él, a quienes señaló y que, con barbijo, lo aplaudieron. También pidió especialmente por los enfermos que se encuentran en condiciones difíciles y “que no se deje a nadie solo, que todos reciban la unción de la escucha,de la cercanía y del cuidado”. “Lo pedimos por intercesión de María, nuestra Madre, Salud de los Enfermos”.
Minutos más tarde repitió el concepto desde su cuenta de Twitter.
Recemos por todos los enfermos para que no se deje a nadie solo, que todos reciban la unción de la escucha, de la cercanía y del cuidado. Todos podemos darla con una visita, una llamada telefónica, una mano tendida.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) July 11, 2021
Como ya había hecho a través de un telegrama enviado por el cardenal Pietro Parolin, después de recitar la oración mariana, volvió a condenar el asesinato del presidente de Haiti, Jovenel Moise y se unió a los obispos locales para pedir que se depongan las armas, cese la violencia y el castigado país pueda vivir fraternamente.
Recordó, además, que hoy se celebra el Domingo del Mar y exhortó a cuidar la salud de mares y océanos: “¡nada de plástico en el mar!”, urgió. Y finalmente felicitó a su predecesor Benedicto XVI, papa emérito, porque hoy se celebra San Benedicto, patrono de Europa, a los benedictinos y benedictinas y a Europa, auspiciando su unidad. Como siempre suele hacer, finalmente se despidió deseando a todos un buen domingo, un buen almuerzo y su clásico pedido “no se olviden de rezar por mí”, algo que nuevamente desató aplausos de los presentes y gritos de “¡Viva il Papa!”.
Con su aparición para el Ángelus desde el Gemelli, el papa Francisco siguió la “tradición” inaugurada por su predecesor polaco, Juan Pablo II (1978-2005), que tres veces recitó la oración mariana desde lo que consideraba el “Vaticano III”, visto que, debido a diversas intervenciones, tuvo que pasar mucho tiempo en la suite del décimo piso. Una estatua gigante lo recuerda en la entrada del hospital, que probablemente Francisco abandonará en los próximos días, ya que el lunes pasado el Vaticano habló de una internación de siete días.
La operación a la que se sometió en la tarde del domingo pasado fue planificada hace tiempo, según el Vaticano y el Papa aprovechó para hacerla del mes de julio en el que se toma “vacaciones” y suspende las audiencias. Según los partes médicos, más que escuetos, del Vaticano, la cirugía implicó una “hemicolectomía izquierda” (que consiste en extirpar el lado izquierdo del colon y unir las partes remanentes del órgano). La operación duró más de tres horas porque si bien comenzó con laparoscopía, después debió continuar a cielo abierto porque, debido a una pequeña cirugía anterior abdominal menor, no pudieron entrar los pequeños robots que sirven para operar.
(VIDEO) El papa desayuna y da un paseo tras su operación