Los Panthers de Florida viven el momento más glorioso de su historia y no paran de celebrar su hazaña
Las celebraciones y la sensación de experimentar un hecho increíble continúan para los Panthers de Florida, que viven el momento más glorioso de su historia.
En una noche mágica, el lunes en la Amerant Bank Arena en Sunrise, los felinos vencieron 2-1 a los Oilers de Edmonton y conquistaron por primera vez en sus 30 años de vida la Stanley Cup, el objeto del deseo más codiciado de la liga de hockey sobre hielo (NHL).
Debido a tanto tiempo contenidos y a la forma con tanto sufrimiento como se logró la hazaña, apenas sonó el pitazo final del partido se produjo un estallido de euforia, un manicomio de júbilo.
Las emociones desbordaron como cataratas y los aficionados celebraron en las calles y en los bares la corona máxima en este deporte.
El dueño de los Panthers Vicent Viola dijo sentirse orgulloso y humilde al mismo tiempo por una conquista que perseguía desde que compró la franquicia en el 2013.
Los festejos no paran. El club anunció el martes que habrá un gran desfile, La Celebración de los Campeones, el próximo domingo desde las 11 a.m. en Fort Lauderdale.
El desfile arrancará en la A1A y la calle Riomar y terminará en el Beach Park, al frente del hotel Maren, en la calle Quinta, en el SE.
“Esto es todo lo que uno es capaz de soñar”, exclamó el defensa canadiense de los Panthers Aaron Ekblad al terminar el encuentro.
“Dicen que este tipo de emociones no se pueden poner en palabras y es verdad. Hace unos minutos estuve llorando como un bebé”.
No era para menos.
Título con sufrimiento
El título fue ganado con sufrimiento, luego de remontar una montaña cargada de frustraciones.
Solo tres veces los Panthers habían alcanzado la final de la Stanley Cup desde que el legendario empresario Wayne Huizenga fundara el club en 1993.
Poco tiempo antes, Huizenga había creado los entonces Marlins de Florida y era además copropietario de los Dolphins de Miami.
Había fundado AutoNation, Waste Management y además era dueño de Blockbuster Video.
En 1996, los felinos llegaron por primera vez a la final de la liga y la perdieron. Luego vino una seguidilla de frustraciones y desde entonces hasta el 2000 apenas llegaron cinco veces a los playoffs de la NHL, pero nunca pudieron ganar una serie.
Hace cuatro años empezó el renacimiento del club. Fue cuando llegó a la franquicia el gerente general Bill Zito y comenzó a hacer contrataciones clave como Matthew Tkachuk, Gustav Forsling, Sam Bennett, Carter Verhaeghe y Sam Reinhart.
Precisamente Verhaeghe y Reinhart anotaron los goles en la jornada decisiva que permitieron que este equipo llegara a la inmortalidad.
Zito mantuvo solo cuatro jugadores cuando tomó a cargo el club: el arquero ruso Sergei Bobrovsky, quien en el séptimo partido tuvo una actuación colosal y atajó hasta lo imposible, Ekblad y los finlandeses Aleksander Barbov y Eetu Luostarinen.
En la temporada pasada, los Panthers habían perdido la final de la Stanley Cup contra los Golden Knights de Las Vegas.
Y este año todo parecía destinado a tomarse el desquite y por fin celebrar la conquista de tan ansiado trofeo.
El drama fue muchísimo más largo de lo esperado. Hubo que sufrir hasta el límite de las fuerzas.
Luego de un comienzo fulminante en la serie final contra Edmonton en la que se pusieron 3-0 y quedaron a solo un partido de la gloria, los felinos fueron frenados en seco en el hielo canadiense y recibieron una paliza 8-1 en el cuarto juego.
Su arquero Bobrosvky, quien hasta entonces era la figura del conjunto, fue cambiado tras conceder cinco goles en esa noche aciaga en el Rogers Place en Edmonton.
Lo que al principio parecía un galope tendido se convirtió en algo así como si estuvieran desgarrando una herida. Los Panthers perdieron el quinto y sexto partido y se forzó el séptimo en el que ambas escuadras tenían la posibilidad de luchar por la inmortalidad.
En las 28 oportunidades en las que en las finales de la Stanley Cup un equipo que estaba abajo 3-0 empató la serie, solo en una pudo alcanzar el título. Ocurrió en el lejano 1942 cuando los Maple Leaf de Toronto superaron 4-3 a los Red Wings de Detroit.
Nadie más ha podido repetir esa hazaña en 82 años y los Oilers venían motivados a estampar un sello inolvidable y arruinarle la fiesta a los surfloridanos.
Más de 20,000 aficionados llenaban la arena de Sunrise la noche del lunes. Tanta ha sido la pasión que han despertado los Panthers en esta campaña que han asistido a sus partidos alrededor de un millón de personas esta temporada.
Para la cita final, los boletos se vendieron por encima de los $1,300. El ambiente era fenomenal, pero al mismo tiempo había el temor que una vez más se fuera a frustrar la ilusión de alcanzar el título.
En los tres últimos partidos hubo tres derrotas consecutivas que permitieron igualar la serie final 3-3.
Los canadienses habían abierto el marcador, por lo tanto era imprescindible el lunes no dejarse adelantar.
Y así ocurrió. Por eso, cuando Verhaeghe abrió la cuenta para los Panthers un solo grito fue como una onda expansiva que elevó a los jugadores.
Apenas dos minutos después, los Oilers lograron igualar por obra de Mattias Janmark y una sensación oscura, de nube negra, recorrió las tribunas.
Reinhart puso adelante a los Panthers en el segundo periodo y desde entonces, con 25 minutos por jugar, fue una defensiva heroica y titánica de los locales como si en cada acción, en cada jugada, le gritaran al rival esta copa no se toca.
Al final, la Stanley Cup quedó en suelo floridano y la fiesta continuará por mucho tiempo más.
Los Panthers derritieron el hielo y ahora lo disfrutan sin parar.
Final de la Stanley Cup en junio 2024
Panthers 4, Oilers 3
Sábado 8 Edmonton 0, Florida 3
Lunes 10 Edmonton 1, Florida 4
Jueves 13 Florida 4, Edmonton 3
Sábado 15, Edmonton 8, Florida 1.
Martes 18, Edmonton 5, Florida 3
Viernes 21, Florida 1, Edmonton 5
Lunes 24, Edmonton 1, Florida 2