Padres de Florida pueden gastar fondos de cupones escolares en TVs, kayaks y entradas para Disney
Cuando los legisladores de la Florida ampliaron la elegibilidad para los cupones escolares este año, también dieron a los padres más formas de gastar el dinero.
Pases para parques temáticos, televisores de 55 pulgadas y stand-up paddleboards son algunos de los artículos aprobados que los beneficiarios pueden comprar para usarlos en casa. Los padres que educan a sus hijos en casa o los envían a escuelas privadas pueden comprarlos si les queda dinero del cupón después de pagar las colegiaturas y tarifas.
Los artículos aparecen en una lista de gastos autorizados en una guía de compras de 13 páginas publicada este verano por Step Up For Students, la organización de financiación de becas que gestiona la mayor parte de los cupones de la Florida. Muchos de los artículos son similares a lo que se permitía en el pasado para los cupones a estudiantes con discapacidades, pero ahora están disponibles para cualquiera que reciba una beca de unos $8,000.
La lista no tardó en causar asombro cuando circuló.
“Si viéramos que los distritos escolares gastan dinero de esa manera, nos indignaríamos”, dijo Damaris Allen, directora ejecutiva de Families for Strong Public Schools, que recientemente comenzó a hablar públicamente sobre el tema. “Queremos ser conservadores con el dinero de nuestros impuestos. Queremos estar seguros de que se usa para cosas que merecen la pena”.
En comparación, señalaron Allen y otros, los maestros que quieren algunos de los mismos artículos para sus aulas tendrían que pagar de su bolsillo o recurrir a otras fuentes de recaudación de fondos como GoFundMe porque las escuelas no pagarán por ellos.
Las conversaciones entre padres en grupos de debate en línea han suscitado una preocupación añadida.
Padres preguntan por compras
Los participantes preguntaban sobre la posibilidad de que los cupones sirvieran para pagar entradas de festivales y convenciones de fans. Debatieron si podían conseguir un televisor y un proyector, o solo uno de ellos. Compartieron ejemplos de redacción para presentar en las solicitudes de pago de pases para parques temáticos, algo que estaba prohibido hace un año.
“Todos los niños de la Florida merecen una educación enriquecedora y de calidad”, dijo Holly Bullard, directora de estrategia del Florida Policy Institute, que ha planteado repetidas preocupaciones sobre el costo potencial de la expansión de los cupones. “Pero, ¿es justo para los estudiantes de nuestras escuelas públicas, cuyos maestros a menudo pagan de su propio bolsillo los suministros de clase, que el dinero de los contribuyentes se gaste en pases de Disney y televisores de pantalla grande para las familias con cupones?”.
Los partidarios de la ampliación no consideran que el programa malgaste el dinero de los contribuyentes. Lo ven como algo que permite a las familias personalizar la educación según los intereses de sus hijos.
“Tenemos que dejar de pensar como en 1960: que la única respuesta son cuatro paredes con los distritos tradicionales a la cabeza”, dijo en un correo electrónico Jeanne Allen, fundadora del nacional Center for Education Reform.
“Para involucrar a los jóvenes de hoy, tenemos que hacer mucho más que hacer que se presenten”, dijo. “Esperan enfoques del siglo XXI para el aprendizaje y oportunidades recreativas para su bienestar físico y mental”.
En 2021-22, el último año del que se dispone de cifras, las familias que recibieron cupones para estudiantes con discapacidad gastaron $1.2 millones en televisores. Las compras requirieron autorización previa, según Step Up For Students.
También gastaron $43,374 en caminadoras, que también requirieron autorización previa; $30,436 en trampolines de interior y $226,584 en consolas de juego.
En total, la organización informó de la distribución de $51 millones para material didáctico ese año, siendo los mayores gastos los de preparación de exámenes ($26.7 millones), computadoras ($8 millones) e iPads ($3.4 millones). Se espera que las cantidades crezcan junto con la expansión del programa, que casi se ha duplicado en tamaño a más de 425,000 estudiantes después de que el HB 1 se convirtió en ley el 1º de julio.
Preocupación de padres de alumnos con necesidades especiales
Con la nueva guía de compras vigente, los padres que tienen hijos con necesidades médicas graves estaban preocupados de que los recursos limitados se destinaran a artículos que las familias deben pagar por sí mismas, mientras que los servicios críticos y el equipo pudieran quedar sin fondos.
“Los dólares de los contribuyentes van a PlayStations cuando pudieran destinarse a estudiantes con necesidades significativas, eso es desplumar al contribuyente”, dijo Abby Skipper, madre y activista de la educación especial del Condado Polk.
Los estudiantes con necesidades especiales tienen una lista más larga de gastos elegibles que no están disponibles para los estudiantes con becas de oportunidad económica. Algunos de esos artículos incluyen dispositivos digitales como consolas de juego y computadoras, tecnología de asistencia y material sensorial, como columpios especializados y sillas.
Muchos otros gastos autorizados –incluidas excursiones a lugares como museos y parques temáticos, equipos de educación física como kayaks, mobiliario de aula y material didáctico– son comunes a ambos tipos.
Un portavoz de Step Up señaló que la beca solo paga la entrada del alumno y establece un límite de una por curso escolar hasta $299. Un pase anual plateado de Busch Gardens sin fechas restringidas cuesta $213. Los pases anuales de Disney World cuestan a partir de $399. Las entradas para habitantes de la Florida cuestan $109 al día.
Los senadores estatales que votaron a favor del programa confían en que los padres tomen “decisiones apropiadas y responsables” al usar los fondos que la Florida dedica a la educación de sus hijos, dijo Katie Betta, portavoz de la Oficina de la Mayoría del Senado.
“Los padres a los que escuchamos no ven la beca como una ganancia inesperada o un medio para derrochar en televisores de pantalla grande y consolas de videojuego”, dijo Betta a través de correo electrónico. “Al contrario, los padres de los que oímos hablar aprecian la oportunidad de usar los fondos que queden después de pagar la colegiatura para cubrir el costo de libros, terapias y otros gastos educativos que se cubrirían si el niño estuviera en una escuela pública”.
Renner quiere flexibilidad para las familias
El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Renner, se mostró de acuerdo con el objetivo de dar flexibilidad a las familias, e indicó que los legisladores están abiertos a revisar el programa cuando sea necesario. Los miembros de la Cámara aspiran a sacar el máximo partido del gasto público, dijo, y están “mejorando continuamente la forma en que impartimos la educación para que cada niño pueda alcanzar todo su potencial”.
Doug Tuthill, presidente de Step Up For Students, dijo que las directrices del grupo, redactadas con aportaciones de los padres, tienen dos criterios principales.
“En primer lugar, nos fijamos en los productos y servicios que están disponibles en el distrito y las escuelas chárter”, dijo Tuthill a través de correo electrónico. “En segundo lugar, nos fijamos en las necesidades de aprendizaje únicas de cada niño”.
La creación de una educación personalizada puede explicar la razón de pagar por artículos que algunos cuestionan, añadió.
Por ejemplo, los televisores de pantalla grande pueden ayudar a los alumnos con deficiencias visuales. Las paddleboards, uno de los varios artículos permitidos para la educación física, pueden ofrecer un entrenamiento de equilibrio a los alumnos a quienes se ha diagnosticado en el espectro autista.
Step Up anteriormente no aprobaba pases para parques temáticos, pero reconsideró después de escuchar a los padres acerca de los beneficios potenciales, dijo Tuthill. Por ejemplo, un estudiante con discapacidades graves del desarrollo pudiera concentrarse mejor cuando es estimulado por las vistas y los sonidos, o una familia que educa en casa pudiera incorporar “todas las diferentes lecciones de historia y cultura disponibles en Disney World”, como los festivales de arte y música.
Varios funcionarios de distritos escolares de toda la Florida afirmaron que si sus alumnos realizan excursiones a parques temáticos, los padres o patrocinadores de la comunidad sufragan el costo.
Este tipo de conversaciones están teniendo lugar en todo el país a medida que las cuentas de ahorro para la educación ganan popularidad, dijo Derrell Bradford, presidente del grupo nacional de reforma educativa 50Can. Desde su punto de vista, las cuentas ayudan a cerrar la brecha que separa a las familias que carecen de flexibilidad a la hora de elegir escuela u oportunidades de enriquecimiento.
Este nuevo modelo da a los padres dinero y opciones, limitando el sistema de gestión centralizada, dijo Bradford. Estudiar las formas de gastar el dinero no debería ser un simple sí o no, añadió Bradford. La preocupación clave debería ser qué artículos ayudarán mejor a los niños a aprender, dijo.
“La pregunta que debemos hacernos es: ¿quieres dejar que el paradigma de la escolarización que ya conocemos sea el punto de referencia? ¿O queremos dejar que surja algo distinto?”, dijo Bradford.
La Florida tiene reglas de compras claras, con leyes contra el fraude, dijo Allen, fundadora del Center for Education Reform. Argumentó que la ampliación de los gastos permitidos da la oportunidad a las familias de elegir “tipos muy diferentes de entornos educativos para sus hijos”.
Algunos activistas de la Florida expresaron su preocupación de que el estado pueda tener problemas como los que tuvo Arizona, cuando su auditor general descubrió que las cuentas de ahorro para la educación se estaban gastando indebidamente en artículos no autorizados. Lisa Miller, miembro de la junta escolar del Condado Polk, que ha usado cupones para su hijo no verbal, dijo que el programa de la Florida estaba maduro para el abuso, aun cuando era más limitado. Señaló que alrededor de las vacaciones de invierno llegaron muchas solicitudes de financiación para artículos como Legos y Xboxes.
“Nuestro sistema escolar público no podría funcionar así”, dijo Miller.
La Florida cuenta con mayores controles del gasto que Arizona.
Jenny Clark, miembro de la Junta de Educación del Estado de Arizona que también dirige un grupo que ayuda a las familias a navegar por los usos de los cupones, dijo que, desde su punto de vista, las preocupaciones sobre el momento y el tipo de compras se centran en lo equivocado.
El “gran experimento de la libertad educativa y la selección de escuela” solo tendrá éxito si los estados diseñan programas que ofrezcan una “flexibilidad extrema” a la hora de usar las cuentas para satisfacer las necesidades de los niños en un mundo en el que muchos de los trabajos que desempeñarán aún no existen, dijo Clark, madre de cinco hijos. Puso como ejemplo las impresoras 3D, diciendo que las escuelas no las tenían hace cinco años, y hoy se consideran comúnmente necesarias para algunos estudios.
“Tenemos que hacer las cosas más innovadoras”, dijo Clark. “Y las cosas más innovadoras incomodan a la gente”.
La representante estatal de la Florida Alison Tant, demócrata de Tallahassee, dijo que entiende ambos lados de la discusión. Ella es también una activista a favor de los padres de educación especial, cuyo hijo usó una Beca McKay para apoyar su escolarización.
Tant dijo que está escuchando de algunos padres que la cantidad de los cupones no se acerca al costo de la colegiatura de muchas escuelas privadas, si hay espacios disponibles. Al mismo tiempo, dijo, oye las quejas de que si la financiación estatal es limitada, los beneficiarios que educan en casa o tienen pequeños gastos de colegiatura no deberían usar el dinero para lo que podrían parecer extras.
“Nunca se me ocurrió que ese tipo de artículos estuvieran incluidos”, dijo Tant, señalando que cuando su hijo quiso jugar con videojuegos, él se compró su propio Xbox.
Tant no apoyó la ley HB 1, pero dijo que esperaba que el dinero se destinara a gastos con un claro valor educativo.
“Tenemos que tener algunos controles y equilibrios”, dijo Tant. “Creo que los floridanos, especialmente aquellos que están luchando financieramente, no va a querer que sus impuestos se gasten en cosas que no son educativamente relevantes. No sé si quieren enviar a los niños a Busch Gardens en una excursión de varios días”.