Oscar Borda, el guardián de los precios que es el brazo ejecutor de los bloqueos que activan los Moyano

Oscar Borda, del sindicato de Camioneros, hoy, en la inspección en el centro de distribución de Coto
Oscar Borda, del sindicato de Camioneros, hoy, en la inspección en el centro de distribución de Coto

Oscar Alejandro Borda irrumpió este viernes con una tropa de militantes camioneros en el centro de distribución de Coto, en Esteban Echeverría. Ya había realizado inspecciones similares en las cadenas de supermercados Disco y Carrefour. La presencia de los sindicalistas como inspectores de la Secretaría de Comercio para fiscalizar el cumplimiento del plan Precios Justos es parte del apretón de manos entre Matías Tombolini, un hombre de Sergio Massa, y Pablo Moyano, el número dos del Sindicato de Camioneros y uno de los jefes de la CGT, según informaron fuentes gremiales a LA NACION.

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Borda es apenas el brazo ejecutor de este novedoso pacto entre el Gobierno y uno de los gremios más poderosos del país. Sin embargo, en el escalafón jerárquico de los camioneros ganó ascendencia por su perfil de duro y combativo. Es el jefe de la estratégica rama de Logística e integra el círculo de confianza de los Moyano desde hace casi una década. Fue el fronting de los conflictos más recientes por los bloqueos a los centros de distribución de Mercado Libre, pero su nombre se hizo más conocido cuando el 21 de septiembre pasado ingreso de manera violenta con 45 personas a golpear al dueño de la empresa Milo, en Avellaneda. Dejaron seis heridos. La agresión quedó registrada en las cámaras de seguridad y una jueza ordenó su detención. Cuando la policía allanó su domicilio, Borda estaba en Tandil, en un acto con sus jefes sindicales. El caso lo tiene la jueza de garantías de Avellaneda Estela Carmen Mollo, pero no avanzó más. Borda no respondió a los mensajes y llamados de LA NACION. Tampoco lo hizo Pablo Moyano, su referente sindical.

La rama de Logística es la última que se incorporó al convenio de los camioneros. Como aliado del kirchnerismo y gracias a una reforma estatutaria convalidada en 2003 por el Ministerio de Trabajo, Moyano logró multiplicar sus adherentes hasta convertir a su sindicato en uno de los más poderosos del país. Moyano considera que los trabajadores que cumplan tareas de logística deberían estar alcanzados por el convenio colectivo 40/89.

Con este argumento, abrió disputas intrasindicales por el encuadramiento de los empleados. Tuvo pulseadas, algunas aún vigentes, con la Unión de Carga y Descarga, que talla en Mercado Libre, con el Sindicato de Comercio, por los trabajadores de supermercados, y con los gremios de la Alimentación, por la empresa de catering Gate Gourmet, y con el Sindicato de Tintoreros, por el encuadre de los trabajadores de los lavaderos. El modus operandi para activar los reclamos es conocido: apriete y extorsión. Así fue como se dieron durante los últimos meses una cadena de bloqueos a empresas distribuidoras para que se encuadre al personal en el convenio colectivo que los Moyano consideran el correcto.

La pelea con Mercado Libre

Los Moyano presionan con bloqueos en centros de logística por una disputa de encuadramiento mientras avanzan en la justicia laboral para impugnar el convenio colectivo que Marcos Galperin anudó durante el macrismo con la Unión de Carga y Descarga por los trabajadores de los depósitos.

Después de varios conflictos, surgió una suerte de pacto no escrito: de la puerta de los centros de logística de Mercado Libre hacia adentro, el gremio que seguirá mandando será el de Unión Carga y Descarga. Pero de la puerta hacia afuera, Moyano podrá avanzar con el encuadre sindical de cualquier trabajador que distribuya la mercancía. Un acuerdo similar había sellado hace años con la multinacional Coca-Cola, donde puertas adentro talla el gremio de Aguas y Gaseosas, de Raúl Álvarez, pero la distribución quedó absolutamente en manos del jefe camionero.

Los bloqueos de los camioneros, ayer, en Córdoba
Los militantes de camioneros

El gremio detectó que muchos choferes autónomos están fuera de su órbita o en condiciones laborales precarias. La compañía fundada por Galperin, en tanto, dejó en claro que no cuenta con transporte propio, dio detalles sobre cómo se reparte la mercadería y deslizó un plan de expansión de negocios en el interior del país del que los camioneros podrían formar parte. Eso ayudó a calmar las aguas.

Para Mercado Libre, en definitiva, fue un buen arreglo. Se garantizó de alguna manera que la tropa de Moyano no pusiera un pie dentro de sus centros de distribución, donde firmó en 2019 un convenio colectivo a medida con Carga y Descarga que fue avalado por el exministro macrista Dante Sica y que tiene la garantía de que no sería ahora objetado. La letra chica de aquel acuerdo establece modificaciones en lo relativo a la jornada laboral, dispone la creación de un banco de horas (192 mensuales), la polifuncionalidad de tareas, la eliminación de los delegados por turno, la limitación para ejercer el derecho a huelga y la garantía de guardias mínimas para garantizar el funcionamiento de la planta. El trato se aplica de manera exclusiva en centro logístico de Villa Madero.