Que oración toque a los que hacen daño: madres buscadoras
Alelhí Salgado
CIUDAD DE MÉXICO, julio 14 (EL UNIVERSAL).- Para detener la ola de violencia y conseguir el encuentro de los más de 100 mil desaparecidos con sus familiares, líderes de diversas religiones profesadas en México se reunieron en oración en la Jornada Ecuménica por la Paz.
"Que [la oración] toque el corazón de todos los que nos hicieron daño para que les permitan [a los desaparecidos] volver a casa, pero también para que dejen de causar más daño a otros y de ese modo haya paz, tranquilidad y seguridad en todo México", pidió a los representantes una madre buscadora.
Por primera vez, autoridades de diferentes caminos espirituales dejaron sus diferencias de lado y desde su fe dialogaron para abonar soluciones a los problemas de paz, justicia y seguridad.
Carmen Beatriz López Portillo, rectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana, dio inicio a esta mesa de trabajo, celebrada en la institución, con un minuto de silencio por la memoria de las víctimas.
"La intención que hoy nos convoca es desear la paz, aspirar a ella y construirla desde el entendimiento. Desde la escucha, sumar nuestras voces, nuestra libertad y nuestra buena voluntad", dijo.
El sacerdote jesuita Javier Ávila abrió la jornada con un llamado a la unidad y solidaridad ante la ola de violencia que aqueja al país.
"El futuro demanda que cada quien asumamos una responsabilidad cada vez más amplia en medio de una tierra demasiado parcelada. Toca anteponer los intereses colectivos al propio; ya no vivir para nosotros, sino convertirnos cada quien en guardianes del otro", expuso Ávila desde Cerocahui, Chihuahua.
Ante la "urgencia de paz de la humanidad", el padre exhortó a los mexicanos a fortalecer el espíritu y unirse en solidaridad para terminar con "la larga historia de odio que aqueja al país".
Posterior a su llamado, fueron leídas tres cartas enviadas por integrantes del colectivo Buscando Desaparecidos, quienes solicitaron compartir su llamado de justicia al gobierno federal a través de la voz de los religiosos.
Asimismo, reiteraron la petición de orar continuamente "sin importar a quién, para pedirle [a Dios] que nos conceda la gracia del encuentro con nuestros familiares", afirmó María Herrera, otra madre integrante del colectivo.