Opinión: El mundo necesita respaldar a la OOPS

EL MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES DE NORUEGA EXPLICA POR QUÉ SU NACIÓN CONTINÚA FINANCIANDO AL ORGANISMO DE OBRAS PÚBLICAS Y SOCORRO DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LOS REFUGIADOS DE PALESTINA (OOPS, POR SU SIGLA EN ESPAÑOL) EN MEDIO DE LAS ACUSACIONES DE CONNIVENCIA DE SUS EMPLEADOS CON HAMÁS EN EL ATENTADO DEL 7 DE OCTUBRE.

Tras casi cuatro meses de guerra, la situación en Gaza es catastrófica. Más del 75 por ciento de los más de dos millones de habitantes de la zona están desplazados. Decenas de miles de palestinos han sido asesinados durante el conflicto, muchos de ellos niños. La Organización de las Naciones Unidas advierte que la hambruna es inminente. Las enfermedades infecciosas se propagan. La falta de atención sanitaria es crítica.

El principal salvavidas de los gazatíes en este panorama es el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina, la agencia de casi 75 años que está financiada casi en su totalidad por contribuciones voluntarias. Ahora, al menos 15 países, incluido Estados Unidos, anunciaron la suspensión de los pagos a la UNRWA, a la espera de una investigación, debido a los informes de los servicios de inteligencia israelíes de que una docena de sus trabajadores participaron en el ataque terrorista contra Israel del 7 de octubre.

Pero este es el peor momento para eliminar el financiamiento al OOPS. Noruega se mantiene firme en su compromiso de seguir financiando esta agencia crucial y al pueblo palestino. Como ministro de Relaciones Exteriores noruego, insto a los países donantes a que reflexionen sobre las consecuencias de recortar la financiación del OOPS.

Si estas decisiones no se revierten, corremos un grave riesgo de empeorar la terrible crisis humanitaria en Gaza. Y puesto que el OOPS también apoya a millones de refugiados palestinos en Cisjordania, Jordania, Líbano y Siria, un cese de los pagos podría desestabilizar aún más una región ya de por sí en extremo volátil.

Sin embargo, el mundo debería seguir financiando al OOPS no solo por cuestiones prácticas. No deberíamos castigar a millones de personas por los presuntos actos de unos cuantos.

Noruega, al igual que otros países donantes, está consternada por las acusaciones de que 12 de los 13.000 empleados de UNRWA en Gaza participaron en el ataque terrorista contra Israel, un ataque que hemos condenado en los términos más enérgicos posibles. Debe haber tolerancia cero para cualquier acción de este tipo. Por lo tanto, vemos con buenos ojos la respuesta del Comisionado General del OOPS, Philippe Lazzarini, al despedir a las personas acusadas e iniciar una investigación. Noruega espera total transparencia. Si se verifican las acusaciones, los implicados en el ataque deben rendir cuentas.

Pero suspender el financiamiento a una agencia clave de la ONU por una presunta conducta de 12 empleados no es la respuesta. Si algunos miembros de un departamento de policía cometieran un delito, habría que hacer rendir cuentas a esos individuos, no disolver todo el cuerpo de policía. Debemos distinguir entre lo que los individuos pueden haber hecho y lo que representa el OOPS.

Desde su creación en 1949, el OOPS ha proporcionado servicios básicos, educación, refugios, infraestructuras de campamento y ayuda de emergencia a las personas que huyeron o fueron expulsadas de sus hogares en la guerra de 1948 que siguió a la creación de Israel. En aquel momento, la población de refugiados rondaba los 750.000. Hoy, cuatro generaciones después, unos 5,9 millones de refugiados de Palestina son candidatos a recibir los servicios de OOPS en toda la región.

Desde que comenzó esta guerra, el personal de OOPS en Gaza, en su mayor parte contratados a nivel local, han seguido prestando servicios de auxilio en condiciones extremas y con riesgo diario para sus propias vidas. Ellos, como tantos otros, han pagado un alto precio: desde el 7 de octubre, más de 150 empleados de OOPS han sido asesinados.

Noruega, un país relativamente pequeño, es uno de los principales donantes de OOPS. El año pasado destinó 45 millones de dólares, una cantidad todavía muy inferior a la de Estados Unidos. Noruega ha hecho del proceso de paz entre Israel y los palestinos una prioridad desde las negociaciones que condujeron al primer Acuerdo de Oslo entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina, firmado en 1993. Durante los últimos 30 años, Noruega ha presidido un grupo internacional de donantes para Palestina centrado en apoyar la creación de instituciones palestinas, clave para el establecimiento de un Estado palestino.

Casi seis millones de palestinos no eligieron vivir como refugiados. Estoy convencido de que ellos, como el resto de nosotros, preferirían una vida en un país que pudieran llamar suyo. La cuestión del destino de los refugiados palestinos está en el centro del conflicto palestino-israelí, pero 75 años después sigue sin encontrarse una solución política. Una resolución justa y equitativa será un requisito previo esencial para la paz y la solución de dos Estados, tanto para Israel como para los palestinos.

El OOPS es mucho más que una organización humanitaria. Representa un compromiso de la comunidad internacional con los refugiados palestinos. Sus operaciones también son críticas para la presencia de otras organizaciones humanitarias en Gaza.

Necesitamos más, no menos, acceso humanitario a la Gaza devastada por la guerra. De hecho, en las conversaciones en curso sobre un posible acuerdo para liberar a los rehenes israelíes restantes, combinado con un cese sostenido de las hostilidades, la mejora del acceso humanitario es una cuestión clave. Para que esto último tenga éxito, necesitamos gente en el lugar que pueda cumplir con su cometido. Sustituir la amplia infraestructura de apoyo de OOOPS por canales alternativos, como han sugerido los críticos de OOPS, llevaría demasiado tiempo.

Por lo tanto, les digo a mis colegas donantes: necesitamos exigir transparencia y rendición de cuentas de OOPS. Pero el pueblo de Gaza y los refugiados palestinos en todo el Medio Oriente no deberían pagar el precio de las transgresiones de algunos individuos. En este momento, no podemos abandonar al pueblo palestino.

Este artículo apareció originalmente en The New York Times.

c.2024 The New York Times Company