Operativo Superclásico: un River vs. Boca de “alto riesgo” en Córdoba y más de 2300 agentes de seguridad
CÓRDOBA (enviado especial).– A cinco años y cuatro meses del último clásico con las dos parcialidades, Córdoba se prepara para albergar un partido de “alto riesgo” con un megaoperativo policial que comenzaba este sábado por la noche en la ciudad de Buenos Aires y que a lo largo de 700 kilómetros de ruta ha contado con participación de efectivos de las policías de la Ciudad (porteña), Bonaerense, Federal, de Córdoba y de Santa Fe, más la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA), Gendarmería Nacional, personal de la Guardia Urbana, de Tránsito y de Defensa Civil de la Municipalidad de Córdoba, y de empresas proveedoras de seguridad privada. Un operativo de película, con más de 2300 agentes implicados.
“Nunca se ha visto algo así”, dijo Olga, de 57 años, vecina del hotel donde se concentra Boca, sorprendida por la gran cantidad de policías que ocupan la zona. Si bien un importante número de hinchas arribó este sábado a la Docta desde diferentes puntos del país, el grueso de las dos hinchadas llegará en las primeras horas del domingo, incluidos los ómnibus ocupados por La Doce, que partían a las 22 de las inmediaciones de la Bombonerita, como los de Los Borrachos del Tablón, que saldrían tres horas más tarde de Figueroa Alcorta y Monroe, a 700 metros del Monumental. Por ese motivo, en los organismos de seguridad nacionales y provinciales se resolvió cubrir de efectivos los principales accesos a la provincia, con el fin de evitar desmanes y toda clase de enfrentamiento entre barras.
Si bien existe desde hace años una tregua firmada por los líderes de La Doce y los de Los Borrachos del Tablón, el peligro de un posible cruce entre hinchadas siempre está latente, y más aun en el contexto de un superclásico eliminatorio en el interior del país. En este caso, con 50.000 personas en las tribunas del Mario Alberto Kempes (25.000 de cada club).
El despliegue policial comenzaba en la madrugada del domingo en Buenos Aires. El operativo incluye cacheos, requisas y acompañamiento policial a los micros hasta el límite con la provincia de Santa Fe. La hinchada xeneize accede por la ruta nacional 8 hasta Río Cuarto y luego por la nacional 36, mientras la parcialidad River toma el camino más corto: la ruta 9, es decir, la autopista Rosario-Córdoba. En el ingreso a tierra cordobesa los hinchas que llegan en colectivos son requisados por Gendarmería Nacional, y personal de Tribuna Segura constatará que ningún barrabrava intente ingresar al estadio si sobre él pesa una restricción por derecho a admisión.
Los hinchas de River ocuparán las tribunas Willington y Gasparini (a la izquierda y de frente a la cámara principal de la transmisión de televisación), y los de Boca dispondrán de la popular Artime y la platea Ardiles. Todos deberán presentar el Documento Nacional de Identidad junto a la entrada, ya que en los accesos al estadio habrá controles de Tribuna Segura para detectar a aquellas personas contra las que haya pedidos de captura.
En las últimas horas, a su vez, el Gobierno de Córdoba lanzó un comunicado para recordar que están prohibidas la portación y manipulación de pirotecnia y fuegos artificiales, y que en caso de haber incidentes, tanto los hinchas como los clubes involucrados recibirán “múltiples sanciones” provinciales y municipales.
En la llegada de los planteles, por lo pronto, reinó la paz. Alrededor de mil hinchas de Boca recibieron a los jugadores en el hotel Holiday Inn, de la zona del norte de la capital cordobesa, y otro número importante hizo la bienvenida a los futbolistas millonarios en el Quinto Centenario, a unas 20 cuadras del centro. “Vinimos en familia, con mi mujer y mis hijos. Camino al hotel nos cruzamos con un grupo de hinchas de Boca y no pasó nada. Los verdaderos hinchas entendemos el folklore. Es una locura que haya que designar a más de 2000 policías para custodiar a los barrabravas”, lamentó Alejandro, simpatizante riverplatense, junto a su esposa, Patricia, y sus hijos, Luca y Antonella.
En los últimos tiempos, y tras varias décadas signadas por violencia –incluidas las muertes de dos hinchas de River en 1994–, cesaron los cruces entre violentos de los archirrivales y los problemas se trasladaron al interior de cada barra. En Boca, con la disputa entre Rafael Di Zeo y Mauro Martín, hoy socios en el liderazgo de La Doce. Y en River, con la guerra entre la barra “oficial” y la facción disidente que estalló en enero de este año y provocó 30 detenciones y heridas en cuatro sujetos.