Nicaragua: la expresidenta Chamorro es trasladada a Costa Rica por salud
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — La expresidenta nicaragüense Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997), quien desde hace años convalece de una grave enfermedad, fue trasladada el martes a Costa Rica y su estado es “delicado pero estable”, informó la familia.
Los hijos de la exmandataria, que el próximo jueves cumple 94 años, indicaron en un comunicado que su madre llegó este mediodía (hora local) a San José por vía aérea y “sin ningún contratiempo”.
“A partir de ahora, doña Violeta se establecerá en San José, bajo el cuidado y el amor de su familia, con el acompañamiento de personal de salud y médicos especializados”, agregó el comunicado de la familia.
En Costa Rica residen como exiliados varios familiares de la expresidenta, entre ellos, su hijo, el periodista Carlos Fernando Chamorro Barrios y su hermana Cristiana, quien fue encarcelada en 2021 tras intentar postularse como candidata presidencial para competir con el mandatario Daniel Ortega en las elecciones de ese año.
En el comunicado, la familia recordó que Violeta Chamorro sufrió un accidente cerebrovascular en septiembre de 2018, tras lo cual estuvo bajo cuidados médicos y de parientes cercanos.
Los hijos de la exmandataria agradecieron al personal de salud y trabajadoras de servicio que la cuidaron en Nicaragua desde entonces y señalaron que su estado de salud “continúa siendo delicado, pero estable”.
Violeta Chamorro (Rivas, 18 de octubre de 1929) es la viuda del periodista Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, quien siendo director del diario La Prensa fue asesinado por supuestos sicarios del dictador Anastasio Somoza, el 10 de enero de 1978.
Doña Violeta fue postulada por una coalición electoral antisandinista y llegó al poder en Nicaragua en abril de 1990, tras derrotar en las urnas a Daniel Ortega, quien había gobernado como presidente durante más de cinco años.
La derrota sandinista en las urnas puso fin a 10 años de revolución y dio paso a un proceso de pacificación que Chamorro impulsó tras ordenar la desmovilización de miles de rebeldes “contras” y la reducción del ejército de más de 100.000 efectivos a unos 12.000.