El número de peregrinos en la Jornada Mundial de las Juventudes aumentará con visita del papa

Varias decenas de miles de peregrinos ya se encuentran en Lisboa, en la Jornada Mundial de la Juventud.

Con la llegada hoy del papa Francisco, se espera que muchos más peregrinos se reúnan en la capital portuguesa, para la misa que el propio pontífice celebrará el próximo domingo.

El cambio climático, la justicia social y la guerra en Ucrania, son parte de los temas que preocupan al actual papa, y podrían ser unos de los principales asuntos a tratar por el pontífice.

Impulso económico para Lisboa

Con más de un millón de peregrinos en la capital portuguesa, Lisboa espera un impulso económico para todos los sectores, desde la hostelería hasta la restauración.

"Ya hacíamos galletas con efigies de dibujos animados para los niños, como Spiderman o Batman. Y bromeando con el pastelero, pensamos ¿por qué no hacerlo con el rostro del Papa? Usamos retratos del Papa, muchas fotografías", cuenta Fernando Santos, panadero de la pastelería Balcao do Marques.

Todo el mundo quiere sacar provecho de la llegada de los visitantes.

"Todo dependerá del número de personas que vengan a Lisboa. Si las previsiones son correctas creemos que podemos generar unos cientos de millones de euros. Podrían ser 300 millones, 400 millones, 500 millones, o incluso un poco más", explica João Duque, economista, Director del ISEG.

Secularismo y escándalos de abusos sexuales

La Jornada Mundial de la Juventud ha sido bautizada como el "Woodstock católico", y forma parte de los esfuerzos del Vaticano por unir a los jóvenes católicos en un momento en el que el secularismo y los escándalos de abusos sexuales a menores por parte del clero han provocado que algunos fieles abandonen la Iglesia.

Se espera que durante su visita el Papa Francisco se reúna en privado con víctimas de abusos sexuales por parte de miembros del clero portugués.

Un informe publicado en febrero por una comisión independiente reveló que al menos 4.815 niños sufrieron abusos sexuales por parte de miembros del clero -en su mayoría sacerdotes- desde 1950.

La investigación, basada en testimonios de más de 500 víctimas, concluyó que la jerarquía eclesiástica portuguesa trató "sistemáticamente" de ocultar los abusos.

Algunos han expresado su preocupación por el evento, ya que se espera que el domingo sea un día muy caluroso, con temperaturas que alcanzarán los 35 grados centígrados.