Lisboa, sede mundial de la comunidad ismaelí y punto de integración

Paula Fernández

Lisboa, 28 mar (EFE).- Pacífica e integrada en la ciudad elegida en 2015 para instalar su sede mundial. Así describen en Portugal a la comunidad ismaelí, la rama minoritaria del islam chií con unos 15 millones de fieles en todo el mundo y cerca de 9.000 en Portugal que hoy sufrió un ataque mortal en Lisboa.

El Centro Ismaelí, en Lisboa, corazón de esta comunidad en Portugal, fue escenario del ataque perpetrado este martes por un hombre afgano armado con un cuchillo que dejó dos mujeres muertas y varios heridos.

Un incidente sin precedentes en el centro que ahora acoge la sede mundial del Imamat Ismaili, la entidad supranacional que representa a los ismaelíes.

Esta comunidad, a pesar de estar presente en una treintena de países, no tiene territorio definido.

Su líder espiritual, el Aga Khan, quiso establecer una sede permanente y se decantó por Portugal, para lo que firmó un acuerdo con el Gobierno luso en 2015.

Pero la relación entre los ismaelíes y los portugueses se remonta a mucho antes.

En 1983 llegó al país una de las principales agencias de la AKDN, la Fundación Aga Khan -con sede en Ginebra-, reconocida en 1996 como una fundación portuguesa por decreto ley.

La mayor parte de los miembros de la comunidad, que se definen como portugueses y están totalmente integrados en el país, comenzó a llegar a Portugal hace cuatro décadas procedente de Mozambique, antigua colonia lusa.

Y desde la decisión de establecer la sede en Portugal, los lazos se han estrechado todavía más.

En 2018, el Aga Khan celebró en Lisboa su Jubileo de Diamante arropado por más de 45.000 fieles llegados de todo el mundo y con un programa de exposiciones, conciertos, teatro, conferencias y hasta un festival de cine con la intervención de unos 700 artistas.

En los últimos años adquirieron varias propiedades de relevo en la ciudad, como el céntrico Palacio Henrique Mendonça, por unos 12 millones de euros, y el Palacete Leitão, por 13,5 millones.

Pero el corazón de la comunidad sigue siendo el Centro Ismaelí, abierto en 1998 y que organiza clases de diferentes disciplinas, campamentos de verano, sesiones espirituales, conciertos y hasta monólogos.

Esta misma semana iba a acoger un iftar, la comida nocturna con la que los musulmanes rompen el ayuno durante el Ramadán. EFE

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