Muere en Bielorrusia un preso político de 22 años, según activistas de derechos humanos

Un prisionero político de 22 años ha muerto tras las rejas en Bielorrusia, informó el sábado el grupo de derechos humanos más antiguo del país.

Dmitriy Schletgauer, nacido en Rusia, quien cumplía una condena de 12 años por espionaje y “facilitar actividades extremistas”, es el séptimo disidente que muere en la cárcel desde que el gobierno bielorruso lanzó una dura y extensa represión contra la oposición en 2020, dijo el centro de derechos Viasna.

Enormes protestas barrieron Bielorrusia tras una elección disputada que otorgó al presidente autoritario Alexander Lukashenko un sexto mandato en el cargo, y que sus críticos y Occidente denunciaron como amañada. Las autoridades arrestaron a decenas de miles de personas en respuesta.

Grupos de derechos humanos dicen que hay ahora unos 1.300 prisioneros políticos en el país y que a muchos se les niega atención médica adecuada y contacto con sus familias.

Según Viasna, cuyo fundador ganador del Premio Nobel de la Paz, Ales Bialiatski, también está encarcelado, las autoridades bielorrusas se han negado a revelar la causa de la muerte de Schletgauer, que ocurrió el 11 de octubre pero solo se ha dado a conocer recientemente.

“La muerte de otro prisionero político ilustra la catástrofe en las cárceles bielorrusas, donde se han creado condiciones que constituyen tortura, donde se niega atención médica a los prisioneros políticos, y líderes de la oposición han sido mantenidos incomunicados por más de un año”, dijo el representante de Viasna, Pavel Sapelka, a AP.

“Un joven murió tras las rejas y las autoridades son responsables”, dijo.

Según Sapelka, Schletgauer se había convertido en padre mientras estaba detenido. Ciudadano ruso que obtuvo un permiso de residencia bielorruso en 2018, había trabajado en una planta de polímeros antes de su arresto, dijo Sapelka.

La líder de la oposición en el exilio, Sviatlana Tsikhanouskaya, cuyo esposo Siarhei Tsikhanouski cumple una condena de 19 años y medio en Bielorrusia, ha pedido una investigación independiente sobre la muerte de Schletgauer y ha dicho que se debe permitir la entrada al país de expertos internacionales en las cárceles.

“Debemos conocer la verdad sobre las muertes en las prisiones, que en Bielorrusia se han convertido en un agujero negro. Se necesita una acción internacional urgente para prevenir más”, dijo Tsikhanouskaya.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.