Mochilazo en el tiempo

La erupción con la que el Popo dio la bienvenida al nuevo milenio

Este sábado la presencia de ceniza emitida por el volcán Popocatépetl paralizó por al menos 6 horas los vuelos en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. La mañana de este domingo, la creciente actividad del coloso llevó a los científicos a subir a color amarillo fase 3 el semáforo con el que se miden sus "despertares", lo que significa estar alerta ante cualquier otro cambio en busca de la seguridad de las poblaciones cercanas.

Y es que "Don Goyo" es uno de los volcanes más activos de México; como el significado de su nombre: montaña que humea. Los pueblos que habitan a menos de 100 kilómetros del cráter, así como su cercanía con la Ciudad de México lo convierten en uno de los más peligrosos del mundo y el segundo más alto del país, después del Pico de Orizaba.

Después de setenta años de no presentar una actividad significativa, expulsó materiales incandescentes el 21 de diciembre de 1994 y en los últimos años ha tenido etapas asociadas con el crecimiento y destrucción de domos de lava en el interior del cráter.

Sus cenizas han alcanzado las ciudades de Puebla, el área Metropolitana de la Ciudad de México y poblaciones incluso más distantes de los estados de Querétaro y Veracruz.

Su fuerte despertar en el 2000. Otro año de intensa actividad en el que también estuvo en color amarillo fase tres comenzó en el mes de abril del 2000, con una pequeña erupción; sin embargo, aumentó de manera estrepitosa el 12 de diciembre, al grado que los fragmentos incandescentes que lanzaba el volcán se podían apreciar a simple vista, por lo que se desalojaron comunidades cercanas al coloso.

Una vez terminada la erupción, transcurrieron tres días de relativa calma, pero el 18 de diciembre por la tarde presentó una nueva erupción. Por dos días consecutivos el Popo lanzó con gran fuerza lava, ceniza, gases y fragmentos incandescentes; esta vez, la fuerte actividad provocó la evacuación de miles de personas en el estado de Puebla.

La movilización preventiva de sus habitantes comenzó la noche del 15 de diciembre. Las autoridades fueron las que decidieron qué poblados debían evacuarse a nivel estatal y municipal; pero el tiempo y la magnitud de las erupciones hizo que algunas comunidades que se encontraban fuera del radio de seguridad del volcán también fueran desalojadas por decisión de los gobernadores. Cerca de 41 mil personas abandonaron el área.

El entonces director del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), Roberto Quaas, informó a los medios de comunicación que horas antes de la erupción el Popocatépetl había registrado tremores -un tipo de terremoto característico de los volcanes, causado por el movimiento del magma- que causaron dos episodios de expulsión de material incandescente.

La cantidad de material incandescente expulsado en ese entonces preocupó a los expertos pues el calor podría derretir la nieve que cubría la parte alta y provocar inundaciones en los alrededores, además de avalanchas de lodo y piedra.

El Comité de Emergencia explicó que los pobladores fueron desalojados de manera ordenada en unos 500 autobuses y camiones, y confirmó que se movilizaron mil 800 efectivos militares para apoyar la operación; sin embargo, a pesar de la insistencia de las autoridades, a primeras horas de la madrugada buena parte de los habitantes de estas localidades se mostraron reticentes a abandonar sus viviendas.

Una vez realizados los protocolos de seguridad, la cobertura periodística reportó que la actividad más intensa del volcán fue el 19 de diciembre, posteriormente las explosiones bajaron de intensidad.

Según los expertos, esta erupción fue de las más fuertes registradas en la historia del volcán. Desde inicios de su actividad el Cenapred mantuvo el semáforo de alerta volcánica en amarillo Fase 3 y se mantendrían en alerta máxima hasta que la actividad del volcán cediera.

Presidente y vulcanólogos juntos por la emergencia. El entonces presidente de México, Vicente Fox Quezada y el secretario de Gobernación Santiago Creel Miranda mantuvieron constantes reuniones con vulcanólogos especializados que monitoreaban el comportamiento del Popocatépetl.

Durante la rueda de prensa, previa a los informes de los vulcanólogos, el presidente desmintió los rumores de un riesgo de derramamiento de lava que pudiera afectar más seriamente las zonas aledañas al volcán; mismos que surgieron por escenas transmitidas por las cadenas televisivas de noticias que al utilizar acercamientos en sus cámaras hacían ver que las graves explosiones podrían venir acompañadas de lava.

Vicente Fox declaró ante la prensa que "la respuesta concreta es: no hay lava, no hay derramamientos de lava y tampoco existen incendios en este momento y esto hay que aclararlo porque sí, se ve una gran parte del volcán en donde hay incandescencia, pero eso no ha sido derramado y no se ha extendido al bosque que circunda el volcán".

Las noches del 19 y 20 de diciembre del 2000, dio mensajes televisivos acerca de las medidas tomadas ante la actividad volcánica, tanto en zonas pobladas cercanas al coloso como en la capital mexicana.

Dejó algunos problemas de salud y trabajos de remoción de cenizas. Para el 26 de diciembre del 2000, casi una semana después del pico de mayor actividad, los vulcanólogos reportaron que con base en el monitoreo registrado, la actividad iba a la baja y que era cuestión que se mantuviera el descenso de los episodios para tomar decisiones respecto a las poblaciones evacuadas.

El 31 de diciembre, haciendo un recuento del año 2000 se dió un lugar especial a este desastre natural que coincidió con el cambio de administración presidencial, con el cambio del partido que se había mantenido en el poder por más de 70 años y con el inicio del nuevo milenio.

Para enero de 2001, la actividad volcánica se mantuvo baja por lo que los evacuados regresaron a sus hogares, pero surgieron problemas de salud por la exposición a la ceniza y los trabajos de limpieza para removerla.

Al inicio del año 2001 el peligro terminó y el gigante permaneció en calma con eventos aislados y exhalaciones que se mantenían dentro de su actividad normal y es que "Goyo" así es, de pronto nos recuerda que él también tiene días de muy mal humor.

Fuentes

• Hemeroteca EL UNIVERSAL

• Cenizas Volcánicas. Contaminación ambiental. Revista del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias. Consulta en el siguiente enlace.

• Historia de la actividad del volcán Popocatépetl: 17 años de erupciones. Centro Nacional de Prevención de Desastres. Consulta en el siguiente enlace.