Mitos de los primeros auxilios: las siete “ayudas” que se enseñan para manejar casos de emergencia y que no deberíamos hacer
Promovido por la Cruz Roja Internacional, el segundo sábado de septiembre se celebra en el planeta el Día Mundial de los Primeros Auxilios, como una forma de alertar sobre la importancia del tema, y para que toda la sociedad tenga conocimientos básicos de curaciones y acciones en caso de tener que asistir a una persona durante una emergencia.
Las emergencias en las que las personas que no son profesionales de la salud pueden intervenir son variadas, y se pueden dividir en tres grandes grupos:
Por lesiones: personas lastimadas con algún elemento punzante; quienes sufren una hemorragia visible en alguna parte del cuerpo o son víctimas de un traumatismo.
Médicas: personas con hipoglucemias o que manifiestan problemas respiratorios, sufren ataque al corazón o cuadros de alergias, por ejemplo.
Medioambientales: son aquellas ocurridas por picaduras, mordeduras, golpes de calor, intoxicaciones, entre otras.
“Saber primeros auxilios es fundamental para salvar vidas. Cualquier persona que no tenga conocimientos de salud pero que esté capacitada en las maniobras básicas de primeros auxilios puede asistir a otra persona víctima de un accidente, hasta tanto lleguen los equipos de atención médica”, dice Anibal Feder, director médico de Emergencias.
“Informarnos y prepararnos para actuar en momentos de crisis es una necesidad para complementarnos como seres sociales, auxiliando de forma exitosa incluso al punto de salvar vidas, y para lograrlo el conocimiento es la mejor prevención”, agrega Valeria El Haj, directora Médica Nacional de OSPEDYC. Luego enumeró un listado de siete de los mitos más comunes respecto de los primeros auxilios:
Cuando se tiene un ojo morado, es común que le apliquen un pedazo de carne cruda: este solo proporciona frío y presión, pero no hay ningún beneficio médico probado de que ayude.
Es común que cuando alguien esté teniendo un ataque, le coloquen algo en la boca para que no se ahogue: no se debe sujetar porque podría causar una lesión. Lo primordial es que no se lastime con objetos alrededor.
Ante un corte o herida suelen poner alcohol sobre ellas, con el fin de limpiarlas: el agua es suficiente para limpiar cualquier herida, más tratándose de una de no muy gran magnitud.
Si un brazo o pierna está sangrando mucho, hay que hacer un torniquete por encima de la herida: la medida es totalmente errónea. Es una maniobra que puede interrumpir todo el flujo sanguíneo y causar, además, daño a los tejidos. Lo que hay que hacer es una presión directamente sobre la herida con apósitos estériles y limpios para lograr que coagule y disminuya el sangrado.
Cuando sangra la nariz, echar la cabeza para atrás: podría generar que la sangre se vaya a los pulmones o hacia el estómago, provocando vómitos. La solución es apretar la nariz por unos minutos.
Ante quemaduras, colocar manteca o pasta dental encima: lo que se logra es aislar el calor, producir cicatrices y probablemente originar una infección. Lo recomendable es usar agua potable para limpiar la zona.
Si un menor ingiere lavandina hay que hacerlo vomitar: puede causar más daño cuando el vómito abandona el organismo, ante una intoxicación, hay que llamar a los teléfonos de emergencias toxicológicas y seguir sus indicaciones. Jamás hay que provocar el vómito.
Paso a paso: qué hacer ante una emergencia
“Una persona capacitada puede frenar una hemorragia puede inmovilizar a una persona que sufrió un traumatismo, hacer una maniobra de Heimlich a una persona atragantada y hasta realizar la maniobra de RCP básica a una persona en paro cardio respiratorio”, enumeró Feder.
El Haj sumó: “Es imprescindible que las personas tengan información de calidad, discerniendo de los mitos populares, porque en la mayoría de los casos se acciona con la idea de ayudar, pero el desconocimiento puede complicar la situación causando efectos adversos”.
“Por eso es muy importante que nos capacitemos en primeros auxilios, porque cada minuto después de un accidente cuenta y la acción rápida y precisa del primer asistente, ayuda a disminuir las consecuencias y hasta puede salvar vidas”, agregó el director médico de Emergencias.
En tanto, la directora Médica Nacional de OSPEDYC sugirió tomar cursos o informarse con fuentes verídicas como instituciones médicas y tener en cuenta las siguientes reglas generales:
Al acercarse, la persona debe presentarse, explicar que tiene conocimientos de primeros auxilios y consultar si es posible ayudar.
Es imprescindible observar alrededor y verificar las condiciones del lugar para no exponerse al peligro, buscando siempre la seguridad del mismo.
No mover a la persona enferma o lastimada.
Llamar al servicio de emergencia del lugar. Transmitir la dirección exacta de donde se encuentran, para que los localicen sin inconvenientes.
Accionar la cadena de supervivencia, la cual hace referencia a una serie de pasos y de acciones a seguir ante una víctima que está padeciendo una situación de emergencia sanitaria, como puede ser un ataque al corazón o una parada cardiorrespiratoria. La realización correcta de estos pasos hará que las posibilidades de supervivencia de la víctima sean mayores y que, los daños y secuelas que pueda ocasionar disminuyan.
Manejar la situación buscando la calma y evitando el descontrol.
No tocar en forma directa (sin protección) ningún tipo de secreciones.
Uno por uno: qué elementos debe tener un botiquín básico
Jabón neutro (blanco): para higienizar heridas.
Alcohol en gel: para desinfectar de manera rápida las manos.
Termómetro: para medir la temperatura corporal.
Guantes descartables de látex: para no contaminar heridas y para seguridad de la persona que asiste a la víctima.
Gasas y vendas: para limpiar heridas y detener hemorragias.
Antisépticos como yodo povidona o agua oxigenada: para limpiar las heridas.
Tijera: para cortar gasas y vendas o la ropa de la víctima.
Cinta adhesiva: para fijar gasas o vendajes.
Otros productos complementarios para el botiquín son:
Antiparras: como barrera de protección para enfermedades.
Alcohol al 70%: para la limpieza de instrumental de primeros auxilios.
Linterna: para examinar al lesionado, por ejemplo, si presenta un cuerpo extraño en la boca.
Solución salina normal (fisiológica): para la higiene de grandes heridas y para el lavado y descontaminación de lesiones oculares.
Pinza larga sin dientes: para la sujeción de gasas.
Anotador y lapicera: para registrar datos que puedan ser solicitados o indicados por el servicio de emergencias médicas.
Pañuelos grandes: para vendaje de miembros.