El primer ministro moldavo acusa a Rusia de provocar una crisis en Transnistria
Moldavia acusa al Kremlin de orquestar una crisis de seguridad en el país. Desde el 1 de enero, Transnistria, territorio separatista prorruso de Moldavia, ya no recibe gas de Rusia a través de Ucrania, lo que convierte al país en víctima colateral del conflicto entre Moscú y Kiev.
Esta interrupción del suministro es una catástrofe para los 450.000 habitantes de la región, que ya no tienen calefacción ni agua caliente. Las autoridades locales también han ordenado cortes de electricidad.
"La gente no tiene electricidad durante cuatro horas al día, no tiene calefacción y, sobre todo, no tiene acceso al gas. Y desde hoy, incluso hay interrupciones en el suministro de agua", subrayó el primer ministro moldavo, Dorin Recean.
El Gobierno de Chisinau se ha ofrecido a ayudar, pero los funcionarios de Transnistria han rechazado la oferta. El primer ministro moldavo acusó a Rusia de provocar una crisis humanitaria en la región para desestabilizar al Gobierno proeuropeo. Este otoño están previstas elecciones parlamentarias en esta república situada entre Ucrania y Rumanía.
En principio, Moldavia no se ve tan afectada por esta interrupción del suministro como Transnistria. El país está libre de gas ruso desde 2022, tras la invasión de Ucrania por Moscú. Además, cuenta con el apoyo de Rumanía.
Transnistria, en cambio, sigue dependiendo en gran medida de los hidrocarburos rusos. Este recurso abastece la central eléctrica de Cuciurgan, situada en el territorio separatista pero que produce el 70% de la electricidad del país. El peligro para Chisinau es que, en una segunda fase, sufra cortes de electricidad.
Moscú podría tener la tentación de acusar al Gobierno moldavo y a Kiev de ser responsables de esta situación. Rusia no es la única parte implicada en la interrupción del suministro. Ucrania se ha negado a renovar el contrato firmado en 2019 con las autoridades rusas para el tránsito de gas por su territorio.
Con las elecciones moldavas en el punto de mira, el Kremlin podría lanzar una campaña de desinformación, señalando a Chisinau y Kiev como responsables de la situación. Sin embargo, este enfoque entraña riesgos, ya que la actividad económica de Transnistria depende en gran medida de los hidrocarburos rusos. Si los puestos de trabajo y los ingresos fiscales se ven amenazados, las autoridades locales del territorio podrían verse en peligro en las urnas en 2025.
Para el primer ministro moldavo, el Kremlin quiere que en el futuro haya un Gobierno prorruso, lo que le permitirá reforzar su presencia militar en Transnistria. Moscú tiene unos 1.500 soldados en la región fronteriza con Ucrania.
La Unión Europea sigue de cerca la situación. Moldavia es candidata a la adhesión a la UE, y la UE es el principal apoyo financiero de Moldavia. El lunes, la Comisión Europea explicó que estaba trabajando con el sector energético europeo para garantizar que Chisinau pudiera recibir suficiente electricidad en caso necesario. La Comisión también pide a los Estados miembros que muestren solidaridad energética con Moldavia.