El Miami Heat no trajo a nadie de refuerzo, pero todavía le quedan ases bajo la manga

El Heat volvió al trabajo este viernes con los mismos hombres, después de ser uno de los tres equipos del Este que no adquirió ningún jugador; sin embargo, todavía podría llegar algún buen refuerzo de afuera y hasta dos desde casa.

Tal vez por eso aún no le han ofrecido al centro de dos vías Orlando Robinson un contrato regular y tal vez por eso el equipo de Miami no accedió a las exigencias de otros clubes para reclutar a un buen jugador y mantuvo sus selecciones para los próximos drafts.

Ahora el quinteto de la Capital del Sol está al acecho de un buen jugador que sea dejado libre, comprando el contrato, por algunos de sus equipos para traerlo a Miami por muy poco dinero, gracias a la flexibilidad que consiguió al enviar a Dewayne Dedmon a los Spurs.

La lista incluye grandes nombres como Russell Westbrook, Danny Green, Reggie Jackson, John Wall o Kevin Love, pero el Heat solamente debería estar enfocado en un nombre: Serge Ibaka.

A sus 33 años el atlético hispano-congoleño se ajustaría perfectamente a la filosofía del Heat, al ser un gran defensor, principalmente en la pintura, un excelente bloqueador, un aceptable tirador de triples. Con un mayor protagonismo muy bien pudiera relanzar su carrera, pero primero los Pacers tienen que comprar su contrato.

Más allá que eso, tal vez el verdadero refuerzo sea Omer Yurtseven, quien se preparaba para ser el el centro suplente esta temporada e incluso formar pareja con Adebayo bajo las tablas cuando una inoportuna lesión en el pie que le dejó a pasar por el quirófano no le dejó debutar esta temporada.

Se espera que Yurtseven, quien ya fue dado de alta, reaparezca con el Heat después del Juego de las Estrellas, el 24 de febrero en la última visita a Milwaukee, aunque tendrá que jugar primero varios juegos para coger el ritmo y mejorar su forma física para poder ayudar al equipo en esta etapa final y sobre todo en los playoffs.

A falta de cinco juegos para el All-Star Game, incluyendo el de este viernes ante los Rockets, el Heat (30-25) continúa aferrado a la 6ta plaza del Este y tras el desmembramiento de los Nets podía pronto subir al quinto lugar.

Para ello necesita mejorar también su ofensiva, que es la peor en toda la NBA con un premio de 108.6 puntos por juego. Y no es de extrañar porque esta temporada una de las asignaturas pendientes es la de tiros de tres puntos siendo el cuarto por la cila con solo 33.5 por ciento.

Tal vez esto podría mejorar si Duncan Robinson regresase siendo el mismo de las temporadas 2019-2020 (44.6% en triples) y 2021 (40.86%) por las cuales le ofrecieron un gran contrato de $90 millones que después no ha honrado.

Tal vez el problema era el dedo índice derecho (la mano de tirar) recién operado que le ha mantenido fuera 16 juegos. Robinson parece estar listo para jugar, pero aún no ha entrenado por lo jugará ni este viernes en casa ni el sábado en Orlando.

Su reaparición como mucho podría ser el lunes ante los Nuggets en el Miami-Dade Arena o el miércoles en Brooklyn, aunque tal vez lo mejor sea para después del Juego de las Estrellas.

Otro que podría resucitar es Kyle Lowry, quien con molestias en una rodilla puede reaparecer junto a Robinson. Ahora con el amor propio herido, después de estar en todas las papeletas para ser intercambiado, podría demostrar que a sus 36 años todavía le queda en el tanque y ser nuevamente un hombre importante para el Heat.

Esto sin contar con el novato Nikola Jovic, diagnosticado con reacción de estrés de la espalda baja, quien podría volver en estos mismos días y demostrar porque fue elegido por el Heat en primera ronda.

En fin, no se trajo a nadie, pero tampoco es el peor de los escenarios. La dirección del Heat confió en sus jugadores y ahora le toca a ellos devolverle la confianza.