Las memorias del príncipe Harry dinamitan una posible reconciliación y profundizan la grieta en la familia real británica
LONDRES.- Hace años que el ahora rey Carlos III impulsa una reducción de lo que en Gran Bretaña se considera como la familia real. Y si el nuevo libro de su hijo menor sirve de muestra, podría decirse que el flamante rey logró su objetivo, aunque no cómo lo imaginaba.
El lanzamiento de las memorias del príncipe Harry, con los explosivos detalles de la ruptura con su familia, parecen dar de baja cualquier perspectiva inmediata de que Harry vuelva al redil y se reconcilie con su padre, con Camilla, reina consorte, y con su hermano mayor, el príncipe Guillermo.
El libro, titulado En la sombra (en inglés se titula Spare, que puede traducirse como “pieza de repuesto”), pinta el retrato de una Casa de Windsor irremediablemente dividida. Lejos de esa maquinaria aceitada conocida como “La Firma”, la familia real aparece como una colección de feudos en guerra, donde cada integrante compite para sacar ventaja con la complicidad de la prensa sensacionalista, tratando de lustrar su imagen echándole tierra encima a los demás.
Con Harry y su esposa Meghan autoexiliados y viviendo en el sur de California, con el hermano del rey, Andrés, caído en desgracia y en exilio interno tras llegar a un acuerdo extrajudicial por una demanda de abuso sexual, y tras la reciente muerte de la reina Isabel II, los miembros de alto rango de la familia real quedaron reducidos a un puñado de figuras.
Según Harry, hasta los pocos que quedan están atrapados en una tóxica competencia de relaciones públicas que enfrenta unos con otros a los miembros de la familia. También apunta que un colaborador de su padre y de su madrastra “plantó” historias negativas de Guillermo y su esposa Kate en los tabloides londinenses, una práctica que, según afirma, también los atormentó a él y a Meghan y que contribuyó a su decisión de abandonar el país.
“No me gustaba ser usado de esa manera, y me enfurecía que se lo hicieran a Meghan”, escribe Harry en su libro. “Pero tengo que reconocer que en los últimos tiempos se la agarraban mucho más con Willy”, dice en referencia a su hermano Guillermo. “Y él estaba justificadamente furioso con el tema”.
El Palacio de Buckingham sigue aferrado a su política de no hacer comentarios sobre el libro ni sobre la maratón de entrevistas televisivas que concedió Harry para promocionarlo. Pero esta semana las revelaciones llegaron al paroxismo, y los expertos en la realeza predicen que Carlos y Guillermo tendrán que llegar a algún tipo de acuerdo con el díscolo de la familia, al menos para que la disputa no opaque la coronación del rey, prevista para mayo.
Según varios analistas de la realeza, el drama Harry-Meghan se ha convertido en la crisis más grave que enfrenta la monarquía británica desde la delicada situación que se planteó tras la muerte de Diana, princesa de Gales y madre de Harry, en un accidente de autos en 1997. En ese momento, la reina fue objeto de duras e inusuales críticas por no haber demostrado suficiente empatía.
“El factor clave que los rescató de cada crisis del pasado es que la reina era irreprochable”, dice Peter Hunt, excorresponsal sobre la realeza de la BBC. “El problema es que ahora tenemos un rey que es una figura divisiva él mismo”.
Rol sanador
El palacio dio señales de que Harry y Meghan serían invitados a la coronación, lo que sugiere que Carlos conserva la esperanza de cumplir un rol sanador. Pero en la entrevista del domingo con Tom Brabdy, corresponsal de ITV, Harry se mostró evasivo sobre el tema y dijo que “pueden pasar muchas cosas desde hoy hasta ese momento”.
Lo cierto es que han pasado tantas cosas, que cuesta imaginar a Harry de uniforme militar, marchando por el pasillo de la Abadía de Westminster con su padre y con su hermano.
La última tanda de revelaciones arrancó la semana pasada, con el adelanto de una entrevista promocional que Harry le dio a la cadena televisiva ITV y de otra con el programa “60 Minutos” de la CBS. Pero el furor se aceleró cuando el libro fue puesto en venta por error en España una semana antes de su fecha de lanzamiento, y esos ejemplares llegaron primero a The Guardian y luego en otros diarios.
Desde entonces, las perlitas del libro tapizan las portadas de los tabloides ingleses. “Alarde escandaloso”, tituló The Daily Mirror el sábado sobre la afirmación de Harry de haber matado a 25 combatientes talibanes cuando era piloto de helicóptero en servicio en Afganistán. “Después del funeral de Felipe, Will se me tiró encima”, tituló The Sun el domingo, en referencia al relato de Harry sobre el crispado encuentro que tuvo con su hermano después del entierro del príncipe Felipe de Edimburgo, abuelo de ambos, en 2021.
El lunes, después de la difusión de las entrevistas televisivas, los tabloides británicos insistieron en resaltar que Harry parecía haberse retractado de una de las acusaciones más explosivas hechas por él y Meghan en su entrevista con Oprah Winfrey en marzo de 2021: que un miembro de la familia real se había referido en términos racistas a su hijo por nacer.
En En la sombra ese episodio no se menciona, algo bastante llamativo si se piensa que Harry no se calla nada, de su pasado de consumo de drogas recreativas hasta el relato de cómo perdió la virginidad, en descampado detrás de un pub. En su entrevista con Bradby, Harry no se retractó de su afirmación de que un miembro de la familia estaba inquiero por el color de piel que tendría el niño. Sin embargo, dijo que era un ejemplo de “sesgo inconsciente”, y no de racismo.
Después de la entrevista con Oprah Winfrey en 2021, las acusaciones de racismo resonaron durante semanas, obligando al príncipe Guillermo a negar que la familia real fuera racista. Pero el tema volvió a surgir cuando una ex dama de honor de la reina, Susan Hussey, fue apartada de sus funciones y obligada a disculparse tras de someter a un invitado británico negro del Palacio de Buckingham a un insistente interrogatorio sobre sus orígenes familiares.
Según algunos analistas de la realeza, la decisión de Harry de no insistir con esas acusaciones deja abierta la puerta para algún tipo de reconciliación.
“Por irónico que parezca, el momento es ahora”, dice Hunt. “Si realmente quieren tomar la iniciativa, si realmente quieren pasar a otra cosa, tienen que encontrar la manera de superarlo. Pero les va a costar muchísimo”.
El riesgo, señala Hunt, es que las revelaciones sin filtro de Harry despojen a la familia real de su mística ante la opinión pública. “Es difícil conservar el misterio cuando todo el mundo sabe que entre ellos se matan y se dicen de todo”.
Mark Landler
Traducción de Jaime Arrambide