Meloni busca catapultar su proyecto ultraderechista en la UE con las elecciones europeas
Roma, 27 may (EFE).- A pocos días de los comicios europeos, todas las encuestas indican que en Italia vencerá Hermanos de Italia, la fuerza de la primera ministra, Giorgia Meloni, que figura como candidata para reforzar su liderazgo interno y como referente de la ultraderecha en Europa, con un tono mas pragmático y menos extremista desde que gobierna.
Tras convertir a su partido en el primero de raíces neofascistas en gobernar en un país fundador de la Unión Europea (UE), Meloni no parece debilitada tras un año y medio en el poder. Y ahora busca que su peso como estandarte derechista se refleje en Europa, donde tiene influencia creciente y podría ser clave para determinar la correlación de fuerzas en la Eurocámara.
Hermanos de Italia está en el grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), que integran partidos de ultraderecha como el español Vox o el polaco Ley y Justicia (PiS), pero Meloni destaca: se presenta como la líder pragmática que relegó el neofascismo y euroescepticismo para promover una Europa ultraconservadora con alianzas con la derecha tradicional.
"Lucharemos sobre todo contra aquellos que, como la izquierda, pegada al deseo de borrar las identidades, pretenden usar Bruselas para imponer su agenda globalista", dijo este mes por videoconferencia en un acto de Vox, donde se opuso "a quiénes cuestionan la familia" y defienden el "multiculturalismo".
Meloni lidera en Italia una coalición con la Liga, el partido ultraderechista de Matteo Salvini, y Forza Italia, la fuerza conservadora de difunto Silvio Berluscni que encabeza Antonio Tajani, titular de Exteriores y otra muestra de las "candidaturas ficticias" de los líderes italianos, que se presentan sabiendo que no acudirán a la Eurocámara.
Pero estos dos partidos están por detrás de Meloni en los sondeos. Forza Italia sería cuarta fuerza con más del 8% de votos, y la Liga -hasta hace poco referente italiano de extrema derecha- se quedaría con porcentaje similar y se vería relegada a quinta fuerza.
Las encuestas prevén que Meloni gane con más del 27% de votos, por encima de la principal formación opositora, el centro-izquierdista Partido Democrático (PD). Este aumentó en intención de voto y se sitúa como segunda fuerza con el 21% de sufragios, pero lejos de Hermanos de Italia, igual que el populista Movimiento 5 Estrellas (M5S), tercero con un 16%.
Entre otras fuerzas más minoritarias que esperan superar el umbral del 4% de votos para tener representación está la coalición Alianza Verdes-Izquierda, que presenta como candidata a Ilaria Salis, una activista antifascista detenida en Hungría desde febrero de 2023 que podría obtener inmunidad si es elegida eurodiputada.
Los comicios europeos se celebrarán el 8 y 9 de junio en Italia, tercera potencia económica de la UE. Le corresponden 76 diputados en un Eurocámara de 720. El voto es preferencial según candidatos, y cada votante puede escoger hasta tres, escribiendo su nombre en la papeleta.
Esto hace que en Italia los líderes nacionales se presenten en las europeas para personalizar las campañas y capitalizar votos, como han hecho Tajani; la líder del PD, Elly Schlein, o Meloni, que no ocupará su escaño en Bruselas, pero su cara es visible en campaña, tanto en panfletos como propaganda electoral.
Meloni y Schlein debían enfrentarse en un debate en el canal público RAI que se canceló, y la Liga -que tiene como candidato al general acusado de racista y homófobo Roberto Vannacci- muestra un perfil muy ultranacionalista.
La migración, seguridad o la primacía de intereses nacionales ante la UE son temas centrales de la Liga en campaña, mientras Meloni defiende su gestión en pro de un statu quo ultraconservador, el Partido Demócrata exige fijar un salario mínimo -inexistente en Italia- y 5 Estrellas pide "paz" y dejar de enviar armas a Ucrania.
Detrás quedan denuncias recientes por censura y control de parte del Gobierno a la televisión pública, polémicas por el freno de la migración con pactos con Túnez, Libia o Albania o por la política de puertos lejanos que impide a las ONG en el Mediterráneo central seguir sus tareas de salvamento durante días.
Joan Mas
(c) Agencia EFE