Como mejorar la crisis de vivienda, inmigración, salud mental y tráfico | Opinión

Los problemas no solo son para decirlos, sino para buscarles una solución.

A través de los años he publicado una serie de columnas en el Nuevo Herald donde sugiero varias acciones en concreto para solventar a mediano y largo plazo determinadas situaciones que continúan afectando a la sociedad estadounidense.

Las sugerencias propuestas no han sido adoptadas a pesar que los problemas que existen se han multiplicado hasta el punto de convertirse en crisis. Si a esto le añadimos la venidera recesión económica anunciada, podemos inferir que las consecuencias de no tomar acción puede degenerar en una situación verdaderamente caótica.

A estos efectos vamos a nombrar brevemente las principales recomendaciones que he propuesto. Tal vez ahora, cuando los problemas desbordan nuestras capacidades, nuestros políticos más capaces analicen la conveniencia de considerar su implementación.

La crisis de la vivienda: Actualmente el costo de la vivienda en áreas urbanas está fuera del alcance del 90% de la población. Esta afirmación es certera, sobre todo en grandes metrópolis como Miami, Los Ángeles y Nueva York, Aún así, el costo habitacional en los suburbios es considerable y además complementado por el elevado precio del combustible para trasladarse a los centros de trabajo. Es por ello que muchos, incluso, viven en sus automóviles, literalmente.

En Europa y Japón existen las hipotecas hereditarias a 80 años y más de plazo, donde una propiedad termina siendo pagada por los nietos.

Hace más de 10 años le escribí al entonces secretarios de la Vivienda, Shaun Donovan, quién respondió que aunque interesante, el proyecto requería de muchas regulaciones que lo hacían inoperable.

Evidentemente, una hipoteca a 80 años, con un balloon payment por generación, haría accesible a muchos una vivienda que hoy en día es incosteable. Por supuesto que deben existir regulaciones para impedir que este tipo de viviendas sean adquiridas masivamente con el propósito de rentarlas, lo que evitaría su planeamiento original.

A pesar de los inconvenientes generados por el seguro a largo plazo y la realización bancaria a 80 años, pensamos que el proyecto si es una solución a gran parte del problema.

La crisis de inmigración: En estos momentos la falta de empleados es notable en todos los aspectos de la economٳa. Hoteles, restaurantes, parques temáticos, líneas aéreas y cruceros han reducido sus actividades o las han cesado, por falta de empleados. La mayoría de trabajadores en estas áreas son inmigrantes, de manera que ellos son los que están moviendo la economía ahora.

Un político mexicano recientemente propuso otorgarles permiso de trabajo a los inmigrantes para solventar esta situación.

Por años he propuesto contratar a los inmigrantes para colocarlos en aquellas empresas que ahora están en China y quieran relocalizarse en EEUU. Los inmigrantes recibirían su salario en forma de bonos canjeables, los cuáles por no ser dinero en efectivo, cumplen con la ley.

Aquellos trabajadores que laboren de esa forma por cinco años en esas empresas, tendrían residencia y un posterior camino a ciudadanía estadounidense.

Con esta propuesta se logran tres objetivos a la vez: controlar la inmigración, solucionar la falta de empleados e incrementar la manufactura doméstica.

La crisis de salud mental: Aunque muchas medidas se han adoptado en esta materia, la principal deficiencia aún continúa y es que en EEUU no existen manicomios públicos, motivo por el cuál muchos perturbados terminan en la cárcel y otros optan por cometer actos demenciales, como las masacres, por ejemplo.

Aunque signifique un costo considerable, tiene una gran trascendencia y por ello creo que es necesario volver a tener manicomios públicos en EEUU.

La crisis del tráfico vehicular: Para nadie es un secreto que el 85% de los accidentes de tránsito son ocasionados por el uso del celular mientras se maneja. Si esto se conoce, ¿cómo es posible que no se adopten medidas al respecto?

Hemos repetido hasta la saciedad que existe un software que se instala en los teléfonos para que estos se desactiven cuando el vehículo alcance las 5 mph. Por nuestra insistencia, en Florida se pasó una legislación que prohíbe textear mientras se maneja. Sin embargo, no ha funcionado debido a que la fuerza pública es insuficiente para controlar el volumen de infracciones.

Para finalizar, pienso que estas cuatro sugerencias son importantes y deberían ser objeto de estudio a fin de implementarse velozmente.

Por supuesto, entendemos que muchas de ellas son “políticamente incorrectas”. Pero entonces preguntamos, ¿Hasta cuándo vamos a seguir siendo correctos o incorrectos mientras la economía se cae a pedazos?

Benjamín F. DeYurre es un economista y periodista. Twitter: @DeYURRE.