Martín Demichelis pasó de la tensión al éxtasis en la noche en que River le ganó a Estudiantes la Supercopa Argentina

Martín Demichelis gritó el segundo gol de River con muchísima euforia; el entrenador pareció celebrar mucho más que la Supercopa Argentina ganada contra Estudiantes.
Martín Demichelis gritó el segundo gol de River con muchísima euforia; el entrenador pareció celebrar mucho más que la Supercopa Argentina ganada contra Estudiantes. - Créditos: @Captura TV

River se consagró campeón de la Supercopa Argentina con la victoria sobre Estudiantes por 2 a 1 en Córdoba. En el centro de la escena del nuevo logro del club millonario quedó Martín Demichelis. Blanco de críticas e incluso de silbidos de hinchas riverplatenses durante las últimas semanas, vivió una noche especial: el tenso reencuentro con Enzo Pérez, la disconformidad de los hinchas presentes en el Mario Kempes con la alineación inicial, un comienzo cuesta arriba por el gol pincharrata... El DT afrontó a esas adversidades y revirtió la situación. Un cambio arriesgado a pocos minutos del final fue crucial para que el DT consiguiera su tercera conquista en el club. Demichelis gritó el segundo gol con desahogo, de frente a los simpatizantes, y se lo vio profundamente emocionado al final del partido.

El entrenador cordobés venía recibiendo críticas por el funcionamiento del equipo en el inicio de esta temporada, sobre todo tras las cuatro igualdades consecutivas por la Copa de la Liga. Y cuando se escuchó la formación titular elegida por él, fanáticos millonarios cantaron contra el entrenador: “Poné a los pibes, la p.. que te parió”.

Y poco antes del partido se dio el esperado reencuentro entre Demichelis y Enzo Pérez, luego de todo lo que se dijo por la salida del jugador del conjunto rojiblanco. Cuando el mendocino llegó al banco riverplatense para saludar, el primero en su camino fue el DT, que estaba sentado, de brazos cruzados y mirando a un costado. Cuando vio a Pérez pareció sorprenderse y terminaron dándose sólo un apretón de manos y diciéndose algo al pasar, con cierta frialdad. Pronto, a los dos minutos de juego, Estudiantes abrió el marcador y todo lo planeado comenzaba a estar en jaque.

Sobre el final de la primera etapa, todavía con el 0-1 para River, algunos silbidos surgieron de los sectores ocupados por los hinchas. El rendimiento del equipo no había sido bueno. Por eso, para la segunda etapa Demichelis movió algunas piezas. En el inicio, Santiago Simón reemplazó a Leandro González Pirez, que estaba amonestado y fue uno de los de más bajo nivel en esos primeros 45 minutos. Sebastián Boselli ocupó la zaga central y Simón entró como lateral. A partir de entonces River mostró indicios positivos.

Una de las ventanas en las que Demichelis hizo los cambios con los que River revirtió el partido frente a Estudiantes; esta vez, los modificaciones funcionaron, en el juego y en el resultado.
Una de las ventanas en las que Demichelis hizo los cambios con los que River revirtió el partido frente a Estudiantes; esta vez, los modificaciones funcionaron, en el juego y en el resultado. - Créditos: @Captura TV

Luego llegaron la inclusión de Claudio Echeverri, que ingresó por Nacho Fernández, y la de Rodrigo Villagra por Matías Kranevitter. Con esas variantes, el equipo comenzó a mejorar y merecía el empate. Pero para conseguirlo debió esperar hasta los 35 minutos. Simón, que ingresó muy bien, combinó con Pablo Solari, que puso el 1 a 1 con la ayuda de un rebote. Y faltaba más. Demichelis tuvo una corazonada y apostó por Rodrigo Aliendro, que, entre dudas de muchos, entró por Facundo Colidio a los 42. La idea de incluir un volante por un atacante estando 1-1 parecía desacertada para la ambición millonaria, pero el ex volante de Colón iba a ser determinante. Echeverri tocó con él, que tuvo un espacio, se acomodó y con un remate largo y certero clavó la pelota en un ángulo cinco minutos después de entrar.

El gol de River y el festejo de Demichelis

De inmediato, las miradas se dirigieron al entrenador. Demichelis gritó el gol con euforia, más que cualquier otro tanto, de frente a los plateístas millonarios, agitando los brazos y pateando una botella, como si se sacara bronca contenida. Sus asistentes Javier Pinola y Germán Lux fueron a abrazarlo.

Cuando el árbitro Yael Falcón Pérez decretó el final y todo en River era alegría por un nuevo trofeo, el DT estaba visiblemente emocionado. Se dio un sentido abrazo con Aliendro. Se reunió con sus hijos y su esposa en la cancha, ya con una camiseta de River puesta y la medalla de campeón colgada en su cuello, la tercera desde su llegada a la dirección técnica en el club.

La palabra del DT

Llamó la atención tanto fervor de Demichelis en el festejo del segundo gol, que pareció más propio de una competencia mayor, no de la Supercopa Argentina. “Ustedes hagan la interpretación que quieran, pero los goles son amores y se los grita. Y yo soy de River, ¿cómo no voy a gritar un gol? Voy a contar algo, porque puedo hablar con la autoridad de la derrota. Perdí las tres finales más importantes que puede perder un jugador: la del Mundial, la de la Champions y la de la Copa América. Entonces, en el entretiempo les dije a los chicos que las finales no vuelven, que el partido estaba para jugarlo y para ganarlo. Que entendieran que en ese primer tiempo no habían jugado bien. Entonces salieron y se pusieron a jugarla. Ahí están los frutos. Por eso lo grité muchísimo”, explicó el director técnico.

Que agregó al respecto: “También estaba mi familia, que se come todos los palazos. Me abstraje de las críticas. Pero si las hubiera escuchado, habría tenido que cambiar el 11 inicial cada día. Estaba convencido por dónde tenía que ir. Al primer tiempo no lo jugamos bien, pero al segundo sí”.

Demichelis contó las sensaciones que tiene cuando su conjunto no rinde y también por qué no ofreció la habitual atención a la prensa el último sábado, tras el 1-1 contra Independiente en Avellaneda: “Entiendo que el hincha de River es exigente. Pero creo que la inmediatez en el futbol no existe. En un país tan pasional en el fútbol, en el que llenamos la cancha un miércoles a la noche con estos precios, los viajes, los temporales, créanme que el más preocupado, triste y embroncado cada vez que no jugamos bien un partido soy yo. Tengo que manejar las emociones porque hay que corregir. Después de no jugar bien contra Independiente, que nos superó ampliamente en el primer tiempo, no fui a la conferencia de prensa porque en mi cabeza ya estaba Estudiantes, y no había mucho que decir. Mi cabeza empezó en el final de ese partido a estar en Estudiantes; no había tiempo por perder. Cuando las cosas no salen levanto la mano. Ojalá hoy todos estén felices de verdad”.

Compacto de River 2 vs. Estudiantes 1

Como se dijo, la variante de Aliendro por Colidio generó dudas, y el DT justificó la modificación. “Habíamos hecho cuatro cambios, y si íbamos al alargue íbamos a tener la posibilidad de hacer uno más. Por eso hice el quinto: para tener piernas frescas. Y además [Fernando] Zuqui estaba solo. Entonces resigné jugar con las puntas. Como Solari hizo el gol, quisimos sacar a Colidio, y entonces opté por Aliendro”, razonó.

No iba a faltar una pregunta sobre el saludo con Enzo Pérez, por supuesto. “No me sorprendió porque yo también respeté muchísimo a él. Doy un ejemplo. En el último partido lo puse por encima de todos, para que la gente lo aplaudiera y se retirara así. Me era totalmente indiferente si él venía a saludarme o no. Yo siempre analicé al jugador de fútbol y él se entrenaba fenomenalmente. Y por eso jugaba. De hecho –no creo en las casualidades–, sin Enzo en el campo hicimos los dos goles. Es un enorme jugador, a quien el primer día como entrenador llamé para pedirle que siguiera porque tenía mucho para darnos. Y nos lo dio”, contó el DT.

Antes del encuentro en Córdoba se dio el reclamo de muchos hinchas en la popular riverplatense por “los pibes”. Que pusiera a “los pibes”, exigieron a Demichelis, antes de un insulto a su propio entrenador. Y durante el juego hubo algunos silbidos. “Se escuchó. Se escuchó desde mi casa”, reconoció Demichelis.

Luego se refirió a la situación con Echeverri. En algunos momentos, con un tono de enojo. “Quería ponerlo, pero quería esperar el momento del partido. Tiempo atrás decían «¿por qué no juega?». Contra Boca decían «¿por qué lo saca?». Contra Independiente Rivadavia quedó tirado en un momento. Lo saqué, pero le di más tiempo y siguió mostrando que estaba cansado y que no podía terminar el partido. Le di más tiempo también para que la gente también se diera cuenta de que en algún momento tenía que salir, porque no podía terminar físicamente bien el partido. No lo saqué por tirar la moneda. Tengo que escuchar menos –hoy se escuchaba fuerte–. Intento hacer lo mejor para el equipo. No pongo un nombre sobre otro; simplemente, a veces los cambios dan resultado y otras veces no”, concluyó Demichelis.