Manuel Ojeda, el actor que se volvió estrella sin pretenderlo

CIUDAD DE MÉXICO, agosto 12 (EL UNIVERSAL).- Buen bailarín, con alto sentido del humor, pero serio en el set, es como era Manuel Ojeda, quien murió a los 81 años dejando un legado de más de 250 personajes en cine y televisión.

Las primeras noticias de su fallecimiento circularon la noche del miércoles y la familia lo negó. Este jueves, la noticia fue confirmada.

"Era uno de los actores más profesionales que he conocido", dijo Ana Martín, su amiga por casi seis décadas. "Las últimas veces estuvimos bailando danzón, luego vals y siempre con buen sentido del humor", agrega.

El actor bajacaliforniano, que formó parte de cintas como "El apando", que le dio el premio Ariel y "Canoa", y de telenovelas como "Tormenta en el paraíso" y "Corazón guerrero", fue un niño solitario.

Él mismo decía que provenía de una familia proletaria y gustaba de pasar sus días en la playa, juntando caracoles.

Un día, en su estado natal, donde era un devorador de revistas de cine, alguien le dijo que había faltado un actor a una puesta en escena y un amigo lo llevó ante el director. Éste le hizo una prueba y, de pronto, sin saber nada, ya estaba arriba de un escenario.

Ahí supo que quería ser actor y decidió meterse a cursos.

"Tenía una impresionante capacidad para jugar en el set, nunca llegaba de estrella y se acoplaba. Para la película, donde el experimento era tener a no actores, la hizo sin problema", recuerda Amir Galván, quien lo dirigió en "La 4a compañía", sobre un grupo de reos que liberaban de Santa Martha para robar autos.

En "El vuelo del águila" interpretó a Porfirio Díaz, expresidente de México, y en "Senda de gloria" a Emiliano Zapata, el Caudillo del Sur, pero también fue prisionero en "El apando", un testigo de linchamiento en Canoa y un pequeño personaje en la estadounidense Dos bribones tras la esmeralda perdida, con Michael Douglas y Danny De Vito.

El día que Luis Bárcenas, un veinteañero, se le acercó para invitarlo a "Un sentimiento honesto" en el corazón del olvido, película de cuatro horas, Ojeda aceptó aceptando un pago simbólico.

"Se le hizo divertido todo, para él era un reto. Hacía a un fanfarrón que era cómico y eso le gustaba", recuerda el realizador.

Y eso porque, al final, el cine de bajo presupuesto era parte de su vida: "Nos encontrábamos en muchas donde yo era el delincuente y él policía, o al revés. Siempre fue una persona amable, generosa, gentil", expresó Alejandro Tommasi, su compañero en la telenovela "Quererlo todo".