Mantequilla y arándanos: Lo que se necesita para administrar una granja familiar

James, de 3 años, y Graham Fordyce viajan en el tractor después de instalar el riego en Fordyce Farm el 13 de julio en Salem.
James, de 3 años, y Graham Fordyce viajan en el tractor después de instalar el riego en Fordyce Farm el 13 de julio en Salem.

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Una de las primeras palabras de Damien Fordyce fue “tractor”.

Con casi 2 años de edad, conduce uno casi todos los días desde el regazo de su padre Graham Fordyce.

Fordyce Farm es una operación familiar. Graham, de 28 años de edad, es copropietario con su padre, Raymond, de 55. Graham es la tercera generación del apellido Fordyce en poseer y operar la granja.

Damien y su hermano de 3 años, James, podrían ser la cuarta generación.

Fordyce es una granja de 28 acres. Casi la mitad, 13 acres, se dedica a cultivar los arándanos. Fordyce cultiva bayas de Blueray, Bluecrop y Berkeley. También cultivan moras, frambuesas, fresas y más.

La granja es conocida por su operación U-Pick (Cosechar uno mismo). Los arándanos están un poco retrasados este año debido a las fuertes lluvias, pero finalmente es la temporada de cosecha, la época más ocupada del año.

El periódico The Statesman Journal pasó un día en la granja para ver qué se necesita para mantener todo funcionando.

Christina, Graham, Damien y James Fordyce desayunan juntos en su granja de Salem.
Christina, Graham, Damien y James Fordyce desayunan juntos en su granja de Salem.

Irrigación

Cuando la familia desayuna junta a las 7 a. m. (huevos revueltos y bollos), Graham ya tiene dos horas de su jornada laboral. Su próxima prioridad es el riego.

Regar los campos solía tomar días, recuerda Graham. Ahora, toma cuatro horas a la semana.

Damien sube al remolque, Graham conecta tuberías, conduce el tractor, abre el pozo, conecta la pistola de agua y conduce la manguera de 750 pies por el campo.

Esta enorme herramienta, Ag-rain, es la razón por la que ya no se necesita regar a mano. Utiliza un "reloj de agua", dice Graham, cronometrado por presión, y se envuelve a sí misma a medida que avanza por el campo.

“Lo compramos en St. Paul y tuvimos que llevarlo de regreso a Salem”, recordó Graham. “Tuvimos que conducir a 15 millas por hora”.

El pequeño Damien, mientras tanto, finge conducir el tractor cuando está estacionado, o camina por el campo masticando la galleta que trajo del desayuno. Come migajas del suelo y grita "¡Papá!" cuando su padre se aleja demasiado.

Damien, de casi 2 años, imita a su padre Graham Fordyce mientras configura el riego con una máquina Ag-rain en Fordyce Farm en Salem. Regar los campos lleva 4 horas a la semana.
Damien, de casi 2 años, imita a su padre Graham Fordyce mientras configura el riego con una máquina Ag-rain en Fordyce Farm en Salem. Regar los campos lleva 4 horas a la semana.

A las 8:45 a. m., un camión de Canyonview Ministries, un Centro Ecuestre y Retiro Cristiano en Silverton, llega con una entrega de aserrín mezclado con estiércol, un fertilizante ideal para los arándanos, señala Graham. Canyonview le da a Fordyce la mezcla gratis. Esta carga de camión se tira en un montículo en medio de un campo vacío, donde permanecerá hasta después de la temporada de arándanos. Luego, Graham lo esparcirá entre los campos de arándanos en el otoño.

En busca de una experiencia

La tienda en Fordyce Farm abre a las 8 a.m. y dentro de una hora ya está llena. Un cliente pesa un balde de arándanos que acaba de recoger: 9.6 libras por 17.80 dólares.

Los arándanos no son el único cultivo en Fordyce, pero son una fruta lucrativa en Oregon. Los agricultores de Oregon cosechan cientos de millones de libras de arándanos cada año.

En el 2021, se cosecharon 144.9 millones de libras de bayas en Oregon, según datos de la Comisión de Arándanos de Oregon. La mayoría de esas bayas van a grandes distribuidores mayoristas o fábricas de conservas en Willamette Valley. Pero cerca de 15 millones de libras, según datos de la comisión, se venden directamente en granjas como Fordyce.

Dos cubetas llenas de arándanos recién recolectados esperan ser clasificadas por una cosechadora de moras Littau en Fordyce Farm en Salem. La máquina recoge las moras u hojas poco maduras ocasionales que llegan al balde.
Dos cubetas llenas de arándanos recién recolectados esperan ser clasificadas por una cosechadora de moras Littau en Fordyce Farm en Salem. La máquina recoge las moras u hojas poco maduras ocasionales que llegan al balde.

El agroturismo es una parte del paisaje agrícola de Oregon: De los 350 productores de arándanos del estado, menos de 100 ofrecen visitas y U-Pick. Pero es una manera de que las pequeñas granjas familiares como Fordyce se ganen la vida.

Hasta el 90 por ciento del negocio de la granja es directo al consumidor, dice Graham.

De vuelta en la cocina, Raymond "Ray" Fordyce mide los ingredientes secos para su famoso "buckle" o pastel de café. No hay libros de cocina en esta cocina; Ray hizo estas recetas y las sabe de memoria.

“Si ese no es el mejor bollo que has probado, entonces he fallado”, asegura, señalando una bandeja fresca de pasteles de frambuesa.

El secreto es la mantequilla, dice Ray. Mucha mantequilla.

El negocio ha crecido a lo largo de las generaciones. La tienda abrió en el 2005; la cocina abrió en el 2010. La granja se incorporó en el 2021 para que Graham y su esposa, Christina, pudieran ser copropietarios.

Ya no es solo una granja, dice Ray. Cuando era niño, los clientes querían los productos más baratos que pudieran encontrar.

“Ahora, la gente está buscando una experiencia”.

Los Fordyce venden las experiencias por jugosas libras.

Una operación familiar, con mucha ayuda

Raymond Fordyce prepara bollos de frambuesa antes de que la granja abra sus puertas en Salem. Fordyce ha perfeccionado la receta y se la sabe de memoria.
Raymond Fordyce prepara bollos de frambuesa antes de que la granja abra sus puertas en Salem. Fordyce ha perfeccionado la receta y se la sabe de memoria.

Ray heredó la granja de sus padres. También heredó una sensación de confianza que viene con un trabajo bien hecho, asegura.

“Sabía que mi padre contaba conmigo”, recuerda. “Me dio confianza cuando era adolescente”.

Ray espera que sus hijos, el menor de los cuales tiene 13 años, y sus nietos también hereden esa confianza. Las leyes laborales impiden que los miembros más jóvenes de la familia trabajen como él cuando tenía 4 años de edad, dice Ray. Pero no hay nada que les impida viajar en el regazo de sus padres en el tractor.

Ray soñaba con dejar el negocio familiar. Graham también.

Graham salió de casa varias veces para viajar a lugares como Italia y todo Estados Unidos.

“Pero siempre iba a terminar haciendo esto”, dice. “Y no creo que haya ningún lugar más bonito que el Valle de Willamette”.

Graham Fordyce carga a su hijo, Damien, de casi 2 años, mientras se preparan para regar los campos en Fordyce Farm el miércoles 13 de julio de 2022 en Salem, Oregon.
Graham Fordyce carga a su hijo, Damien, de casi 2 años, mientras se preparan para regar los campos en Fordyce Farm el miércoles 13 de julio de 2022 en Salem, Oregon.

Excepto, admite, el desierto de Utah. Pero es un lazo estrecho.

Christina Fordyce es copropietaria por matrimonio. Ella quería una granja de pasatiempos cuando era niña, asegura. En cambio, se casó con Graham y se sometió a una operación completa.

“Obtuve un poco más de lo que esperaba”, se ríe. "Pero me encanta."

Fordyce Farm tiene 14 empleados este verano trabajando en la tienda y en la granja, señala Christina. Seis son familia. Seis más son empleados de temporada, amigos de la familia que trabajan en la tienda y ayudan a hornear bollos.

Dos son trabajadores agrícolas de tiempo completo durante todo el año; no son familiares, sino extensiones de la familia, dice Christina. Francisco Cervantes trabaja aquí desde hace 25 años. Vio crecer a Graham.

“Son buenas personas”, dice en español de sus empleadores.

Un balde de cinco galones de arándanos está atado a su cintura. Puede llenar cinco o seis por hora en un buen día, presume.

Retrato de la familia Fordyce en su granja en Salem.
Retrato de la familia Fordyce en su granja en Salem.

Cervantes trabaja seis días a la semana y tantas horas como requiera el trabajo, dice. A veces puede hacer el trabajo en cinco o seis horas, a veces en nueve o diez.

Hoy, está cosechando arándanos en el campo trasero. Este campo no está abierto para U-Pick. Se cosecha a mano para venderlo en la tienda o hornearlo en bollos.

Al final de la temporada, las bayas restantes se cosecharán con una máquina y se enviarán a una fábrica de conservas.

Después de un almuerzo rápido de lo que queda y una siesta de mediodía (La de Damien), es hora de clasificar los arándanos que Cervantes pasó la mañana cosechando. Un recolector de arándanos envía las bayas a lo largo de una cinta transportadora para que las manos humanas las recojan. Las bayas que son demasiado blandas o demasiado verdes o demasiado rosadas se tiran a un lado; las buenas llegan a la tienda.

Excepto que ese día la máquina no arrancó.

“Así es la vida en la granja”, asegura Christina.

Los arándanos se cultivan junto con una variedad de otras moras en Fordyce Farm en Salem.
Los arándanos se cultivan junto con una variedad de otras moras en Fordyce Farm en Salem.

Esta máquina, una Littau Berry Harvester, se inventó en Stayton específicamente para cosechar arándanos. Una nueva podría costar 250 mil dólares, expone Graham. La suya es vieja, una '94, y ocasionalmente requiere algunos retoques.

“La resolución de problemas y el trabajo mecánico es una gran parte de nuestro día a día”, explica Graham.

Graham Fordyce hace que el motor se encienda, con una ovación de "¡Ahí está el genio de mi marido!" de Cristina. Pero vuelve a descomponerse. La clasificación de las bayas tendrá que esperar para otro día.

Es la 1 p. m. Se riegan los campos y se cosechan las bayas. Christina entra por la tarde para terminar los impuestos sobre la nómina. Graham y Ray vigilarán las cosas en la tienda, lo que los mantendrá bastante ocupados hasta aproximadamente las 8 p. m., señala Ray.

Mañana, lo harán todo de nuevo.

“La belleza de su trabajo”, explica Ray, “es que solo tienes que hacerlo cuando estás despierto”.

El letrero de Fordyce Farm da la bienvenida a visitantes en Sunnyview Road NE en Salem. La finca está abierta de 8 a.m. a 6 p.m., de lunes a sábado.
El letrero de Fordyce Farm da la bienvenida a visitantes en Sunnyview Road NE en Salem. La finca está abierta de 8 a.m. a 6 p.m., de lunes a sábado.

Shannon Sollitt cubre a trabajadores agrícolas en Mid-Willamette Valley como miembro de Report for America, un programa que tiene como objetivo apoyar el periodismo local y la democracia, informando sobre temas y comunidades tradicionalmente no cubiertas. Comuníquese con ella por correo electrónico ssollitt@statesmanjournal.com.

Traducción Alfredo García

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