A las luchas por el gasto al final del año se incorporan los desacuerdos sobre inmigración que dividen al Congreso

Lisa Murkowski, senadora republicana por Alaska, observa mientras Marco Rubio, senador republicano por Florida, interroga al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, durante una audiencia del Comité de Asignaciones del Senado en el Capitolio en Washington D. C., el 8 de noviembre de 2023. (Pete Marovich/ Los New York Times)
Lisa Murkowski, senadora republicana por Alaska, observa mientras Marco Rubio, senador republicano por Florida, interroga al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, durante una audiencia del Comité de Asignaciones del Senado en el Capitolio en Washington D. C., el 8 de noviembre de 2023. (Pete Marovich/ Los New York Times)

WASHINGTON D. C. — En el Capitolio y en la Casa Blanca, existe un consenso cada vez mayor de que cualquier acuerdo para financiar guerras en el extranjero y posiblemente todo el gobierno debe incorporar nuevas medidas esenciales para atender la frontera entre Estados Unidos y México, pero entre republicanos y demócratas existe una profunda división respecto a los cambios que se deben realizar.

El presidente Joe Biden y los demócratas en el Congreso, que antes se resistían a la idea de aceptar políticas de inmigración más severas como un precio a pagar por un acuerdo de gasto, dieron un giro en las últimas semanas y, ahora, están considerando concesiones como parte de un proyecto de ley de emergencia que brindaría ayuda a Israel y a Ucrania. Y los republicanos, que han estado insistiendo durante meses que se desplieguen nuevas medidas fronterizas estrictas, exigen una serie de cambios de política, entre ellos una revisión de las leyes de asilo.

La discusión, que sucede antes de la fecha límite para definir cuál será el plan para la financiación del gobierno en poco más de una semana, refleja cuán tensa se ha vuelto la política de inmigración para Biden y los demócratas.

La base liberal del partido, que se opone a la mayoría de las iniciativas más severas que respalda el Partido Republicano, ya estaba enojada con el presidente por aceptar algunas de las medidas de la era de Donald Trump contra las que hizo campaña, como la construcción del muro fronterizo. Pero las encuestas también han mostrado una profunda insatisfacción con la manera en que el gobierno de Biden ha manejado el reciente aumento de inmigrantes y muchos demócratas temen una reacción negativa de los votantes si no aceptan al menos cambios modestos.

“Me gustaría cerrar la brecha”, declaró el martes en el pleno del Senado Chuck Schumer, senador demócrata por Nueva York y líder de la mayoría. “A nuestro caucus le gustaría que se implementara algún tipo de política fronteriza con sentido común y al presidente le gustaría que se hiciera algo”.

“Pero los republicanos deben trabajar con nosotros en políticas fronterizas realistas”, añadió más tarde.

Lindsey Graham, senador republicano por Carolina del Sur, interroga al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, durante una audiencia del Comité de Asignaciones del Senado en el Capitolio en Washington D. C., el 8 de noviembre de 2023. (Pete Marovich/The New York Times)
Lindsey Graham, senador republicano por Carolina del Sur, interroga al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, durante una audiencia del Comité de Asignaciones del Senado en el Capitolio en Washington D. C., el 8 de noviembre de 2023. (Pete Marovich/The New York Times)

Mitch McConnell, senador republicano por Kentucky y líder de la minoría, comentó que habló el lunes con Biden y Janet Yellen, la secretaria del Tesoro, y les dijo que “sería difícil lograr que el paquete sea aprobado en el Senado sin una solución fronteriza creíble”.

Los republicanos del Senado propusieron un plan fronterizo que refleja en gran medida un proyecto de ley muy restrictivo que ellos mismos impulsaron en la Cámara de Representantes en la primavera ante una oposición demócrata unánime. Dicho plan reinstituiría las políticas de la era Trump que exigen que las familias migrantes sean detenidas en la frontera y obligan a las personas que no pueden ser alojadas en centros de detención a esperar fuera del país hasta que se procesen sus casos.

La propuesta también desmantelaría una serie de programas del Departamento de Seguridad Nacional diseñados para agilizar los procedimientos de entrada de migrantes que huyen en grandes cantidades de países inestables, como Venezuela, Haití y Ucrania. Los funcionarios del gobierno argumentan que la eliminación de esas vías legales de inmigración aumentaría el número de intentos de cruces fronterizos ilegales.

Lo que proponen los republicanos también les dificultaría más a los migrantes solicitar asilo, figura que está diseñada para permitir que las personas que huyen de la persecución o la violencia en sus países de origen busquen refugio en Estados Unidos. Los republicanos están presionando para aumentar las exigencias a los inmigrantes que afirmen tener un “temor creíble de persecución” (el estándar legal para una solicitud de asilo) de modo que tengan que demostrar que hay “una gran probabilidad” para su persecución si regresan a casa, a diferencia del requisito actual, en el que creen que la persecución es una “posibilidad significativa” si fueran devueltos.

Los demócratas se han mostrado reacios a considerar cambios en las reglas de asilo, que muchos defensores de la inmigración consideran inaceptables. Pero en los últimos días, algunos demócratas indicaron que sí podrían considerar estas modificaciones.

Si bien los cambios que proponen los republicanos serían significativos, probablemente afectarían sólo a un pequeño porcentaje de los más de 2 millones de inmigrantes arrestados anualmente por agentes de la Patrulla Fronteriza. Durante el año pasado, alrededor de 178.000 inmigrantes fueron sometidos a procedimientos de expulsión acelerados que implicaron entrevistas de temor creíble y solo alrededor de dos tercios de ellos afirmaron estar preocupados por la persecución si eran enviados de vuelta.

“Vale la pena conversarlo”, dijo Chris Coons, senador demócrata por Delaware, quien debatió varias propuestas de inmigración con los republicanos durante el año pasado. Pero Coons resaltó que a muchos demócratas les resultaría difícil asimilarlo. “Es muy posible que estemos en el comienzo de una serie de negociaciones excepcionalmente difíciles por parte de los líderes de ambos partidos”, especuló.

Coons y otros demócratas aseguran que el gasto en seguridad fronteriza que propuso Biden es un punto de partida más razonable para las negociaciones. El presidente solicitó 13.600 millones de dólares para construir nuevos centros de detención, contratar más funcionarios de la Patrulla Fronteriza, cubrir vacantes en los tribunales de inmigración y combatir el tráfico de fentanilo.

Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional, promovió esos cambios el miércoles en un testimonio ante el Comité de Asignaciones del Senado.

“Necesitamos los fondos que solicitamos de inmediato”, dijo Mayorkas a los senadores, con el argumento de que el departamento necesitaba recursos, no propuestas políticas que pudieran obstaculizar la aprobación de un proyecto de ley de gasto. Mayorkas añadió que el gobierno, por lo demás, “asumiría plenamente la necesidad de cambios políticos, no de manera fragmentada, sino integral”.

Los republicanos rechazaron el esquema del gobierno por considerarlo derrochador e insuficiente para detener el flujo de inmigrantes hacia Estados Unidos.

“Es bastante claro que la solución para la crisis fronteriza del gobierno es remplazar las malas políticas por otras sensatas. Incluso el secretario Mayorkas admitió la semana pasada que ‘se necesitan cambios de política’”, comentó McConnell el martes, quien añadió que la solicitud de Biden estaba “mucho menos centrada en arreglar la política que en invertir dinero en el problema”.

La insistencia de McConnell en medidas radicales de seguridad fronteriza refleja un cambio de posición entre los republicanos del Senado, que son firmes defensores de continuar el financiamiento de la guerra de Ucrania contra Rusia. Los republicanos antes rechazaron las demandas de sus homólogos de la Cámara Baja, que son mucho más hostiles respecto a la ayuda a Ucrania, de que se incluyan medidas de seguridad fronteriza y asilo como un precio a pagar por seguir suministrando asistencia militar a Ucrania.

También rechazan los llamados de los demócratas para llegar a un acuerdo que incorpore cambios de política más aceptables para la izquierda, como indultos de deportación para inmigrantes que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños.

c.2023 The New York Times Company