Llueven acusaciones entre DeSantis y Haley sobre redes sociales y libertad de expresión

Cuando Nikki Haley propuso esta semana un requisito para que las empresas de redes sociales prohíban a los usuarios publicar en sus plataformas de forma anónima por motivos de seguridad nacional, Ron DeSantis y sus aliados hicieron su agosto.

El personal de su campaña se lanzó a Twitter para acusar a Haley de querer reprimir la libertad de expresión protegida por la Constitución.

El propio DeSantis tuiteó que las voces anónimas son clave para el derecho a la libertad de expresión en Estados Unidos, remontándose a los Padres Fundadores como Alexander Hamilton, John Jay y James Madison, autores colectivos de los Federalist Papers bajo el seudónimo de “Publius”.

“La propuesta de Haley de prohibir la expresión anónima en línea –similar a lo que China hizo recientemente– es peligrosa e inconstitucional”, escribió DeSantis. “Estará muerta a su llegada en mi administración”.

DeSantis no siempre ha sido un defensor tan ardiente de la expresión anónima. Durante su mandato como gobernador de la Florida, ha arremetido repetidamente contra el uso de fuentes no identificadas en las noticias, llegando incluso a organizar una mesa redonda retransmitida en vivo a principios de este año para impulsar cambios legales que habrían restringido el uso de tales voces por parte de los reporteros y facilitarían demandar a estos por difamación.

Una medida presentada en la legislatura estatal a principios de este año habría eliminado muchas de las protecciones legales que tienen los periodistas contra las demandas por difamación, incluida su capacidad para negarse en la mayoría de los casos a identificar fuentes anónimas.

El proyecto de ley también habría dificultado el uso de fuentes anónimas al crear la presunción legal de que “una declaración de una fuente anónima es presuntamente falsa a efectos de una acción por difamación”.

Ese proyecto de ley, HB 991, y su medida complementaria en el Senado estatal, SB 1220, finalmente murieron en comisiones. DeSantis dijo más tarde que no tiene ningún problema con los reporteros que citan fuentes anónimas en casos de “malversación realmente grave en el gobierno”, cuando el uso del nombre de alguien pudiera poner en riesgo su medio de sustento, pero dijo que los periodistas a menudo usan “fuentes anónimas para desprestigiar” a las personas.

“Ya nadie confía en esta gente”, dijo DeSantis durante una parada en Jupiter en mayo. “Todos saben que cuando ven estas cosas, saben que alguien está tratando de alimentar algún tipo de narrativa. Están tratando de venderles gato por liebre”.

Aun así, los críticos del gobernador dicen que el esfuerzo deja poco espacio para que DeSantis critique la propuesta de Haley.

“Ha sido el gobernador más contrario a la libertad de expresión en la historia de la Florida y entre los gobernadores más contrarios a la libertad de expresión que Estados Unidos haya visto”, dijo Fernand Amandi, un operador demócrata con sede en Miami y crítico de DeSantis. “Para mí, lo que es realmente interesante es que están dispuestos a arriesgar la insignia de hipocresía porque están tan desesperados y asustados por Haley”.

DeSantis, considerado durante mucho tiempo como la alternativa más viable al ex presidente Donald Trump en las primarias republicanas de 2024, enfrenta un desafío cada vez más serio de parte de Haley, ex gobernadora de Carolina del Sur y ex embajadora en Naciones Unidas. Ambos compiten por el apoyo de un electorado republicano profundamente preocupado por la influencia de adversarios extranjeros, como China e Irán, en la vida estadounidense.

Haley trató de retractarse parcialmente de su propuesta sobre las cuentas anónimas en las redes sociales durante una presentación en la CNBC el miércoles, diciendo que no le “importa que los estadounidenses anónimos tengan libertad de expresión”, pero se opone a que “los rusos y chinos e iraníes anónimos tengan libertad de expresión”.

La campaña de Haley arremetió contra DeSantis por sus críticas a sus declaraciones, acusándolos a él y a su campaña de “hipocresía” dados sus esfuerzos en el pasado por reprimir el uso de fuentes anónimas.

“Él quiere que China e Irán puedan hacer cualquier cosa de forma anónima en las redes sociales, pero no quiere que los estadounidenses puedan hablar con la prensa de forma anónima”, dijo la campaña de Haley en un comunicado al Miami Herald. “Cuanto más pierde DeSantis, más miente”.

Bryan Griffin, secretario de prensa de la campaña presidencial de DeSantis, dijo en un correo electrónico al Herald que los comentarios pasados del gobernador eran claramente diferentes de los comentarios de Haley. También dijo que la mesa redonda de DeSantis este año “incluyó discutir cómo los medios fabrican fuentes anónimas para difamar a la gente”, aunque no dio ningún ejemplo o evidencia de fuentes falsas.

“La difamación no es un derecho constitucionalmente protegido, y los medios ciertamente necesitan más responsabilidad cuando usan una ventaja injusta y recursos desproporcionados para atacar y anular a las personas con las que no están de acuerdo”, dijo Griffin. “Esto es claramente diferente de la propuesta de Nikki Haley de restringir el derecho de la Primera Enmienda de los ciudadanos comunes a hablar de forma anónima”.

Thomas Kennedy, un activista y miembro del Comité Nacional Demócrata a quien el año pasado se le prohibió asistir a las conferencias de prensa de la gobernadora después de interrumpir varios eventos, dijo que estaba de acuerdo con DeSantis en que los comentarios iniciales de Haley fueron demasiado lejos. Pero dijo que el historial del gobernador sobre la libertad de expresión -incluido su enfoque de la fuente anónima en el periodismo– le quita efectivamente la capacidad de criticarla.

“Estoy de acuerdo con la crítica a eso, pero en términos de la postura de DeSantis al respecto, es un hipócrita”, dijo Kennedy. “Todo su enfoque ha sido sofocar ideas y personas que no le gustan”.

“Solo es libertad de expresión cuando se trata de ideas que le gustan”, añadió Kennedy.

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